[Capítulo 4] La Goldstein

1.9K 165 1
                                    

    —Niffler —digo—, a dentro.

    Ya fuera del banco, Newt abre la maleta y yo meto al escarbato dentro.

    —Discúlpenos por eso —dice Newt.

    —¿Qué es esa cosa? —pregunta la chica.

    —Nada que les interese —contesto.

    —Por desgracia —dice Newt—, ustedes ya la han visto. Si no les importa quedarse quietos. Terminaré en un segundo.

    —Eh... Sí, claro —dice la chica—. Sólo una última cosa...

    Coge su maleta con rapidez, le pega a Newt con ella y  a mí me empuja de una patada, después echan a correr.

    —¡Newt! —exclamo.

    —Estoy bien, estoy bien —dice, levantándose.

    —¿Qué a sido eso...?

    Él se proponía a contestarme, pero una chica entra en el callejón. Newt se pone en pie rápido y nos disponemos a caminar, pero nada más pasar al lado de la chica, los dos desaparecen.

    —¡Oh, venga ya! —exclamo.

    Decido transformarme con rapidez. Visualizo mis manos convirtiéndose en zarpas, el vello blanco creciendo por mis extremidades, la vista, el olfato, el oído... agudizándose. Con la transformación completa, echo a correr hacia la salida de la calle, los olores se mezclan en mis fosas nasales, el olor a gasolina quemándose, a panes recién echos, incluso el olor a vainilla de la hermana del señor Kowalski. Me centro en el olor agradable que desprende Newt. Recorro las calles, pasando entre la estupefacta gente que hay por allí, a la que escucho decir cosas como  "¿Eso es un perro?" o "Qué animal tan bonito". Encuentro a Newt y a la chica no muy lejos de donde estoy, escondidos en una esquina.

    —... me lo voy a llevar —está diciendo la chica.

    —¿Llevarme a donde? —pregunta Newt, buscándome con la mirada.

    —Mágico Congreso de  USA —contesta ella, mostrando su identificación.

    Corro hacia ellos y me transformo justo delante.

    —¡Ah! —exclama la chica.

    —¡Tú eres la de el hotdog! ¿Trabajas en la MACUSA? —pregunto como si nada.

    —¡¿De dónde sales tú?! —dice la mujer.

    —Esta es Annie —explica Newt—, mi asistenta.

    —Sí, a la que dejasteis allí tirada. Para la próxima me lleváis, ¿vale? —puntualizo—. Bueno, ¿es usted una investigadora o no?

    Ella asiente, aunque noto algo de indecisión.

    —Al menos se encargarían de los no mag, ¿no?

    Miro a Newt extrañada.

    —¿Del los que? —pregunta.

    —De los no mag —repite.

    —¿Perdón? —digo.

    —¡De los no magos, no mágicos! —exclama.

    —¡Ay! Lo siento, señorita —digo irónicamente—. Tranquilícese, eh.

    —Nosotros los llamamos muggles —explica Newt.

    —Les borraron la memoria, ¿verdad? —pregunta—. A los no magos de la maleta.

    Se hace un silencio bastante incómodo que dura unos segundos.

    —Mmmm —dice la chica con molestia—, es un inciso 3-A. Me los tendré que llevar.

    Nos coge de los brazos para teletransportándonos a la entrada de la MACUSA.



[Animales fantásticos] El secreto del lobo albino |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora