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—Verdad... ¡¡A que no sabes a quienes me encontré hoy en esa escuela de quinta!!

—No me interesa... Más bien dime, ¿quién es el tal Midoriya?

—Así que ya te dió curiosidad tu futuro rival, bien pues... el camino de regreso el largo, ya va siendo hora que entiendas el por qué estas acá Iroha...













[...]












 —¡¡NOO!! —gritó mientras daba un fuerte brinco de la cama con la respiración agitada, estaba sudando frío y sus manos no paraban de temblar, las mismas pesadillas que la asecharon durante muchos años habían vuelto.


Con terror abrazó sus piernas mientras escondía su rostro entre las rodillas, sus manos estaban a cada lado de su cabeza tratando de aliviar de alguna manera el dolor que sentía. Con fastidio y rencor observó el aparato que no dejaba de hacer ese estresante ruido, su alarma llevaba sonando ya mas de 10 minutos. Con un rápido movimiento lo apagó para después volver a tirarse en la cama con los brazos y piernas estiradas.


El resplandor del sol que podía introducirse por su ventana no logró que volviera a dormir, pues caía directamente a su rostro, cubrió su rostro maldiciendo su suerte para luego levantarse por completo.

Miró su reloj y volvió a maldecir. Ya era muy tarde, su horario de entraba había pasado hace ya muchas horas. 

Se paró, acomodó como pudo su cama y se dirigió al baño, mientras terminaba de lavar sus dientes observó su reflejo en el pequeño espejo que estaba al frente de ella. 

Sus ojos pesados y con señales de haber estado llorando entre sueños, las ojeras tampoco faltaron; sus blancos cabellos se encontraban enredados y maltratados en parte por el uso de las pelucas que se veía obligada a utilizar; sus labios estaban cuarteados, seguro por el frío que estaba haciendo esos días; era un desastre.

Mientras se cambiaba pudo ver cada pequeña cicatriz que adornaban su cuerpo, si bien el quirck que le fué entregado le ayudaba a sanarse más rápido y en mejor grado en diferencia de un cuerpo normal, eso no la salvaba de tener cicatrices. Si bien eran pequeñas, cada vez que las veía podía recordar como y porqué fueron ocasionadas.

Mientras se colocaba la peluca y la peinaba, recordó aquel sueño que la despertó bruscamente. Era el mismo de hace pocos años, fue cuando cometió su primer "encargo" que iniciaron. 


Ella corría, peleaba, escapaba de los malos que la perseguían, pero no estaba sola. Miraba a los costados y habían siluetas que corrían junto a ella, ¿cuántas eran? no te sabría decir en realidad, ni ella misma lo sabía pero si reconocía el sentimiento que le provocaba verlas. Alegría, esperanza, fe, amor,... aunque todo terminaba de la misma manera,  las personas que la perseguían terminaban atrapándola, no importaba lo fuerte que gritara o lo fuerte que ella les golpeara; ellos siempre la capturaban y no solo eso, frente de ella eliminaban a cada una de esas siluetas que la acompañaban, en una de ellas se podía diferenciar el largo cabello y la forma de los lentes que utilizaba Shota, su hermano. Era siempre en ese momento en que ella se levantaba.

PLEASE // SAVE ME - BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora