Novela publicada por Nova Casa Editorial, disponible en librerías de España y América Latina.
* * *
Tessandra Winter no tiene una vida nada fácil. Durante el día, es una simple universitaria, una chica normal, pero de noche trabaja en un club noctur...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
D A N
El día tan esperado llega, nos despedimos porque, según lo que dije, me voy de viaje con mi padre, cosa que no es cierto. Sí, iré de viaje, pero a un quirófano. Todo el día de ayer mantuve las ganas de ir corriendo hasta ella para besarla y sentir su piel antes de entrar a la operación.
James y Maggie me acompañan. Cuando llegamos al hospital, los tres permanecemos en una salita de espera apartada del resto de la gente. Mags me mira con las cejas entornadas y bufa, le sonrío de lado, James me da un golpe en la nuca. He aprendido a apreciarla, incluso con sus actitudes eufóricas y sus arranques de ira, la mejor amiga de Tess es especial, entiendo por qué él la quiere.
—No me hagas esa carita de perrito, Adams —suelta y me señala con su dedo índice—. Si Tess se entera de que le he ocultado esto, va a asesinarme a cuchillazos y tú serás el siguiente porque volveré de entre los muertos a arrastrarte a la tumba.
—No es para tanto, Mags —susurro enviándole una mirada de soslayo a James, él apretuja los labios reteniendo la risa.
Estos últimos días ha estado muy raro, más callado y pensativo de lo normal. No he querido preguntarle porque sé que él me lo contará tarde o temprano, espero que no sea nada grave y solo sean especulaciones mías.
—¿No es para tanto? ¡¿Que no es para tanto?! —Eleva la voz—. ¿Qué le voy a decir si mueres, genio?
Me abstengo de contestar, mi amigo se aproxima a su novia, quien me mira con reproche, e intenta calmarla con caricias.
No estoy angustiado, quiero hacer esto por Lili porque merece una oportunidad. Si yo puedo ayudarla, estoy más que encantado de hacerlo.
Observo el suelo y recuerdo el momento en el cual les di a mis padres la noticia, ambos se sorprendieron, pero decidieron apoyarme. Lo más extraño de todo es que en este momento están volando de regreso a Hartford.
Una enfermera me pide que la siga, antes de salir me giro hacia mis dos amigos y clavo la vista en Maggie.
—Si muero dile que ella fue lo último que pasó por mi mente.
Salgo sin esperar una respuesta y me dejo conducir por los pasillos, justo como aquel día en el que me tomaron la muestra de sangre.
Llegamos a un cuarto, ahí me piden que haga algunas cosas, me quito la ropa para vestirme con una bata azul. El doctor Callahan entra y revisa mis signos vitales dictándole a la enfermera, con el nombre de Mildred en la placa plateada de su uniforme, los datos.
—¿Puedo ver a Lili antes de la operación?
El doctor asiente con una sombra de sonrisa, como si supiera algo que los demás no saben.