1. COSA HORROROSA

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¡QUE SE VAYA A LA MIERDA! es el pensamiento que ronda en mi cabeza cuando Hermione termina de explicar el objetivo de cuidar a ese dichoso muñeco de hule. No quiero ayudar a probarlo, ni cuidarlo y demás cosas, pero para mí desgracia Hermione vive conmigo. Somos matrimonio muy guay y joven. Si no fuera mi esposa...

— De acuerdo cariño — acepto tener al muñeco por un mes. — Sabes que te apoyo en todos tus locos proyectos.

Me golpea suavemente en el hombro. — ¿cuál loco proyecto? Sabes que enviar de estos muñecos a los colegios ha de reducir los embarazos prematuros y demás.

No puedo evitar poner los ojos en blanco. — sería más barato enviar condones a los colegios que los muñecos que han de causar repulsión. Te apuesto que luego de estos muñecos varios adolescentes no querrán ser padres o peor aún desearán hacerlos ya.

— Exactamente por ello voy a ponerlo a prueba con nosotros. — señala la carriola donde está la muñeca con un vestido rosa. — Su nombre es Cissy.

— ¡Mi madre me va a matar si sabe que le pusiste su nombre a la cosa horrorosa! — Suelto un gruñido de molestia. Si bien mi madre adora a la loca de mi esposa... Con los experimentos de la empresa Granger es algo temerosa y peor aún de un muñeco.

— Le va a gustar mucho, es una hermosa muñeca. — Sacó a la cosa de la carriola, una muñeca bebé, con el cabello rubio y de ojos grises. — La pedí con tus rasgos para irnos preparando cuando...

Dejo de escuchar, no, no quiero oír nada de niños, de bebés o lo que sea que trate de personas en miniatura que son indefensos, chillones y necesitan mucho cuidado.

Soy feliz teniendo sexo por la mañana y en la noche. Tener un hijo tendría a Hermione demasiado cansada y poco dispuesta, además de que no quiero gastar mis ahorros en pañales y demás cosas. Soy muy joven para tener hijos.

— Tienes 35 años Draco, Ya no estás tan joven. — Ríe entre dientes adivinando mis pensamientos. — Quiero un bebé.

— Tú tienes 26 así que podemos tener un hijo en 10 años. — Comento tratando de disuadirla con el bebé. Es un tema que vengo evitando desde hace tres años cuando nos casamos.

Era una joven y brillante estudiante de ingeniería de sistemas y robótica. Yo era su maestro... Y vaya que terminé enseñándole cosas muy profundas y candentes. Es tan inteligente que casi puedo jurar que lee mis pensamientos, me conoce bien.

Ella sonríe, a veces creo que planea dejar de tomar las pastillas y llenarme de hijos en cuanto esté desprevenido. — Ya te dije que esperaré a que estés listo para...

— Shhh — la miré con los ojos entrecerrados. — Siento como si fuera virgen y trataras de convencerme para hacer el amor.

Hermione juguetea con la muñeca. — Así es como me convenciste para hacerlo... Además, actúas como si tuvieras mi edad.

— Me contagias tu ánimo juvenil, cariño. — Río entre dientes. — La cosa horrorosa dormirá en la habitación de canuto.

Canuto es nuestro perro y tiene su propia habitación, con muñecos, comida y juegos. Es mi bebé.

— No, ya le compré su cuna, estará en nuestra habitación.

Que Dios, cualquier santo o ente superior me salve. No, no y no. Si esa cosa actúa como un bebé definitivamente va a chillar durante toda la noche y mis sueños de 8 horas se van a reducir a tres.

Estoy hasta el cuello. Por amor voy a sacrificarme ¿Qué sigue? ¿La guillotina? Pensándolo bien eso es mucho mejor que convivir con ese bebé robot. ¡MIERDA!

Tu Bebé ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora