Veintidós

223 44 3
                                    

14

Se levantó temprano ese día. No era como si le pesara, estaba más que acostumbrado a despertar cuando salía el sol, pero ese día no era como los otros. Era el cumpleños de su hermano.

Cada año se encargaba de que el cumpleaños de Yixing fuera especial y bonito. Un día para recordarle que era la persona que más amaba en el mundo y que siempre lo protegería a toda costa. Era el recordatorio de Luhan de que solo se tenían el uno al otro y que al menos debía hacer memorable el día para el menor.

Todos los años hacían algo diferente, lo planeaban con días de anticipación, incluso hasta meses, pero siempre terminaban con una fiesta solo para ellos dos, una fiesta con delicioso pastel y regalos. Así que se sorprendió mucho cuando Yixing le dijo que esta vez no quería nada de eso, que ya lo iría pensando cuando se acercara el día.

Se levantó de su cama y caminó a la cocina para prepararse un café negro en lo que despertaba el otro. No tuvo que esperar demasiado, Yixing también estaba acostumbrado a levantarse temprano.

—Buenos días —habló el cumpleañero con voz soñolienta.

—Buenos días, anciano —le contestó—. ¿Qué se siente tener veintidós?

Yixing soltó una agradable risa.

—Se siente igual que tener veintiuno y si yo soy un anciano, ¿qué serás tú? —se sentó en la mesa.

Luhan sonrió y no dijo nada más, había perdido la batalla. Colocó dos tazones y cucharas en la mesa, después acercó la leche y el cereal, ese sería su desayuno especial de cumpleaños. No podía ofrecerle más, él no sabía cocinar y no iba a obligar a Yixing a cocinar en su cumpleaños.

—¿Ya pensaste en qué es lo que quieres hacer hoy? —le dio el último trago de café a su taza. Después la colocó en el lavabo y fue a sentarse frente a Yixing en la mesa.

—Ya lo pensé —respondió mientras servía el cereal en su tazón—, pero no creo que te vaya a gustar mucho la idea.

—No me tiene que gustar a mi sino a ti, es tu cumpleaños y haremos lo que tú quieras —más tarde se iba a arrepentir de decir aquello.

—¿De verdad?, ¿lo que sea?

—Mientras este en nuestras posibilidades y no sea ilegal, si —comenzó a servirse cereal en su plato.

—Muy bien, entonces quiero ir a visitar a Sehun a su casa.

La cuchara se le cayó al piso en cuanto la tomó.

—Te dije que no te iba a gustar la idea.

—¿Por qué Sehun?, ¿que tal si está ocupado?

—Los cumpleaños se deben pasar con amigos y familia, Sehun es mi amigo y tú eres mi familia.

—Pero, ¿y si ya tiene planes?

—¿A qué le tienes miedo? —se levantó de su asiento y él mismo fue por una cuchara limpia para dársela a Luhan.

—Yo no tengo miedo.

—Entonces terminemos de desayunar y vamos a visitar a Sehunnie.

Sehunnie

—¿Siquiera sabes dónde vive? —dijo como último recurso para hacer cambiar de opinión a su hermanito.

—Por eso no te preocupes, ya lo tengo cubierto —le dedicó una sonrisa antes de seguir comiendo.

Con algo presionando sobre su pecho, Luhan observó como su cereal se ahogaba en leche y perdía lo crujiente.





Tres meses de invierno {Sehun & Luhan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora