Capítulo 15
Recordaba aún la canción con la que había competido en las nacionales aquel año. Era "My Heart Will go on" de Celine Dion. Aquella había sido la mejor presentación que había ejecutado en toda mi vida artística. Y la única. Después de ella, ni siquiera competí en las Internacionales en Canadá. Ni me volví a inscribir en las regionales al año siguiente. Y aún sigo indecisa si concurso este año en las regionales, por petición de mi abuelo, quien me quiere ver patinar sobre hielo. Mi deporte favorito.
_ ¿Aún sueles venir a este lugar?_ me preguntó Dylan al encontrarme en mi lugar favorito, viendo los matices de colores al atardecer, mientras escuchaba el sonido del mar.
Me encontraba sentada mirando hacia el horizonte.
_ ¿Qué haces aquí?_dije al mirarlo en un tono molesto_. ¿Me estabas siguiendo?
_ No... absolutamente no. Aunque me hubiese encantado en otro momento._ "¿Qué te puedo decir para que me escuches?" se preguntó a sí mismo, mientras me observaba levantarme con intenciones de irme de allí.
_ ¿Otro momento?_ expresé con cinismo_. ¿Cuándo era una tonta?... No sé como a mi abuelo se le ocurre que te quedes aquí..._ agregué antes de darle la espalda. Si lo seguía viendo, estaba segura de que estallaría, y nada me detendría con lo que mi interior en realidad le quería decir.
_ Espera... Necesitamos hablar. Aunque he de observar que tu mal humor no ha cambiado._agregó con picardía inocente.
_ ¿Es un cumplido? Pues me va y me viene lo que pienses de mí... Por lo que ahórrate tus palabras.
Me observó alejarme de él. Anhelando tanto recuperar a aquella Tatiana que le sonreía y la cual él por ciego había lastimado.
_ Si no fuese por tu abuelo... Tomaría mis maletas y me iría de aquí._ susurró para sí, mientras la brisa rozaba su rostro_. Me equivoqué del todo y lo que conseguí al herirte fue perder mi propia alma. Me comporte como el peor de los estúpidos cuando deje que alguien se interpusiera en nuestras vidas... Tú eras el viento con el que yo no contaba. Y ahora es que comprendo lo importante que fuiste y aún eres en mi mundo. Ya cuando no deseas ni verme, ni escucharme...
Lo odiaba. Sí, lo odiaba por que aún no lograba sacarlo de mi cabeza. Por que aún su ser lograba desvanecerme en cada una de sus palabras, cuando yo intentaba ser aún más fuerte. Por que aún lo amaba, aunque ya no lo admitiera.
Caminé tan molesta, que no me percate de que él seguía. Debía hacer lo imposible y así cumplir no tan solo el deseo de mi abuelo. Sino también aquel anhelo que sentía su propio corazón. Recuperarme una vez más...
_ Tatiana... Espera.
_ ¿Qué quieres, Dylan? ¿Acaso no fui lo suficientemente clara contigo?_ dije con indiferencia, mientras seguía caminando_. ¿Ahora qué pretendes con tu cara bien lavada?
_ Espera..._dijo y me sujeto de un brazo.
_ ¡Suéltame!... No tenemos nada de que hablar... ¡Nada!
_ Perdóname..._ dijo al soltarme, sintiéndose algo incómodo.
_ Deberías tomar tus maletas e irte. ¿Qué crees que ganas al continuar aquí?... ¿Acaso es el último deseo de mi abuelo?..._ mis ojos lo miraban con rabia.
_ Tatiana...
_ Entonces, mi abuelo al fin te contó cual es su último deseo. ¿Sabes que solo te lo confesó a ti?...
_ Lo sé..._ expresó aún más incómodo_. Y lamento no poder decírtelo._ se acercó un poco más a mí_. Sin embargo, si puedo decirte lo que eres en mi vida. Si sólo me permitieras expresártelo.
_ Ahorra tus palabras... No necesito escucharlas... Con tu permiso.
Lo dejé al acelerar mis pasos. No estaba dispuesta a cambiar ni un poco mi actitud hacia él. Sentía el corazón tan oprimido, lleno de rabia y de tristeza a causa de todo lo que me rodeaba, que ya ni mis pensamientos coordinaban.
Solo deseaba retomar mi vida y que él se fuera tan lejos. Tan lejos, donde no pudiese verlo.
Que tomase el próximo avión a Londres y no regresara más a Los Ángeles.
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Si Sólo Pudieras Ver... Todo lo que Soy
Teen FictionTatiana Campbell es una chica normal. Con sueños. Que ha tenido que vivir el sinsabor de un desengaño amoroso. Dylan McDonald, ha sido esa persona que ha roto su corazón... ¿Será la vida capaz de encontrar un punto en sus caminos que los una de nuev...