Ten cuidado...

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Narra Angi

Estaba nerviosa, nunca había hecho esto con alguien más, así que tenía miedo de lo que fuera a pasar. Tom había traído "demasiada" comida, y no sabía como decirle que no estaba en mis planes el crecer mucho, así que solo continúe.

Tom: muy bien, ¿con que quieres empezar?- se le veía menos nervioso y mas en confianza.
Angi: mmmm... n-no lo se, tal vez terminar con el resto de la pizza.
Tom: bien.

Solo quedaban 5 rebanadas, Tom tomo una y la coloco suavemente sobre mis labios, le di un mordisco sentí una gran satisfacción, sentía como un poco de salsa de tomate corría por mi boca. Tom parecía disfrutarlo también, estaba muy atento y mordiéndose el labio inferior, tenía un brillo de gozo en sus lindos ojos, como un niño pequeño comiendo su dulce favorito.

Cuando termine con la rebanada(la cual comí en poco tiempo), Tom tomo esta vez 2 rebanadas, una encima de la otra, y la puso sobre mis labios. Aunque al principio presentí que era excesivo, le di un gran mordisco y mastique con dificultad, y trague. Era un poco pesado, pero logre terminar las rebanadas de la misma forma; mi estómago ya estaba ligeramente hinchado, haciendo que mi camisa empezará a apretar levemente.

Tom: ¿bien que sigue?
Angi: tal vez el pollo frito.
Tom: buena elección.

La verdad no era muy fan del pollo frito, pero quería terminar con los alimentos más pesados primero. Cuando Tom tomo una pieza de pollo, se pudo ver como pocas gotas de grasa y aceite cayeron de vuelta al plato, eso me hizo tragar saliva. Yo quería subir de peso, pero no llenar mis venas de colesterol.

Le di una mordida al pollo, pero en seguida lo escupí, era demasiado grasoso, mas de lo que debería.

Tom: ¿qué sucede?, ¿pasa algo con el pollo?
Angi: es demasiado grasoso.
Tom: entiendo... ¿y que prefieres entonces?
Angi: la baguette se ve bien.

Tom agarro el largo sándwich y me lo puso cuidadosamente en la boca, y le daba mordiscos rápidamente, pero saboreando cada uno de ellos. Era muy bueno, no sabría identificar de que era exactamente, pero puedo asegurar que era una exquisitez.

Seguimos así por unos 20 minutos, Tom dándome comida, y yo dando grandes mordiscos. Para este punto, mi estómago era el triple de grande, se lograba ver un poco por las aberturas que se formaban de botón a botón. Ya me apretaba mucho y me incomodaba bastante, además de que ya estaba bastante llena, pero Tom quería seguir.

Tom: muy bien, ¿qué sigue?
Angi: mmm... Tom, creo que ya estoy muy llena para comer algo más.
Tom: vamos, solo un poco más.

Tom tomo un gran trozo de pastel y lo puso en mi boca antes de que pudiera decir algo más. Era demasiado grande para escupirlo, así que solo me quedo masticar y tragar. En cuanto pude tragarlo por completo, me sentí exhausta y muy llena, sentía dolor en mi estómago.

Tom: vez si pudiste.
Angi: mmm!- mientras le lanzaba una mirada asesina.

Me seguía doliendo el estómago, así que me recosté en el sillón, pero de pronto...

PLOP!

Un botón de mi camisa salió disparado, luego...

PLOP!

Otro, y otro, así con todos, dejando expuesto mi enorme estómago. En cuanto esto paso, yo trate de taparme tomando los extremos de mi camisa y jalar cada uno hacia mi estómago. Pero esto solo empeoró las cosas, ya que por la presión de la camisa, mis "rollitos" desgarraron los costados.

Yo estaba apenada, mi piel era tan roja como un tomate, no podía creer que esto había pasado. Voltee a ver a Tom, quien estaba un poco sonrojado, con un poco de saliva fuera de su boca y mirando fijamente a mi estómago. Igualmente pude observar como su mano estaba un poco levantada y temblando.

Angi: Tom... y-yo... no se que decir.

Vi que Tom no parecía estar poniéndome atención, y que seguía viendo mi voluptuoso estómago.

Angi: ¿Tom?... ¡Tom!
Tom: ¿aaa?
Angi: ¿qué te sucede?
Tom: e-es solo que... QUIERO TOCARLO.

Estaba sorprendida, enserio le gustaba esto, realmente no le desagrada. Tome una decisión, aunque un poco excesivo, el me ayudó con la comida, supongo que me tocaba "pagarle".

Angi: Tom... puedes tocarlo.
Tom: ¡¿e-en serio?!
Angi: si, pero ten cuidado, que me duele un poco.

En cuanto dije eso, Tom puso sus manos y empezó a sentirlo suavemente, empezó a masajearlo lentamente. Se sentía muy bien, el dolor fue disminuyendo hasta ser casi nulo, me generaba una sensación de felicidad, satisfacción, gozo, entre más cosas, fue de los mejores momentos de la noche.

Narra Tom

Yo siempre preferí a una chica obesa o mórbida, y mi plan es que Angi termine así. En toda la noche, aunque me dejo alimentarla, la note muy reservada con su estómago y no muy dispuesta a comer mucho. Pero cuando se recargo e hizo que los botones salieran disparados, liberando su gran y redondo estómago, no pude evitar quedar hipnotizado por su enorme tamaño, que aunque chico para lo que busco, era un gran avance.

Todo mejoró cuando pude tocarlo, se sentía hinchado, pero seguía siendo suave y esponjoso. Lo masaje para que dejara de dolerle, ya que fue mucha comida para ella, la cual aun no se acostumbraba a su nuevo estilo de vida. Pero para eso yo estaba, para guiarla en el camino de la gordura.

Narra Angi

Tom siguió masajeando por unos minutos, cuando revise la hora ya eran las 12:45, aunque lo estuviera disfrutando mucho aquí, ya tenía que irme. Además de que tenía que retirarme de ahí antes de que a Tom se le ocurriera seguir con la comida, y yo ya no estaba dispuesta a más.

Angi: ~Tom~... Tom... ¡Tom!
Tom: ¿qué pasa?
Angi: Tom, creo que es hora de que me vaya, ya es muy tarde y no quiero llegar tarde mañana.
Tom: pero...
Angi: pero nada, además de que debo buscar algo para cubrir "esto".
Tom: entiendo...

Se le veía triste de que todo esto terminara pero sabia que tenía razón, tome mis cosas y me despedí de el.

Angi: adiós Tom, nos vemos mañana.
Tom: si, hasta mañana.

Subí a mi auto y conduje a mi casa, al llegar subí a mi habitación y me puse mi pijama, la cual ya me apretaba un poco y dejaba ver un poco de mi estómago. Abrí mi closet y busque entre toda mi ropa algo que me cubriera, solo pude encontrar un suéter igual al del lunes. Mañana iría a comprar ropa, ahora tenía que descansar.

Peso a pesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora