12. ¡Feliz cumpleaños, Youngjae!

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Jaebum

Había salido a comprar algo a la tienda, lo que fuera que matara el hambre mientras su abuela estaba afuera, con la esperanza de encontrarse a Youngjae.

Miraba por todos lados, disimuladamente, en especial en dirección a casa de los Choi. Para su mala suerte, lo único que se encontró fue una bola de pelos blanca que lo comenzó a seguir a unas calles del parque. Parecía un cachorro perdido, pero no tenía ningún collar entonces encontrar a su dueño sería difícil. Capaz y solamente paseaba por ahí y pronto regresaría a casa. Jaebum optó por ignorarlo.

Entró a la tienda, tomó sus cosas y salió rápido. Compró un jugo en el local de al lado y volvió a dirigirse a su casa. Apenas llevaba una cuadra caminada cuando notó que el cachorro seguía detrás de él, ahora con más razón porque llevaba comida en las manos.

— ¿Qué quieres? —preguntó Jaebum riendo—. Ve a tu casa, no te voy a dar nada.

Su amenaza no sirvió, pues después de hablarle el cachorro se emocionó más.

Ya estaban llegando a la casa de Jaebum cuando el muchacho volvió a dirigirse al perro.

—Un gusto, puedes irte ahora —cerró la reja y no se volvió a preocupar por el animal.

Después de tantas semanas sin tener tiempo para él mismo debido a la escuela, por fin tenía tiempo de trabajar en un proyecto personal. Tenía planeado componer algo antes de que acabara el mes.

Se sentó frente al teclado y prendió su laptop. No tenía aún nada en mente y pensó que crear una melodía le ayudaría. Tal vez algo relacionado con la lluvia o películas viejas, algo que le recordara a alguien o algún momento importante. Llevaba tanto sin hacer música libre de calificaciones que casi se le olvidaba lo que era dejarse llevar. Jugueteó con sus dedos sobre el teclado un rato, probando diferentes sonidos y ritmos para encontrar algo que lo convenciera, pero nada lo hacía querer continuar. Se talló la cara con ambas manos y suspiró mientras recargaba todo su peso en el respaldo de la silla.

La última vez que había escrito algo que le gustara había sido meses atrás y, aunque no sentía que había perdido su toque ni que estaba en algún tipo de bloqueo, sí sentía un poco más difícil el componer de ese tiempo para acá. Tenía todo para hacer una canción, solo necesitaba organizar un poco sus ideas y descansar, que igual el no tomarse tiempo para él lo estaba afectando.

Arrastró la silla giratoria hasta la mesa al lado de su cama y tomó su celular. Nada nuevo en el chat de sus amigos, solo Jackson invitándolos al partido del miércoles, se había quedado como parte oficial del equipo de básquet. Se metió a Twitter, donde ya estaba por default el perfil de Youngjae porque solo para eso tenía la aplicación, y sonrió.

Quiero un auto yaaaaa, @padres prometo no estrellarlo nunca.

Se respondió a sí mismo:

Bueno, no se los prometo, pero de verdad quiero uno. ):

No sé qué haré con mi vida, ayuda.

Anexó una foto de todos los folletos que había tomado unos días atrás.

Sintió la necesidad de hablar con Youngjae, si él quería, para ayudarlo con lo de las carreras que podrían gustarle. Jaebum no sabía mucho de las que no estaban relacionadas con las artes, pero podía conseguir amigos que le explicaran a Youngjae de qué trataba cada una. Odiaba que tal vez ofrecerlo solo lo haría ver más desesperado.

Llevaba semanas con el número del castaño en su teléfono y el no poder usarlo lo carcomía por dentro.

La última vez que lo había visto había sido tan incómodo que no podía esperar a verlo otra vez y solucionar el tema que tenía pendiente. No podía seguir andando por la vida sin confesarse. Pero hacía días que no veía al castaño por el parque ni por los alrededores, y se iba a ver muy forzado si iba a su casa solo para decirle eso. No quería que fuera forzado y hacer sentir a Youngjae incómodo.

simple ; 2jaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora