4. VALIENTE

4.4K 353 82
                                    

Otra vez estoy al borde de la desesperación ha pasado un año desde que Hermione tuvo ese muñeco.

Incluso me he estado planteando que tan buen padre sería si tuviera un hijo, pero cada vez que Hermione menciona el tema siento que me voy a morir. Canuto me consuela, me lame el rostro y se acurruca a mis pies.

Hoy me toca preparar el desayuno así que salí de la cama sin hacer ruido para no despertar a mi dulce esposa que últimamente ha estado más adicta al sexo que un conejo.

Así que al preparar la ensalada de frutas que tanto le gusta me da náuseas el hecho de ver la papaya, su olor es nauseabundo. Y hasta ayer era mi fruta favorita. Las náuseas me han estado molestando por dos semanas, creo que alguna bacteria me ha invadido.

Siento que voy a morir, me da vueltas todo a mi alrededor, todo queda obscuro.


.
.
.

— ¿Hijo, estás bien? — escucho la voz de mi madre y siento un fuerte dolor de cabeza.

Al abrir los ojos sé que estoy mi alcoba y recostado en mi cama.

— Mamá, ¿ya me morí? — preguntó, mi mamá tiene 65 años y me mira furiosa. La veo alzar su bolso para golpearme, pero se contiene al ver entrar a Hermione con una taza.

— cariño al fin despiertas. Me tenías preocupada, llamé a tu mamá por eso. — se sienta junto a mí. — te preparé té.

— ¿Que me pasó? — pregunto. — ¿quién me trajo hasta aquí?

— Harry y Theodore lo hicieron, los llamé. — Hermione me dice, en ese preciso instante los veo ingresar con una cámara de video.

— Creo que ya estoy bien, voy a preparar el desayuno. — trato de sentarme, pero mi madre pone su bolso en mi pecho. — mamá, ¿qué pasa?

— Si Lucius estuviera vivo, estaría riéndose de ti, hijo — mi mamá me regaña, pero yo no comprendo. — ¿desde cuando tienes náuseas? ¿Hace una semana? ¿Un mes?

— No compren... — veo la cara de mi mamá, me asusta, seré un hombre de 36 años, pero verla furiosa me asusta tanto que me siento como un niño de 6 años. — Dos semanas... Sé que debería haber ido al doctor, pero no es nada...

— ¿tú ir al doctor? — Narcissa Malfoy suelta una carcajada. — debería golpearte por ser tan tonto... Y así eres profesor...

La miro ofendido. — mamá, esa no es manera de...

— Shhht, te callas y escuchas a tu madre. — miró a Hermione sin comprender y ella tiene la misma expresión de confundida que yo. — he esperado por varios años para esto, incluso tu padre lo hizo... Pero ya no está más aquí...

Papá falleció hace 3 años, fue muy triste, en su lecho de muerte me dijo «se valiente hijo, resiste como buen Malfoy, yo desde el otro lado voy a reír con lo que te pase». No entendí nada... Ahora mi madre me dice lo mismo.

— mamá si no me dices que pasa puede que te lleve a un asilo de... — me golpea con su bolso en el estómago. — auch, ¡mamá!

— suegra, creo que no debería ser muy dura con Draco. — Hermione aboga por mí y me toma la mano — yo tampoco entiendo a lo que se refiere.

Mi madre respira profundamente. — todos los hombres Malfoy son iguales... Bien, cuando ellos llegan a esta etapa en que la abejita fue polinizada el abejito, es muy susceptible con su pareja y padece todo lo que ella debería sentir.

Eso que me dice mi madre me deja en blanco — ¿me lo explicas como para un joven de instituto?

Mi madre sonríe malévola. — Hermione está embarazada y tú vas a padecer de cada síntoma, así como lo hizo tu padre cuando yo te esperaba.

— es imposible yo no estoy embarazada... — Hermione replica. — mis días rojos llegaron hace una semana y...

— Shht. — mi madre calla a Hermione y de su bolso saca una prueba de embarazo. — hay mujeres que pueden menstruar hasta que el bebé nazca... Y tú querida al parecer estás en esa situación... Para quitarnos de dudas realiza la prueba.

Hermione toma la prueba y se mete al tocador de nuestra alcoba, siento mi corazón en la boca, me va a dar algo, me voy a morir de la impresión si sale positivo.

5 minutos después Hermione tiene una sonrisa de oreja a oreja y en la prueba hay dos rayitas rojas. — me voy a morir... — susurro.

Theo y Harry ríen mientras sostienen la cámara. Siento náuseas y me levanto de la cama para correr al retrete. ¡Diablos! Debí ser un mal hombre en mi otra vida para merecer esto. No me morí... ¡Pero vomitar es casi lo mismo! 

Tu Bebé ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora