Prólogo

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Si sólo pudieras ver... Todo lo que Soy

(By: Adriana Rangel)

Prólogo 

   El sol del atardecer caía sobre las cortinas, inundando la habitación con su luz clara y densa. Sin embargo, para mí era un día oscuro y triste. No podía soportar la idea de que mi abuelo estuviese tan enfermo, y que este tuviera un último deseo que sólo deseaba contar a un solo individuo. A aquel que mi alma solo odiaba. No es el mejor momento, ni el instante preciso para decir el por qué o los motivos. Pero si para afirmar que no me agradaba nada la idea de volver a verlo.


  Decidí salir y caminar hacia la playa. Tantos pensamientos me aturdían. Un ayer que quería olvidar y un presente que quería cambiar. Por lo que caminar junto a mi silencio me relajaba más, de lo que mi ser podía hacerlo, encerrado entres las cuatros paredes de mi habitación.


   Tener una casa junto al mar era lo más ideal, cuando necesitaba llorar. Cuando necesitaba gritar. Cuando necesitaba serenarme. O cuando necesitaba olvidar... Aun cuando hay ciertas cosas que aún no he podido olvidar. Olvidar a quien quisiera poder sacar de mi mente, arrancar de mi corazón, y así odiar de verdad.


   Mientras  huía, al caminar lejos de mi casa, volvía a recordar lo que hubiese no querido ver o escuchar. ¿Han escuchado alguna vez "You've got a Way" de Shania Twain? Sí lo han hecho, entenderán lo que se siente al recordar a alguien que de cierta forma marcó sus vidas para bien, en un momento de sus vidas, obviamente está. Mi mente en este instante de felicidad recordaba una parte de aquella canción:<< You've got a way with me. Somehow you got me to believe. In everything that I could be. I've gotta say-you really got a way... You've got a way it seems. You gave me faith to find my dreams. You'll never know just what that means. Can't you see... you got a way with me... (Tienes un don especial conmigo. De alguna manera me hiciste creer. En todo lo que yo podría ser. Tengo que decir que en realidad tienes un don... Tienes una forma de ser que parece. Que me diste fe para encontrar mis sueños. Nunca sabrás lo que eso significa. No puedes ver... tienes un don especial conmigo) >>


   Si he de abrir mi alma y mi corazón y afirmar, mi verdad. He de decir que esa parte me hacía recordar aquel instante en que su vida se cruzó con la mía. Era una adolescente de dieciséis, que ensayaba junto su rutina diaria, pensando en esa competencia futura.


_ Tatiana... Debes concentrarte un poco más... Prestarle atención a la melodía. Sentirla. Expresarla a través de tu baile... Debes ponerle corazón. ¡Vamos otra vez!_ me había dicho mi entrenador.

_ Scott, Tatiana esta cansada... Déjala descansar aunque sea un momento...

_ Alan, ¿quién es el entrenador? ¿Tú o yo?

_ Usted...

_ Entonces, déjame hacer mi trabajo... Y ponte tú también a trabajar. Ya las competencias nacionales están cerca. Y en vez de perder tiempo, deberían ponerse a trabajar.


   En ese instante, hace tiempo atrás, como lo recordaba mi memoria. Alan y yo estábamos practicando para participar en las competencias nacionales. Y lo hacíamos con aquella canción de Shania Twain.


   Ese día patinaba sin saber que aquel día cambiaría mi vida, aparte de saber que sería mi primera y última competencia junto a Alan. La hermana menor de Alan se acercó con dos amigos a ese lugar. Se detuvieron en una distancia prolongada y se sentaron en las gradas de aquella pista de hielo.

Si Sólo Pudieras Ver... Todo lo que SoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora