Capítulo 5

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Se escucha por todo el valle un grito desgarrador y lleno de angustia.

---¡Nooooo! ¡Zita....! –--Darién no puede creer lo que ven sus ojos en ese momento y sin pensarlo corre directamente al cuerpo casi sin vida de Zita, la toma entre sus brazos, retira de su rostro unos mechones de cabello y con desesperación limpia la sangre que brota de sus labios.

---Es mi culpa Zita. ¡Perdóname! si hubiera venido en el tiempo acordado no hubiera pasado esto.
Por favor perdóname, prometí protegerte y lo único que logré fue que estos bastardos, mi propia familia te lastimara -–se escucha la voz de Darién entrecortada debido a la rabia y el dolor que sentía en ese momento.

---Darién, solo quería decirte hoy que te amo, que te he amado desde el primer día que te conocí en los jardines del palacio de tu padre y juro por mis antepasados que no he amado a nadie así como a ti. -–Zita lentamente alza su brazo y acaricia el rostro de Darién, con sus dedos limpia las lágrimas que brotan de sus ojos--- . No tienes que pedirme perdón ante mis ojos eres la persona más noble y bondadosa que alguien como yo tuvo el privilegio de conocer.

---Calla por favor, guarda tus fuerzas, te llevaré al palacio y ahí te podrán ayudar--- Darién con sus manos temblorosas se saca su túnica y cubre el cuerpo desnudo de Zita, trata de levantarla pero Zita se lo impide diciendo...

---Salva animam tuam: et anima mea spiritu tuo. –- empieza a decir esta frase Zita.

---No entiendo lo que dices Zita, déjame buscar ayuda.

---Esta es mi runa de protección, mi última muestra de amor hacia a ti.

---Protección para mí, en este momento debes preocuparte por ti. Así que te llevaré al palacio quieras o no.

Darién trata de levantar a Zita cuando siente un viento helado que mueve todo a su alrededor y observa como las nubes del cielo se arremolinan en dirección a ellos.

Dante, Demian y Rómulo sienten como este viento helado recorre cada parte de sus cuerpos y no les permiten moverse. Escuchan como Zita sigue repitiendo la misma oración una y otra vez:

---Salva animam tuam: et anima mea spiritu tuo

---Salva animam tuam: et anima mea spiritu tuo

---Salva animam tuam: et anima mea spiritu tuo

Darién trata de levantarla pero la siente tan pesada que no puede con ella. Solo se queda observándola desconcertado al notar que los ojos negros de Zita se tornaron rojos.

---Mis antepasados han escuchado mi suplica -– Esas fueron las últimas palabras de Zita y dejo de respirar en los brazos de Darién.
---¡Zita no, no me dejes! ¡Levántate! ¡Dices que me amas y me abandonas!
¡Nooo, por favor! ¡Vamos levántate! –--Darién acaricia una y otra vez el rostro de Zita pensando que así despertaría. La acerca a su pecho y sus lágrimas enjuagan la sangre que hay en el rostro de ella. Dulcemente la besa en la frente en señal de despedida y pega un grito desgarrador.

¡Zitaaaa......! ---Darién la acomoda delicadamente en el suelo y sus ojos se posan en dirección a su hermano Dante. Se levanta lleno de furia dando grandes zancadas, lo toma del cuello y aprieta tan fuerte que Dante no puede respirar y entre dientes pide ayuda a Rómulo y a Demian.

Ellos corren en su auxilio y tratan de ayudarlo, pero Darién no entiende razones y continua apretando con fuerza cuello de Dante haciendo que su rostro cambie de color por la falta de aire. Rómulo en su desesperación saca su espada de la funda y con el puño de ésta le propina un fuerte golpe en la cabeza a Darién dejándolo inconsciente en el suelo.

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Mientras que Darién yace dormido en su habitación por el golpe que le propino Rómulo tiene un sueño extraño, se ve corriendo en un bosque lleno de niebla que le impide la visibilidad y solo se rige por el eco de una risa que viene de todos lados, no entiende porque sigue avanzando pero la risa que escucha le es conocida. Puede ver como la niebla se abre paso en su camino guiándolo hacia un frondoso árbol y a la distancia una mujer lo saluda con una hermosa sonrisa en los labios. Darién no puede creer lo que ve es Zita quien lo llama, entonces apresura sus pasos para llegar a ella y cuando la tiene cerca la abraza con tanta fuerza y le dice...

La Maldición de la Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora