Capítulo 22.

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Corro todo lo que puedo con el Erumpent tras de mi. Paso encima de un lago congelado y me subo a una de las piedras que este tiene en el centro. La criatura me sigue, subiéndose a la misma roca. Salto cayendo al otro lado del lago y avanzo aún mas rápido. Escucho los gritos de Isabelle y Tom tras de mi, pero no me paro. Avanzo hasta llegar a un árbol algo alto y trepo a una de sus ramas mas altas. El Erumpent se detiene un momento, pensando cual será su siguiente movimiento. Aúllo con la intención de apresurar a Newt, pero el Erumpent avanza y clava su cuerno en el tronco del árbol.

-Oh, mierda- susurro.

El árbol cae lentamente, estampándome  contra el suelo. Me levanto rápidamente y corro hacia el enorme lago congelado del parque. Nada más pisarlo, resbalo fuertemente. Las garras no me ayudan en nada, así que decido transformarme a humana. Me levanto y corro hacia el centro del lago, puedo notar la presencia de Newt no muy lejos de la criatura. Me paro frente al Erumpent para facilitarle el trabajo a Newt. El animal empieza a introducirse en la maleta mientras se acerca a mi con giros perfectos. No me aparto aunque el Erumpent se acerque tanto a mi.  De repente, siento un terror enorme crecer dentro de mi, y ¿si no llega a meterse dentro de la maleta a tiempo? Cierro los ojos con fuerza, esperando la colisión. Pero lo único  que siento es la áspera y húmeda lengua de el animal. En cuanto abro los ojos, Newt se encuentra frente a mi con expresión preocupada y con su maleta cerrada.

-Asqueroso- digo- Me debéis una bien...

No puedo terminar, pues Newt se lanza sobre mi, abrazándome con fuerza.

-Eres una idiota- susurra- Si te hubiese pasado algo...

-Hey- le digo acariciándole el pelo- Estoy bien, estoy bien.

A mi lado aparecen los demás.

-Lo siento- dice Jacob- Soy estúpido...

-No se preocupe- le tranquilizo separándome de Newt. Este me limpia la cara con su mano.

Le miro a sus profundos ojos verdes, y el me devuelve la mirada, sonriendo dulcemente.

-No se que haría sin ti- dice- Eres cómo mi hija, te quiero.

Una punzada de dolor me cruza el corazón, pero le sonrío. 

-Será mejor que nos vallamos ya- dice Tom.

-Si- afirmo.

Izzy y Tommy me ayudan a levantarme, después vamos bajo un puente cercano y nos introducimos en la maleta. Pero aunque el peligro haya acabado, una frase me martillea el corazón.

"Eres cómo mi hija" 

   

[Animales fantásticos] El secreto del lobo albino |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora