Park Jimin un chico de dieciocho años tenía en sus brazos al amor de su vida, el cual protegería hasta la muerte.
La historia de un amor adolescente y problemas de un padre joven, solo y con muchas ganas de dormir.
El mundo es un grano de arroz...
Este y el siguiente son especiales del pasado, me los pidieron y los tome como buena idea porque aun no tengo bien consolidado los próximos capítulos. En pocas palabras son para entretenerlos. 😂💜
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—Maldición—gruñó antes de morder con fuerza su labio inferior.
No llevaba ni un año viviendo con Jungkook y ya la había embarrado en grande, observó la prueba de embarazo que llevaba en la mano, por lo que decía tenía más de cuatro semanas ¿Cómo sucedió? Era estúpido preguntar porque recordaba el condón roto y la pastilla del día siguiente, al parecer esas cosas no funcionaban correctamente o bien el bebé que llevaba dentro tenía muchas ganas de nacer y hacerle la vida un poco más complicada.
No quiso pensar de esa manera, a diferencia de la vez pasada, se sentía bien con la noticia, pero tenía miedo, Jungkook había sido muy claro a la hora de decir que no estaba listo para tener otro hijo, porque quería centrarse en Jihoon y él como siempre lo entendió, porque una parte importante en el contrato silencioso que firmó emocionalmente con ese pelinegro le decía que tenían que ir lento y a su ritmo. Era imposible no sentirse mal, no sabía como Jungkook actuaría, era tan impredecible que siempre lo tomaba en curva.
¿Pero no le decía que lo amaba? tal vez eso ayude en su percepción de la situación porque él de ninguna manera quería deshacerse de su hijo, pudo haber hecho algo similar en el pasado pero no ahora, no lo haría, sería doloroso y horrible, una situación que no quería volver a pasar, porque amaba a Jungkook y por ende amaba a su bebé, sólo le faltaba un semestre para titularse, el trabajo que tenía era estable y contaba con el dinero para cuidar del bebé solo si a Jeon se le ocurría comportarse como un idiota y abandonarlo, aunque sentía que ese no era el caso, confiaba en él.
Podía ocultarlo por unas semanas más, pero era pésimo mintiendo y los síntomas era muy notorios. Enfermo se levantó del piso del baño después de haber llorado, vomitado, llorar de nuevo y vomitar, todo en ese orden. Estaba en vacaciones de invierno por lo cual podía darse la fortuna de disfrutar de la cama sin remordimiento, era tarde, había salido de la empresa temprano y Jungkook aún no llegaba debido a alguna junta importante.
—A menos que me engañe—susurró antes de cerrar los ojos. Esa loca idea rondaba por su mente, quería confiar firmemente en lo que Jeon le decía, pero ¿Cómo garantizar que no le haría lo mismo que a Taehyung? Estaba esperando un hijo, eso podría impulsarle a buscar a alguien más, repitiendo la misma historia.
No quiso pensar y mucho menos llorar, no lo haría, primero tenía que enfrentar la situación y decir lo que pasaba, no quería retrasarlo más, deseaba saber si estaba solo o acompañado en esta nueva travesía.
—¿Ocurre algo? —preguntó al ver que no decía nada, eso no era normal ya que se la pasaba charlando hasta por los codos de su día—. Estas muy callado.
Jae dejo de "comer" las verduras extra que había puesto en su plato, quería que su bebé estuviera bien nutrido. Observó a Jungkook quien le regalaba una linda sonrisa ¿Y si no le decía nada? tal vez podría retrasar el miedo que sentía.
