22. No se puede cambiar a alguien.

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Bambam

Bambam estaba destrozado mental y físicamente.

No entendía como Hyunggu podía tener una gran sonrisa en cara y seguía paseándose de un lado a otro, acomodando algunas cosas que faltaban como refrescos y hielos. Bam se había rendido hace rato con esas cosas y había decidido disfrutar de la fiesta antes que seguir trabajando. Después de todo, la decoración, la temática y la música fue gracias a él, su trabajo ahí estaba hecho y si le reclamaban simplemente los ignoraría. Inclusive Eunwoo le pidió que no le dijera a Hyunggu donde iba a estar.

La banda apenas se estaba conectando y vio que llegaron dos hombres vestidos con pijamas de cuerpo completo de Pokemón. Se burló un poco —mucho— cuando el mayor se posó frente a él.

—Vaya, JB, tierno —jugó con las orejitas del traje de Snorlax del pelinegro—. ¿Cómo hiciste que se pusiera esto? —preguntó a Youngjae.

El castaño vestido de Pikachu rio— Él fue el de la idea.

—Ya veo —alzó las cejas Bambam. Su amigo era todo un cursi de primera—. Bueno, espero que disfruten... —se quedó mirando tras ellos por si había rastro de alguien más—, ¿Yugyeom no vino con ustedes?

No tenía nada de malo preguntar por un amigo, ¿verdad? Tampoco era como que quisiera que le dijeran que al final Jisoo le canceló.

—Iba a hacerlo —explicó Youngjae—, pero nos cambió por Jisoo.

—Oh —auch, auch, auch—. Bueno —siguió, fingiendo que no le había dolido lo que acababa de escuchar—, disfruten el baile.

— ¿Qué eres? —Jaebum lo señaló de arriba a abajo— ¿Un... ninja gay?

—Soy el mejor superhéroe de todos los tiempos, mugroso. Pantera Negra —con sus brazos formó una cruz en su pecho, pero el mayor no reaccionaba—. Me tienes que estar jodiendo que no has visto Pantera Negra.

—Te ves bien —culminó, con un pulgar arriba—, eso es lo que importa.

—Claro que me veo bien, eso no estaba en discusión. Ya, vayan a divertirse o algo, los alcanzo después —jaló el brazo de Jaebum hasta llevarlo a la multitud que bailaba al ritmo del DJ—. Si necesitan algo, están la hielera de la derecha, solo guiñen el ojo a Heechul. También están vendiendo otras cosas en el estacionamiento —susurró, confundiendo a la pareja—. Bueno, diviértanse —sonrió, ya bastante alejado de aquellos dos que solamente se veían y sonreían como un par de niños de secundaria. Nunca lo admitiría en voz alta, pero sí que hacían una tierna pareja.

Se dijo a sí mismo que no iba a pasarse pensando en lo mismo.

Se reclamó muchas veces.

Pero ahí estaba, parado en la entrada recibiendo gente, usando su labor como organizador del evento como una máscara. Quería ver con sus propios ojos que Yugyeom llegara con Jisoo. No creería hasta ver. Y es que en serio, muy dentro de él aún había una pequeñita chispa, que de vez en cuando se encendía, que le decía que Yugyeom lo quería igual. Esa chispa estaba siendo muy molesta en esos momentos.

Hubiera preferido disfrutar con Kibum o cualquier otro amigo de los que estaban ahí, haber platicado un poquito y olvidarse de la existencia del alto menor que no podía sacarse de la cabeza. Pero no. Bambam era tremendamente orgulloso y solo quería ver si de verdad habían preferido a Jisoo antes que a él. Había hecho todo bien con Yugyeom, ¿no? Cuando estaban juntos reían como si no hubiese mañana, siempre escuchaba sus problemas, lo ayudaba con sus tontas tareas de matemáticas cuando Youngjae no podía, lo dejaba ir a su casa y quedarse dormido mientras lo abrazaba. Todo eso sin pedir nada a cambio y lo traicionaba así.

simple ; 2jaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora