Park Jimin un chico de dieciocho años tenía en sus brazos al amor de su vida, el cual protegería hasta la muerte.
La historia de un amor adolescente y problemas de un padre joven, solo y con muchas ganas de dormir.
El mundo es un grano de arroz...
Capítulo especial que es un regalo de mi parte para ustedes..... 💜🌹
Otra cosa.....¡No me regañén! En cada cap. Casi me matan porque no se que piensan jjajjaa tranqui, no drama...
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Ya tenía cinco meses, su pancita era pequeña, pero notoria sobre todo cuando llevaba el suéter de la escuela, su pequeño limoncito no dejaba de moverse, era como si estuviera liderando una fiesta en su interior, se levantó al baño antes de que presentaran a las escuelas que estarían participando, en esa competencia no solo irían institutos nacionales sino también un par internacional. No le tomó importancia, si ninguna era canadiense no era algo interesante. SeHun le sonrió antes de que se fuera, le correspondió amablemente, últimamente estaban siendo mucho más dulce, eso le gustaba, aunque, sentía que estaba asumiendo algo que no pasaría porque ahora él sólo quería concentrarse en su bebé. No necesitaba una relación.
Entró al baño para liberar su vejiga, cuando ya todo estuvo bien, se lavó las manos y mojó su rostro para eliminar los rastros de cansancio. Su madre le reclamaba lo mucho que se sobre esforzaba, pero ¿Qué más podía hacer? Necesitaba por lo menos graduarse del instituto.
Suspiro escuchando que alguien estaba fuera del baño mientras él salía
—Woooow mira qué tenemos aquí.
Levantó la vista mirando con asombro a JaeBum, no lo había visto desde el campamento.
—H...hola—susurró confundido—. ¿Qué haces aquí?
—Hola Jimin, te preguntaría cómo estás, pero veo que no muy bien ¿Has comido mucho? Tan mal te dejo Min—dijo llevando su mirada al estómago hinchado del castaño.
Jimin palideció ¿Qué haría ahora?
—No es de tu incumbencia—gruñó cubriéndose con las manos.
—Oh papi, no te enojes, le hace dañó al bebé—rio divertido.
—No te cansas—escuchó una voz grave reprender—. Eres un entrometido Jae, vete de aquí, deja de joder.
Cuando lo vio sus piernas fallaron, era como si estuviera viendo a un fantasma, con su cabello bien peinado hacía atrás y su uniforme impecable, apareció frente a él con una sonrisa llena de anhelo. Fue un golpe duro verlo después de tanto tiempo.
—¿Yoongi? —su voz se volvió inestable al pronunciar aquel nombre, sus manos temblaban, la sangre huyó de su cuerpo.
—Jimin—sonrió y abrió sus brazos esperando un recibimiento diferente porque necesitaba tener esos pequeños brazos rodeando su cuerpo, lo había extrañado demasiado.
Jimin corrió al interior de ellos, lloro casi de inmediato, estaba ahí, no era un sueño. Yoongi lo estrujo con cuidado pero se detuvo al sentir algo extraño, se separó y le observó, el suéter del uniforme se alzaba ligeramente, pasaría por un pequeño aumento de peso pero sólo su estómago estaba así, lo miró a los ojos recordando lo que escuchó segundos antes de intervenir
