Empecemos

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Narra Angi
Aunque en un futuro necesitaría la ayuda de alguien, ahora tenía los recursos para empezar. Fui a abajo donde estaban todos los regalos que me dieron anoche; me dieron galletas, pasteles, dulces, entre otras cosas. La verdad... estaba nerviosa, seria la primera vez que comería con el propósito de subir de peso.

Decidí llevar todo a la sala, donde estaría más cómoda. Pero quería intentar algo, algo que vi en la página de Internet. Subí a mi cuarto y busque profundamente en mi closet.

Angi: aquí están!

Encontré unos jeans, al ponerme los veía como apretaban un poco mi estómago, causando que esté sobresalga. Baje ansiosa, me senté en el sillón de la sala; empecé con las galletas que no me había terminado.
Esas fueron apenas una entrada, tome unos pastelillos, me fui comiendo uno a uno, conté unos 4 pero no estaba segura, pues me los comí muy ansiosa.

Luego de eso, tome un pastel de chocolate. Empecé con una rebanada, luego con 2, después solo tomaba trozos con mis manos. Sentía como poco a poco mi estómago hiba creciendo y como el pantalón me empezaba a apretar. Cuando termine con el pastel, ya me sentía un poco llena, pero yo quería seguir. Me estaba cansando del sabor dulce, así que decidí cocinar algo.

Me prepare un kilo de espagueti, el cual originalmente era para la semana, pero ahora seria para una hora. Puse todo en un plató, la comida estaba a punto de desbordarse; parecía una montaña, empecé a comer de esta con muchas ganas. Después de media hora ya me estaba cansando y llenando, pero debía seguir si quería conseguir mi meta. Unos 25 minutos después ya estaba a punto de terminar con el plató, sentía como el pantalón me apretaba, mi estómago ya era una o dos tallas mas grande.

La verdad, mi familia siempre a sido de "fácil engorde", pero mi madre quería evitar eso en mi a toda costa. Desde que era niña siempre comía cosas bajas en grasa y calorías, casi nunca comía dulces... pero ahora estoy mas grande de lo que e estado jamás.

Al terminar con el plató me recliné en el sillón y me relaje, me dolía el estómago, pero el dolor valía la pena al ver lo grande que era. Cuando me acomode en el sillón...

Plop!

sucedió... el botón del pantalón salió disparado, y así, mi estómago fue liberado. Noté que se habían quedado unas marcas del pantalón en mi piel.

Angi: haaaa~... un domingo de flojera... domingo... DOMINGO!

Me había olvidado por completo que al día siguiente tenía que ir a trabajar. No había pensado en que haría para explicar... esto. Me levante rápidamente del sillón y subí a mi cuarto, tenía que buscar algo que disimulara mi estómago.

Me decidí por un suéter violeta, era bastante grueso, perfecto para disimular el tamaño de mi estómago. Al terminar de alistar todo para mañana, vi el reloj, este marcaba las 5:30, me tumbe en la cama y descanse un rato; solo deseaba que todo saliera bien mañana.

Narrador
Mientras Angi dormía una "siesta", Eva estaba en su casa preparando los postres de mañana. Ahora les pondría aparte de las pastillas de hambre, unas de engorde. Eva estaba un poco frustrada, pues después de analizar su plan, notó que no podría guardar en vacaciones tanta comida sin que su familia se diera cuenta y sin que esta se echará a perder.

Al terminar los postres, Eva investigo otras alternativas en Internet para su plan. Y en medio de esa búsqueda, encontró unos batidos para subir de peso, Eva investigo donde encontrarlos o como conseguirlos. Y al parecer los podía conseguir en farmacias, después de este "descubrimiento", creo un "plan alimenticio".

Narra Angi
Al despertar de mi "siesta", mire la hora y eran las 7:00, aún era temprano para dormir. De repente, mi estómago sonó, al parecer tenía hambre de nuevo; baje a la sala y llamé a una pizzería. Cuando llego la pizza me senté en el comedor de la cocina, y empecé a comer. Me comí medía caja, guardé el resto en el refrigerador; subí a mi cuarto y me vestí para dormir, al quitarme la camisa, me sorprendí del tamaño de mi estómago. Era el doble o triple de grande de lo que era en la mañana, me termine de vestir y me acosté en mi cama.

Peso a pesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora