POV JOSH
Maya siempre ha sabido usar las palabras, es una de las tantas cosas que deseo poder tener, pero que no poseo.
He conocido a Maya desde que ella siete, fue de las pocas veces que viajamos a New York para ver a Cory, Riley no paraba de balbucear sobre su nueva mejor amiga, Maya, y esa misma tarde una melena rubia revolvió en mi vida, desde muy chiquito había sido lo suficiente astuto para entender que Maya Hart es el ser humano más testarudo que existe, sin importar cuantas veces intentara alejarla, esa pequeña de siete años ya había tomado su decisión.
Diez años después, seguía así.
—Tío Josh?
— Ahora no, sobrina.
Riley hizo caso omiso y aun así entro al cuarto de Auguie, aka mi escondite desde que llegamos del viaje. Riley no se ve molesta, es algo que me causa cierta paz, no necesito tener a dos mujeres odiándome al mismo tiempo.
—Ventana.
—Ah?
—Ventana, ahora.
—Riley ahora no creo que-
—¡VENTANA, AHORA!
Todo mi cuerpo se arrastra hasta el cuarto de Riley, y a penas paso el mural mi corazón me da un golpetazo. El lugar se sentía como Maya, aun con todo el morado y las flores, el pequeño rincón se sentía completamente como Maya Hart. Y mi corazón no lo soporta.
—Riley no creo que deba estar acá, yo-
—La quieres?
—Perdón?
—Si quieres a Maya, Josh.
Siempre he querido a Maya, claro que no de la forma en la que las personas esperaban, al menos no al principio. Recuerdo la primera vez que supe los sentimientos de Maya hacia mí, fue en Philadelphia el cuatro de Julio cuando mi hermano, Cory, estaba hablando con Shawn acerca de ello y yo lo escuché, no lo creía, no al principio, y cómo podría? la había visto en tantas veces como los dedos de mi mano, no podía ser. Yo tenía catorce, ella once. No tenía novia, pero aun así— no podía fijarme en la mejor amiga de mi sobrina, no quería.
Por los siguientes años mantuve mi distancia y cada insinuación de mis amigos o familia hacia algún sentimiento correspondido lo evadía con un: "Es una sobrina para mí", pero la verdad era otra, no había engañado a nadie con esa mentira, a nadie que no fuera yo.
No fue hasta esa navidad en New York donde entendí que estaba condenado, lo había estado desde hace tiempo, Maya tenía catorce, yo estaba cerca de tener diecisiete, tenía novia, pero nada de eso parecía importarle a mi corazón que parecía estar corriendo la carrera de su vida, aun parece hacerlo, así que seguí evitando cualquier cercanía. Pero Maya Hart siempre ha tenido habilidad con las palabras, y en lo que era un esfuerzo por desesperanzar cualquier lazo entre los dos terminó en una promesa que años después sigo cargando conmigo.
—Josh.
Pero al parecer ella no.
—Maya terminó conmigo.
—Lo se.
—No Riley, Maya Hart termino conmigo.
Mi papá siempre me ha dicho que soy Many a la obra, desde una edad temprano he tendido a arreglar todo lo que me rodea, juguetes, camisas, personas...Pero parece que no he podido arreglar todo lo que necesito, Maya Hart me había terminado la mañana antes de irnos, yo no había podido arreglarlo.
—Josh...
—Ella me miró directo a los ojos y me dijo que me amaba—susurro—, me detallo cada micro detalle de lo que siente, cada momento...—Miro a Riley—, ¿Quieres saber si la quiero? La respuesta es sí, claro que sí, pero-
—¿Pero? Tío Josh, no hay peros cuando quieres a alguien, Maya piensa que no la quieres, que esos tres años siguen siendo un problema.
Solo rio para mí.
—¿Aún lo es, tío Josh?
Nunca había sido un problema, no para mí, desde el momento que entendía lo que sentía por Maya Hart no se iría que tres vueltas al mundo de diferencia eran nada cuando la cantidad de cosas que teníamos a favor...Pero no era justo, porque ese tres era egoísta, a veces era una gran montana que nos situaba en dos mundos, muchas veces quise romperla, pero cada vez que tenía el martillo en la mano el mundo me recordaba el tres.
Ese tres que me llevo aprende física cuando Maya iba por común múltiplo, que me llevo al baile de graduación cuando ella hacia proyectos de clases, que me llevo a graduarme cuando ella había pasado al High School. Que me llevo a la universidad más cerca de ella que encontré, y a la única que apliqué, mientras que ella estaba en su penúltimo año.
Tres años para mí no eran nada, no era nada porque no me había perdido nada, pero tres años para Maya debía ser mucho, debía ser desprenderse de todo lo que yo no, solo para estar conmigo. Tres es egoísta.
—Sobrina, un día crecerás, y aunque espero que no, veras el mundo detrás de esta ventana como un lugar egoísta, donde lastimaras y te lastimaran, y entenderás que un te quiero no arregla muchas cosas.
— Y un te amo?
Bajo el rostro.
— ¿Tío Josh, un te amo puede arreglar las cosas?
¿Podría?
— A veces solo necesitamos un salto de fe, tío Josh.
— Gracias Sobrina.
No le digo mucho más antes de salir del apartamento. Dejo que mis pies me guíen a donde sea que quieran llegar.
Desde que supe que era enamorarse y tener parejas siempre busque tener lo que mi hermano y Topanga tienen, siempre busque mi Topanga, pero a veces parecía alejarme de ello. Hasta que entendí que lo que mi hermano y Topanga tienen es tan atípico, ellos habían nacido el uno para el otro, siempre fue la persona correcta y el lugar correcto.
Yo no tenía eso.
Entenderlo fue doloroso, pero con el tiempo dolía menos, las expectativas eran otras, pero aun así un pequeño rincón de mi corazón siempre tuvo la esperanza que mi Topanga llegaría, pero la verdad que ha pasado tanto tiempo que no creo más que eso pase.
Mis pies me dejan justo enfrente del salón de Maya de arte, capaz mi cuerpo aun siente la rutina de los sábados de irla a verla, y aunque mi corazón si sienta su falta, el resto de mi cuerpo está en negación. Ella no sabe que la veo, esta de espaldas, tan concentrada pintando como todos los que la rodean.
¿Mi mente siente ese cosquilleo de las palabras de Riley, la amo? Todo esto inicio por ello, por esas dos palabras, y sé que esas mismas palabras pueden pegar todas las piezas rotas. Maya era mi Topanga? ¿Era la corriente con la que había estado pelando tanto tiempo?
No necesito mirarla más para saber cuál es la respuesta. A penas me golpea toda la honestidad de mi mente corro hasta el pomo de la puerta del estudio, pero no entro. Puedo arreglar esto, todo el dolor de estos días puede desaparecer tan solo abriendo esa puerta, tocando, haciendo algo, puedo arreglar esto por ambos, pero cuando veo a Maya reír lo entiendo.
Entiendo que amar a Maya Hart sería lo más egoísta que podría hacer, que solo me quitaría el dolor a mí, porque, aunque yo no tengo nada que perder, Maya si, Maya tiene un mundo a sus pies que si yo le digo las dos palabras que tanto anhelo confesarles solo la alejaría de su mundo para acercarla al mío.
Así que me alejo.
Porque amar a veces es sacrificar. Y yo amo a Maya Hart, la amo de una forma que nunca podre explicarle selo a nadie. Aun con el hueco en mi corazón volteo a verla, y sonrío, sabiendo en el fondo que es lo que realmente tengo que hacer.
—Te amo, Hart.
ESTÁS LEYENDO
Long Game (Joshaya)
FanficHa pasado seis meses desde la ultima vez que Josh y Maya se vieron. Ahora los dos se van a volver a ver después de tanto tiempo, pero las cosas ya no son iguales. Josh sabe que tiene que tomar una decisión respecto a su relación con maya , pero l...
