Capítulo 13

2.8K 275 9
                                    

Capítulo 13

Presente_ Seis años después de la competencia.

  No sabía porqué al recordarlo, mi mente me hacía recordar aquella canción de Christina Aguilera llamada "Empty Words". Y porqué aún al recordarlo me afectara y me molestara tanto. O tal vez sí lo había sabido todo este tiempo, sólo que nunca había querido admitir la verdad que había ocultado en lo profundo de mi alma.


   Y todo el tiempo que había trascurrido desde aquella competencia en Canadá y todo lo que había ocurrido después. Admito que soy consciente de todo el tiempo que había pasado desde entonces. Y que ya no era aquella tonta de 16 años que creyó en palabras vacías y quien amó a alguien, que terminó rompiéndole el corazón. Sino ahora era otra Tatiana. Una más fuerte que antes y ahora tenía 22 años.


   En mi interior sabía que no quería verlo otra vez. Que si hubiese sido por mí, tomaría un avión con un destino incierto, sólo para no verle la cara. Pero tristemente yo no podía cambiar aquello, por más que quisiera. Tenía las manos atadas.


_ ¿Aún no ha llegado?_ le preguntó mi abuelo a mi madre, sabiendo claramente lo enojada que me encontraba.
_ No, aún no ha llegado... Ya la conoces, papá.
_ Tal vez no fue buena idea venir... Sé que a ella no le agrada mi presencia._ dijo aquel ser que tanto desearía poder odiar de verdad, al conocerme tan bien.
_ No digas eso muchacho... Ella solo está caminando un poco, como lo hace todas las tardes._ expresó mi abuelo con picardía.
_ No mienta, abuelo Matthew... Conozco muy bien a su nieta... a Tatiana.
_ Y yo también..._ sonrió con tanta picardía, sin ocultar su alegría, de aquel nuevo reencuentro_. Dylan, hazme caso. No pongas triste el corazón de este pobre viejo que se alegra de tenerte aquí...


     Dylan asintió, sabiendo a lo que se refería mi abuelo.  Aquel era su último deseo y en su silencio había algo que debía culminar antes de morir. Era una promesa que le había hecho a la vida.


   Después de caminar y de correr un rato. Me dispuse a regresar. Había estado por mucho tiempo a solas, y en el estado de mi abuelo, era algo que evitaba hacer con frecuencia. Evitaba estar mucho tiempo afuera.



   Algo en mí no quería que llegase rápido. Sabía que él ya debería estar allí, algo que no me agradaba para nada.



<< ¿Cómo pudiste, Dylan? ¿Cómo pudiste mentirme?_ le había dicho dos años atrás, en aquella última conversación que habíamos tenido. Él rompía conmigo, después de darme una explicación de por qué lo hacía_. No te lo voy a perdonar, Dylan. ¡Jamás te lo perdonare! >> 



   Y aquella era una promesa que me había cumplido a mí misma, al cerrar mi corazón y al no permitir que él se acercara de nuevo a mí. Aun cuando en aquel instante todo era diferente.



   Llegué a la entrada, antes de subir los escalones para así entrar a mi casa. No obstante, me detuve al verlo sentado en uno de los escalones.



_ Hola..._ dijo al levantarse, mientras me miraba tan fijamente. Había esperado por mí, al querer una conversación privada entre ambos. ¿Lo encontraría?
_ ¿Al fin decidiste venir?_ dije con cinismo_. "Bienvenido"._ lo mire con rabia e indiferencia, antes de disponerme a subir los escalones.
_ Solo lo hice porque tu abuelo me lo suplico... el insistió en que viniera y me quedara unos cuantos días.
_ ¿Y no pudiste negarte por el gran aprecio que le tienes?_ agregué con más cinismo, mientras lo miraba con enojo_. ¿O me equivoco? ¿O fue por causa de su último deseo?
_ Tatiana...
_ ¿Sabes? Mejor ahórrate las palabras... ¡Cómo veras deseo ducharme! Y esta conversación no tiene un fin... Con tu permiso.



    Entre aún más molesta. Dylan no era nada de mi abuelo, y sin embargo, tenía su aprobación, sin él conocer lo que Dylan me había hecho en el pasado. Y la cruel decisión que me había hecho tomar a mí, después de alejar mi corazón de lo que sentía Alan por mí.


    Y Alan habían muerto hacia dos años atrás, tras una larga luchar contra el cáncer. Y era algo que jamás me perdonaría, porque aunque había hecho todo lo posible para que el fuese por completo feliz y sabía que él había muerto feliz entre las personas que lo queríamos. Una parte de mí siempre se culparía al no darle todo mi tiempo cuando realmente él era que se lo merecía.

Si Sólo Pudieras Ver... Todo lo que SoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora