Jin es un zombie que se mantiene en la tierra de manera aburrida y triste.
Por accidente conoce a la persona que le hará volver a vivir.
Deberá ayudar a su amado y sus amigos a sobrevivir ante el apocalipsis.
¿Un zombie enamorado cómo terminará es...
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Mis padres eran considerados personas con dinero, mi padre junto con otras cinco personas fundaron una empresa farmacéutica que buscaba encontrar las curas de diferentes enfermedades terminales.
Era algo realmente prometedor, pero se les salió de las manos.
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—Buenos días— le dije a la recepcionista de la empresa de mi padre, donde iba a trabajar junto con mi mejor amigo HoSeok, pues su padre también era uno de los miembros fundadores.
Ambos seguimos con el legado familiar y nos haríamos cargo de la empresa en su momento. No conocíamos a los hijos de los otros fundadores.
Me dirigía a la oficina de mi padre, pues nos presentarian a las demás personas que trabajarian con nosotros. Los hijos de los demás miembros en resumen.
—¡Disculpa no medí bien la distancia!— le decía al chico que había golpeado con mi portafolio, por error, en el estómago.
—No te preocupes, ya pasara el dolor— me dijo como un pujido por el dolor en su estómago.
—De verdad lo siento— le repetía, suelo ser muy descuidado en ocasiones.
—No te preocupes, ya paso, soy JungKook— me dijo con una linda sonrisa de conejo.
—NamJoon— le respondi dandole la mano en forma de saludo, el la estrecho.
—Bueno, NamJoon fue un gusto conocerte, nos vemos luego— se marchó y yo me dirigí a la oficina de mi padre.
Al entrar me encontré con mi padre, HoSeok y otro chico que parecía un gato. Me confundio aquello pues esperaba a más personas. Se suponía que serían cinco chicos con los que tendría que convivir no solo con dos y que uno sea mi mejor amigo.
Min YoonGi era el chico, al principio era muy serio, parecía enojado todo el tiempo, sin embargo al tratar más con él, nos dimos cuenta de que era una persona muy linda y por casualidad del destino su amigo era JungKook.
—JungKook necesito el numero de YoonGi, quedó de traerme algunos papeles hace tres días y hasta hoy no los ha traído— dije con fingida molestia. EL soltó una risa.
