Aquella mañana me desperté bastante alterada. No sólo mi amiga —y uno de mis mayores apoyos—seguía en coma, sino que ahora también empezaba a ser consciente de que estaba sintiendo cosas por ella.Me estaba enamorando de una persona en coma. Genial.
Necesitaba hablarlo con alguien pero ¿a quién le iba a explicar que podía ver a una persona en coma cada noche, hablar con ella y tocarla, y que, por si fuera poco, estaba empezando a enamorarme de ella?
Dejé de comerme la cabeza y marqué el número de la primera persona que se me pasó por la cabeza. Ricky.
Y tras saber que estaba en casa y no tenía nada importante que hacer, llamé a un Cabify y en menos de diez minutos ya me encontraba delante de su puerta.
—Puedes empezar, rubia. Creo que hasta puedo ver cómo echa humo esa cabeza.
Tras saludarme con un cariñoso abrazo y comprobar que me encontraba bien —dentro de lo que cabía—, me invitó a pasar y a sentarme en uno de los sofás. Él se situó enfrente mía.
—Ni siquiera sé por dónde empezar, probablemente después de que lo escuches empieces a tenerme miedo y a pensar que estoy loca.
—Mimi, he escuchado de todo salir de esa boca. A estas alturas no creo que nada pueda asustarme.
Suspiré y lo miré a los ojos.
—¿Empiezo por la fuerte o por la menos fuerte?
Ricky se acomodó en el sillón rápidamente y volvió a prestarme atención.
—¿Esta qué pregunta es? La fuerte, venga.
—Voy a ser directa, aviso.
Él asintió, mostrándose indiferente.
—He estado hablando con Ana todo el tiempo que lleva en coma.
Su rostro no tardó ni medio segundo en cambiar.
—Pero... ¿hablando? O sea, te refieres a que le has estado hablando tú a ella, pero no ella a ti, ¿cierto? Claro, ¿cómo va a hablarte ella? Ya no sé ni lo que digo.
—Ricky —Lo tuve que interrumpir— ella también me habla.
Volvió a mirarme con un rostro asustado.
—¿Co...cómo?
—Yo tampoco lo entiendo, no sé cómo explicarte esto sin que acabes pensando que estoy loca. Cada vez que me quedo dormida aparezco en una playa, como si estuviera soñando. Pero sé que no es un sueño, Ricky, soy demasiado consciente de todo para que sólo sea un simple sueño. En aquel lugar es donde veo a Ana. Puedo tocarla, abrazarla, hablar con ella, cualquier cosa que puedo hacer en la vida real la puedo hacer allí también. Es como un mundo paralelo en el que solamente estamos nosotras dos.
Ricky me miraba fijamente sin articular ninguna palabra, su rostro mostraba claramente que estaba en shock. Seguí hablando.
—El día de la operación, cuando me dormí en la sala de espera, te dije que Ana no iba a despertar, ¿recuerdas? —tragué saliva, se me empezaba a hacer difícil seguir hablando del tema— Ese fue el primer día que aparecí en aquel lugar. Estaba con Ana cuando, de repente, empezamos a escuchar desde allí las voces de los cirujanos diciendo que había que inducirle el coma. Esa fue una de las razones por las que supe que no estaba soñando.
Nos mantuvimos unos minutos en silencio mirando a un punto perdido, él —supuse— tratando de digerir mis palabras y yo cogiendo fuerzas para seguir hablando.
—Joder... —fue lo único que pudo decir, con la voz entrecortada.
Bajé la mirada y suspiré. Él me ofreció su mano y yo no dudé en cogérsela.
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Apricity | Warmi
RomanceAna queda en coma tras un grave accidente y la única manera que tiene Mimi de contactar con ella es a través de sueños.