•The Mysterious Boy•

A little bit time alone || Capítulo VII

Dick había estado el resto del día y los cinco siguientes con los Wayne, y, aunque los amase como hermanos, se sentía agobiado. Sentía que necesitaba escapar un rato y pensar. Estar un rato a solas.

Necesitaba pensar, sobre todo, en sus padres. ¿Se sentirían orgullosos si lo viesen así? ¿Si viesen como su único hijo los cambiaba por otra familia totalmente diferente?

Se levantó despacio de la que ahora era su cama y se asomó por la puerta. No había nadie.

Sonrió triste y se acercó la la ventana. La abrió lentamente y se sentó en el borde. Había un gran árbol cerca de la ventana, por lo que si saltaba podría llegar fácilmente a una rama y bajar por el tronco.

No se lo pensó dos veces y lo hizo.

Se volvió a sentir libre, como cuando sus padres lo subieron a un trapecio por primera vez. Sentía cómo podía volar, sin preocupaciones.

Se sentía un petirrojo al fin libre, sin ninguna cadena que evitase poder abrir sus alas.

Bajó por el tronco del árbol y lentamente comenzó a caminar hasta el muro. Si mucho esfuerzo lo saltó y calló con gracia en el otro lado.

Cuando Dick estaba en el circo, él y su primo se escapaban constantemente a ver a la elefanta. Era el animal favorito de Dick sin ninguna duda. 

Sin darse cuenta, el petirrojo llegó a la valla que delimitada el cementerio de Gotham. La última vez que fue allí fue para el aniversario número cinco de sus muertes. 

Richard extrañaba a sus padres, a sus tíos y a su primo. De un día para otro, él se encontraba solo, sin padres, sin confidentes, sin mejor amigo...

De un día para otro se encontraba totalmente solo.

Pero, por alguna extraña razón, cuando estuvo con esos chicos, los hijos de Bruce, se sintió bien. 

Ellos vieron que tenían más cosas en común de las que creyeron cuando se vieron por primera vez.

Con el que más había encajado, por muy extraño que sonase, fue con Damián.

Sus padres siempre decían que los contrarios se atraen. Su madre no sabía cuánta razón tenía.

Damián, con su carácter rudo y borde, había encajado perfectamente con el comportamiento alegre y despreocupado de Dick.

A un principio, Damián no se había creído que ese niño fuese Dick Grayson.

Se negaba a admitir que ese chico que habían estado buscando por años estuviese ahí delante.

Porque ese chico reía, intentaba socializar como una persona normal que no ha pasado por algo así nunca.

Dick supuso que Damián se esperaba a un chico demasiado maduro para su edad, oscuro, que no quisiese hablar con nadie.

Supuso, también, que las apariencias engañan.

Dick, en el fondo, se sentía destrozado. Las muertes de sus familiares lo atormentan siempre.

Pero nunca es tarde para remediarse, pensó.

Se acercó cuidadosamente a la lápida pálida de su madre, y, solo en ese momento, se derrumbó.

Lloró. Lloró como en estos cinco años no se permitió hacerlo.

Lloró porque los extrañaba, y porque de ahora en adelante se iba a permitir tener otra familia. 

Lloró porque necesitaba despedirse y afrontar que él ya no iba a estar  nunca solo. 

Lloró porque sabía que nunca más los podría tener a su lado, pero siempre podía buscar a alguien más que lo quisiese.

Y, por muy extraño que pareciese, encontró una familia en esas cinco peculiares personas.

Intentó normalizar su respiración tomando grandes bocanadas de aire y lentamente se fue poniendo en pie.

Dio un beso a su palma derecha y la pasó con cuidado por cada una de las lápidas, en una despedida silenciosa.

Aunque le doliese admitirlo, en estos cinco años no había querido que lo encontrasen porque no podía superar sus muertes. 

Tenía miedo, miedo de volver a perder a su familia y a sus seres queridos. 

Esperaba que cualquier día despertase y sintiese que todo eso era una simple pesadilla, que cuando se despertase su madre lo abrazaría.

Ella le diría que todo está bien y que eso no era real. 

Pero eso nunca pasó.

Y ahora necesitaba volver a la realidad, donde debió de haber ido hace cinco años.

Necesitaba abrir los ojos de una vez por todas y afrontar la realidad. 

Estaba decidido, les daría una oportunidad como familia.

Y... ¡después de medio siglo actualizo!

Es un capítulo diferente, pero creo que la canción queda perfecta con el tema, so... 

¡Espero que os haya gustado!

En fin, espero actualizar, esta vez sí, más seguido. 

Se despide: 

-Aria Grayson