Capítulo 29: El gran día.

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Al ver la pantalla de mi iPhone me impresione un poco, luego me entró curiosidad sobre a qué se debía ese llamado tan repentino. En ese instante recordé cada hiriente palabra que dijo mi padre hace unos meses atrás, una inmensa impotencia invadió mi cuerpo. Pensé en rechazar la llamada, pero claro, no podía quedarme con la duda sobre el motivo de la llamada, así que tomé el teléfono y contesté dudosa

-¿Hola? ¿Hija? -se oyó en él.

No respondí, no sabía si hacerlo, pues sabía que la impotencia que invadía mi cuerpo me haría ser hiriente esta vez.

-¿Ems, cariño? -Insistió.

Mierda, no podía estar diciéndome "cariño" después de haberme llamado zorra, no podía creer que lo estuviese haciendo. Me enfurecí y decidí responder, deseaba que la llamada terminara en ese mismo instante.

-¿Qué diantres quieres? -Dije casi en un grito.

En ese momento mi padre de enfureció tanto como yo, dijo cosas como que sólo quería saber que tal estaba. Su manera tan cínica de actuar me enfurecía. Terminamos en una discusión, no quería más, no podía seguir discutiendo con él. Terminé la llamada y tiré el teléfono enojada.

-Tranquila pequeña, este tipo de cosas te hacen mal, debes ignorarlo. -dijo James intentando tranquilizarme.

En ese momento comencé a sentir fuertes dolores en mi panza. Me habían mencionado que no había peor dolor que las contracciones, por lo que pensé que si estas no eran contracciones, al conocerlas moriría.

James me tomó entre sus brazos, me subió a nuestro nuevo auto y me llevó rápidamente hasta el hospital.

Llegamos al hospital y el doctor dijo que mi bebé estaba apunto de nacer, me llevaron a una habitación, me prepararon para el parto y, por fin, llegó el momento más esperado.

El dolor era inmenso, sudaba mucho y creía que no saldría jamás. James sostenía una de mis manos y le hacía cariños suavemente. Solté un gemido, tanto por el dolor y la fuerza que estaba haciendo. James se acercó a mi y besó mi frente.

-Tranquila amor, todo saldrá bien, nuestra Naomi ya viene. -dijo James nervioso.

Por fin salió su cabecita. Cuando Naomi ya se había mostrado completamente el doctor lo anunció.

-Es una niña.

Sonreí. Mire a James y el también sonreía, lo noté tan feliz.

Por fin había nacido nuestra Naomi. Éramos padres, ya éramos una familia.

Mareos interrumpieron mis pensamientos alegres. Y de un segundo a otro, todo se volvió negro.

No eres el típico idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora