01. El camino de la serpiente

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N/A: EMH. ¿Un longfic Tomarry, Christian, de veras? Sí, de veras. Dedicado enteramente a mi cielo, mi luz, mi alma Lex, por soportarme en mis malos ataques de inspiración, hacerme putishipper y volverme loco de amor. Feliz navidad ángel. Tu regalo, de mí para ti. Je t'aime

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01. El camino de la serpiente

—¡Paddy! —Harry chilla mientras trata de seguir los apresurados pasos de su padrino. Sirius, varios metros por delante de él, lleva los cabellos negros largos sujetos en una coleta y expresión de estar feliz de la vida mientras su pequeño ahijado lo persigue con sus delgadas piernas moviéndose a toda velocidad—. ¡Cárgame!        

—¡Estás grande para eso Harry! —dice Sirius, aunque sabe que lo acabará cargando de cualquier modo. Harry apresura sus pasos todo lo veloz que puede y salta a las piernas de Sirius, abrazándolas con ambos brazos y piernas, haciéndolos caer a ambos sobre el césped recortado del parque—. ¡Harry! —regaña Sirius, pero ríe.

—¡Quería que me cargaras Paddy! —Harry se trepa y acaba abrazando fuertemente a Sirius, por lo que cuando Sirius consigue ponerse de pie es con el pequeño niño de casi nueve años en sus brazos, aferrándose con brazos y piernas—. ¡Me gusta que me cargues!

—Los niños de casi-nueve años no van a todas partes en brazos de su padrino Harry —trata de actuar con madurez Sirius. Pero la verdad es que le encanta. Ama que Harry esté en sus brazos, que lo trate de peinar, que se trepe a sus hombros y juegue con él. Ama a su pequeño ahijado, ama a su pequeña familia.

—¡Eso es porque no tienen el padrino más maravilloso del mundo mundial! —chilla Harry, dándole un sonoro beso en la mejilla afeitada y haciendo que Sirius suelte una carcajada—. ¿Me llevas en bracitos hasta el parque Paddy?

Sirius no puede negarse. Tampoco quiere.

Remus los espera en el parque. Ya ha preparado la manta y el picnic sobre el césped allí. Harry ríe y se lanza a los brazos del hombre lobo que acaricia su espalda y besa su frente como si llevaran años sin verse. Lo ha visto esa mañana y han preparado juntos las galletas con chispas, pero Harry ama ser mimado por sus padrinos. Sirius, su padrino, a quien ama como si fuera un papá para él. Y Remus, el esposo de su padrino y su alma gemela, la mejor persona que alguna vez pudiera haber conocido.

—¿Cómo están mis amores? —pregunta Remus, despeinando a Harry y besando a Sirius en los labios. Harry, a diferencia de otros niños, nunca tuvo la idea de que sus "padres" besándose podría ser algo asqueroso. Eran tan dulces y buenos con él y entre ellos que no podía ser otra cosa más que hermoso—. Pasé por Diagón de regreso del trabajo y les encargué unas túnicas hermosas a ambos. Necesitamos ropas nuevas para el cumpleaños de Neville.

—¿Y para el mío? —Harry se acomoda junto a Remus, mirándole con los ojitos más adorables que puede poner. Sabe que eso es mucho, que Sirius le ha enseñado muy bien su mirada de cachorro para conseguir lo que quiere. Pero Harry nunca ha querido exageraciones para sus cumpleaños, por más mimado que sus feos y desagradables tíos Vernon y Petunia digan que es, solamente ha querido alguna túnica fresquita y cosas dulces para comer. La mirada de Remus es divertida y soñadora cuando acaricia su rostro con los nudillos y besa su nariz.

—Para ti mi cachorrito, tenemos algo muy especial preparado.

Sirius ríe y Harry lo mira con ojos implorantes.

—¡Cuéntame! —ruega. Sirius niega riéndose entre dientes, observando a Remus con diversión pintada en la cara—. ¡Paddy-Paddy! ¡Cuéntame! ¡Por favorcito! ¡Quiero sabeeeer! —suplica, aún sabiendo que ninguno le dirá nada. Remus lo despeina y acomoda más sus lentes sobre su nariz, haciendo que lo mire a los ojos.

Les fleurs du mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora