VIVIENDO ENTRE CHICOS (BTR & TU)

-1.2- Kendall en casa

—Con...— Kenneth tomó una pausa antes de continuar — Kendall...

—¡¿QUÉ?! – mis ojos se abrieron al oír esa respuesta y me exalte demasiado - ¡¿No me puedo quedar con Kenneth o Kevin?! - repliqué al instante.

—¡No! — gritaron mis padres en tono de regaño ya exasperados.

—Enana no puedes porqué hemos hablado todos juntos — explicó Kevin haciendo un circulo con el dedo, señalando a "todos"

— Queremos que tú y Kendall pasen tiempo juntos y que se reconcilien.

¿Qué pasemos tiempo juntos? ¿Qué nos reconciliemos? ¡¿Es que a Kenneth se le zafo un tornillo?! ¡Está loco! o más bien ¡Mi familia está loca! Yo a Kendall no lo puedo ver ni en pintura.

—¡Ni loca me voy con Kendall! ¡No lo quiero volver a ver en mi vida! — volví a replicar.

—No seas infantil, ____ ya estás grande — fulminé con la mirada a Kevin. Quería pegarle a Kevin y dejarlo sin boca por lo que había dicho y es que me estaba quebrando por dentro. Ya no aguanté más y les dije lo que sentía en verdad.

—¿Infantil es estar enojada con tu hermano, tu mejor amigo porqué se olvidó completamente de tu existencia? — mis hermanos bufaron. ¡No lo podía creer!

¿Es que acaso nadie me entiende? ¿Nadie se pone en mi lugar? ¿Qué pasó con él, hija te amamos? Cómo que las mentiras se dan muy bien en mi familia.

—Kendall viene mañana por ti — concluye Kevin y todos salen de ahí como una bala dejándome con la palabra en la boca.

Me quedé atónita...Kendall viene mañana por mí ¡Ni loca me voy con él!

—Al día siguiente—

Kathy y Kenneth (los que dicen compartir ADN conmigo) entraron a mi cuarto.

—¡____ hermanita despierta que Kendall viene en 2 horas! – dice Kenneth moviéndome para despertarme.

Respira ____, respira. ¿Creen que tenga oportunidad de quedarme con Kenn?

—¿No me puedo quedar contigo Kenneth? ¿Te he dicho lo mucho que te quiero hermano? - puse mi mejor cara perrito abandonado.

Cuando realmente quieres algo o librarte de algo y pierdes tu orgullo.

—No me vas a convencer, ahora alista tus cosas que te vas a L.A - por cierto, vivimos en New York.

...

Llegue a la sala, toda mi familia me esperaba.

—¿No hay otra opción razonable, que no sea irme con Kendall?

— ____. Kendall es tu hermano, no es un extraño - dijo mamá.

— Pues en eso se ha convertido para mí. ¿Acaso no recuerdas todo lo que lloré por su olvido? — mi madre bajó la mirada — para mí ya es un desconocido — concluí.

—Ya tengo tus cosas listas — soltó de un solo, dándole otro sorbo a su café.

—¿Cuando las arreglaste? — pregunté confundida.

—Ayer, cuándo fuiste por un protector para tu teléfono.

Shit.

—No quiero irme con Kendall.

—No hagas berrinche _____ — exclamó mi padre.

— No es berrinche. Simplemente estoy dolida. Además tú eres la persona menos indicada para hablar de este tema, no te hablaste con el tío Damian por 4 años porque se ligó a tu amor platónico a los 16.

Mis hermanos empezaron a reír. Y mi madre sorbió fuertemente lo poco que le quedaba en la taza.

—Turn Down For What — Kenneth le dio un codazo a Kevin, pero por más que intentara aguantar la risa no podía.

—La cosa _____, es esa. Uno de adolescente pelea con sus hermanos y pierde momentos únicos que ya no se pueden recuperar y no quiero que suceda lo mismo contigo y Kendall.

— Pues, no entiendo por qué yo tengo que recuperar momentos con él cuando para empezar fue él quien ya no quiso tener otro más conmigo.

— Es por su trabajo — explicó Kenneth.

— ¿Y tú qué tan seguro estás?

— Quizás fue por una novia — soltó Kevin con una risilla y todos lo golpearon por debajo de la mesa.

—Auch — se quejó. Suspiré fuertemente y subí las escaleras rumbo a mi habitación.

En ese instante el timbre sonó. Me quedé helada, completamente inmóvil. Kevin estaba subiendo las escaleras para evitar que me encerraran.

Me oculté detrás de la pared que estaba junto a las escaleras. No pues que gran idea ____, me dijo mi cerebro. Kevin me agarró de un brazo y me empezó a obligar para que bajara. Mi madre abrió.

—Señora Schmidt. ¿Qué tal está? — exhale todo el aire que había estado reteniendo. Era la hija de la vecina que venía con su hermanito. Kevin me jalo de nuevo hacia la pared — oí que Kendall regresaba hoy a casa y mi hermano quiere un autógrafo y fotografía.

—¿Es enserio? — le pregunté en un susurró a Kevin — ¿No podías buscarte otra forma de atraer la atención de Margaret que no sea usando la fama ajena?

—No voy a permitir que me vean actuando cuando era una bola de carne andante.

—Te recuerdo que "Más barato por docena" es una película familiar.

—La cosa es que ahora estoy hecho un bombón — rodé los ojos.

—Tanto que no logras ni que Margaret te conceda una cita.

—Esa boca — me regañó haciendo un puchero mientras yo le sacaba la lengua.

—¿Quién te ha dicho eso? — preguntó mi madre. Kevin me vio nervioso.

—Kevin — lo llamó mi madre.

—Uno menos faltan 2 — Kevin me fulminó con la mirada — ¿Me puedo quedar con tu poster de Michael Jackson? — mi hermano no me pudo responder porque oía a mi madre subir por las escaleras así que no le quedó más que hacer acto de presencia.

—¿Si? — me quedé esperando respuesta, pero lo que hubo fue un gran silencio. Hasta que el hermano de Margaret habló.

—¡Kendall! — ahora sí que me quedé estática.

—¡Eh vuelto a casa! — gritó. Mis nervios empezaron a fallar.

Aquel grito significaba mi muerte, y mi muerte había llegado antes. Todos fueron a recibir a mi hermano, yo me asomé, bajando unas cuantas gradas.

—¡Hijo! - gritaron mis padres con lágrimas en los ojos.

—¡Kendall! — mis ojos se llenaron de lágrimas al ver ese rostro, que no veía hace mucho.

Kendall por el hombro de Kevin me vio detenidamente

Rápidamente subí a mi habitación antes que los demás me vieran llorar. No quería lucir débil. Cerré la puerta de un gran portazo.

Me senté en la puerta sollozando.

—¿Está enojada conmigo verdad? — oí decir a Kendall.

—¿Cómo no? Si te olvidaste de ella — responde Kenneth. Por lo menos alguien me da un poco de razón.

—No me olvide de ella — unos segundos de silencio hasta que por fin habla — solo que no tenía tiempo.

—Te costará recuperar a ____ — dice Kevin. Entonces me quiebro aún más y no puedo parar de llorar.

Simplemente... NO LO QUIERO VER.