Sentimientos

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19

Escuchó a Luhan contar todo sin prisas, sin interrupciones y sin cuestionarle nada. Tenía que oír toda su versión primero.

Cuando el rubio acabó, Sehun tenía muchísimas dudas y sentía tanto enojo con las autoridades por permitir tales actos tan viles hacia un menor de edad. Uno al que quería mucho y consideraba su hermanito pequeño, sentía asco por la persona que se atrevió a tocarlo a tan temprana edad.

—Luhan...

—Mi madre me odiaba tanto que se dejó morir alcohólica, causé la muerte de mi tía por un susto, dejé huérfano a Yixing a los doce años y le creé un trauma de no poder tocar o acercarse a las personas, desde entonces juré que sería su hermano mayor. Ahora que lo sabes todo, eres libre de irte.

—¿Qué?, alto ahí, ¿irme por qué?, no creo que hayas sido el culpable de nada de lo que pasó.

—¿Qué? —Luhan se alejó de él incrédulo—. Te he contado algo que nadie sabía, una culpa que cargué por muchos años y que ahora aparece de vez en cuando en pesadillas o insomnio. Por supuesto que todo lo que pasó fue mi culpa, si yo no hubiera estado ahí, nada habría pasado.

—Eso no lo podemos saber, por supuesto que habría sido diferente pero el pasado no lo podemos cambiar. A como lo veo yo, tu madre o bueno, la mujer que te concibió, estaba tan obsesionada con su exnovio que no vio que al menos tenía una parte de él, un hijo muy maravilloso —levantó la palma de su mano y acunó la mejilla de Luhan, para su sorpresa no se alejó—, no pudiste evitar sentir odio hacia Yixing, era muy injusto el trato y no sabías que saldría corriendo, tampoco que se perdería, encontraría unos hombres horribles y pasaría lo que pasó.

—¿Qué me dices de mi tía?, causé su muerte.

—Ella no estaba bien de salud —retiró su mano.

—Pero...

—Luhan, basta —lo detuvó—. A Yixing le fue mejor y a ti también, gracias a ese pasado te convertiste en la persona que eres ahora. El arquitecto en diseño de interiores más aclamado y mejor pagado de Corea. Te hizo alguien fuerte y justo. Yixing te adora y muchas personas te admiran.

—¿Por qué eres tan bueno conmigo? —escuchó como suspiraba cansado.

—Porque creo en ti, veo lo que eres y me gusta mucho.

Luhan lo miró directo a los ojos sin decir nada. Lo que hubiera dado por saber lo que estaba pasando por su mente. Pero Sehun no tenía tales poderes, tenía que adivinar o seguir sus instintos, y en este momento todo su interior le gritaba ¡bésalo!

Y el que no arriesga no gana nada.

Se acercó al rubio, tomó su mano derecha y con la otra libre acunó su cara de nuevo. Le dio unos segundos de ventaja para que se alejara pero se quedó inmóvil. Entonces acortó la distancia que los separaba y juntó sus labios con los contrarios.

Al principio Sehun era quien dirigía el ritmo. Suave y lento que le permitía saborear los otros labios con toda la delicadeza del mundo.

Después de un momento, Luhan fue quien tomó el liderazgo colocando las manos en su cuello y aumentando el ritmo del beso.

El mayor lo besaba con mucha exigencia y hambre, todo lo contrario a él que era más lento y delicado. Aún así le gustaba, lo hacía sentir necesitado, como si el mayor no pudiera vivir sin él.

Fue primero Sehun quien se separó, no quería pero necesitaba respirar con urgencia.

Luhan pasó la lengua por sus labios, todavía saboreando el beso.

Tres meses de invierno {Sehun & Luhan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora