A Jaebum se le olvidó su juego de llaves para la casa de su abuela, estuvo fuera por diez minutos esperando alguna respuesta, antes de que ella le explicara que estaba en el supermercado y llegaría casa "pronto". El muchacho caminó por la calle para matar el tiempo y al llegar a la esquina se le ocurrió quedarse un rato en el gran parque, vacío la mayor parte del tiempo, que quedaba frente a él. Estaba un lugar bastante descuidado, a Jaebum le parecía un poco deprimente, pero estaba bien para esperar. Caminó hasta los únicos columpios en el lugar y se sentó en uno de ellos, balanceándose a una velocidad que le permitiera usar su celular sin problemas.
Jaebum: hola, me estoy muriendo afuera, ayuda.
Bambam: muere, perra.
Jaebum soltó una risa para él y guardó el celular.
Hacía calor y en ese parque no había sombra alguna. ¿Cuánto tiempo podría tardar su abuela en el supermercado? Desde que tiene memoria ella ha hecho lo mismo todos los días: en la mañana desayunaba huevo revuelto con kétchup, en la tarde preparaba caldo de albóndigas de atún, y en la noche cerraba con broche de oro con arroz y pan tostado. De no ser que se haya puesto creativa después de veintidós años, era ilógico que alguien con un menú tan marcado tardara tanto.
Su celular vibró y lo sacó de su bolsillo.
Jackson: muere, perra. X2 (mentiras bb t amo)
Soyeon: muere, perra. X3
Jaebum: gracias por el apoyo. :D
Recién levantaba la mirada cuando pudo ver que alguien se sentaba a su lado.
Youngjae iba con el uniforme hecho un caos, estaba empapado y un poco sucio. Caminó hasta el columpio arrastrando los pies y con cansancio en el rostro. Estaba pensando en sus propios asuntos y le importó muy poco que hubiese alguien a su lado. Miraba hacia el cielo, suspiraba y bajaba la mirada a sus pies. Así fue el ciclo por más o menos cinco minutos. Prefirió ir al parque a secarse que entrar a su casa así, hecho un desastre. Si no fuera un terrible mentiroso diría cualquier cosa para zafarse de cualquier charla emocional, pero sabía que si lo intentaba su familia podría notar que en realidad había pasado algo malo y probablemente lo llevarían a terapia o algo parecido. No quería dar explicaciones, quería envolverse su sábana y dormir al ritmo de su playlist para días tristes, para eso debía esperar un poco.
Se veía adorable ante los ojos de Jaebum, como un niño haciendo berriche.
Jaebum clavó su mirada en él, esperando a que él volteara para poder preguntarle si todo estaba bien. Se habría ido hace rato, pero pensó que sería grosero retirarse al segundo de que el otro llegara, y aún si en otras situaciones no le hubiese importado esta era diferente. Él creía que cuando las personas se encontraban en el estado en el que estaba el muchacho a su lado, uno debía intentar hablar con ellos antes de dejarlos solos. Además, se sentía un poco impresionado de que alguien en ese estado pudiese verse no-tan-mal. Casi se rendía y se levantaba, porque Youngjae no le devolvió la mirada en ningún momento. Después de un profundo suspiro por parte del castaño, Jaebum, harto ya de ser ignorado, se animó a hablar.
—¿Todo bien? —preguntó tratando de hacer una sonrisa, sin embargo, ésta se podría confundir con cualquier línea horizontal.
Youngjae por fin lo volteó a ver, ofreciéndole una mirada tan cálida como podía ser la mirada de un extraño sin ni siquiera intentarlo.
—No.
Se quedó mirando al mayor, enseriado, por unos segundos. Jaebum se regañaba en sus adentros por haber hecho una pregunta con tan obvia respuesta. Youngjae no pudo mantener su cara seria mucho más y se echó a reír para sí después de ver la cara de preocupación del pelinegro. Su risa era escandalosa y contagiosa, por eso Jaebum no pudo resistir y cuando Youngjae le dirigió la mirada éste también se echó a reír.
—Fue una pregunta muy tonta, ¿verdad? —inquirió cuando las risas se desvanecían.
—Mucho —asintió sonriendo.
Una vez que lo vio sonreír, Jaebum lo clasificó de inmediato como lindo.
—Soy Im Jaebum —le tendió la mano.
—Choi Youngjae.
Terminaban de agitar sus manos cuando el pelinegro soltó—: Ah, eres el tercer Youngjae que conozcó —orgulloso de su larga lista de amigos, tan larga que repetía los nombres.
Youngjae no pudo evitar pensar que era un creído cuando Jaebum levantó su barbilla al decir lo último, pero aún así le causó más gracia que pena ajena.
—¿Vas por ahí burlándote de los que tenemos nombre común? —soltó una risita.
—Algo así.
—Me parece justo. Si no tuviera un nombre común también lo haría.
—Pero es un buen nombre, tampoco es como que sea es tan común —soltó defendiéndolo de su propio comentario—. No es como que fuera, no sé, Jinyoung —de solo imaginarse la reacción de su amigo tuvo que aguantarse una risa.
—Así se llama mi papá.
Jaebum tragó seco— ¿De verdad?
—No —rio negando con la cabeza.
La conversación cayó un poco y el menor fijó su vista en la nada. Jaebum regresó su mirada hacia Youngjae y se percató de nuevo del estado de su nuevo conocido— ¿Se adelantó el día del estudiante en tu escuela o...?
Youngjae lo miró por unos segundos preguntándose a qué se refería, Jaebum señaló su uniforme y ahí recordó que se veía como una persona desafortunada— No, no es eso.
Se notaba que no quería hablar del tema, Jaebum lo captó de inmediato y decidió no hacer más preguntas. Estaba satisfecho con haber tenido una conversación agradable con él. Hubiera habido un silencio incómodo de no se porque su abuela lo llamó.
—Jaebumie, ¿dónde estás? La casa está vacía.
—En el parque, ya voy.
—Apúrate, la comida ya casi está.
Albóndigas, lloriqueó en su cabeza.
—Voy en camino.
Colgó y se apresuró a levantarse del columpio.
—Nos vemos —le dijo Youngjae desde el columpio con una sonrisa.
—Sí, nos vemos —sonrió y se dio la vuelta.
No llevaba más de tres pasos cuando pensó en lo que acababa de pasar. De verdad había tenido una conversación de lo más cómoda con un extraño lindo que conoció por casualidad. Pensó en las posibilidades de que eso volviera a pasar y, aunque matemáticas no fuera su fuerte, sabía que eran pocas. Cuando menos pensó el impulso controló sus pies, que dieron vuelta sin pedirle permiso y, con un gesto parecido a una sonrisa, preguntó—: ¿Cuándo? —tal vez no fue muy claro. Rascó su cabeza y después adoptó una pose cool que disimulara un poco los nervios —. ¿Cuándo nos vemos? —aclaró su garganta—. ¿Vives por aquí?
—Sí, vivo por la zona —dibujó un círculo con su dedo índice.
—Ah, yo también, vivo por aquella calle —señaló a sus espaldas—. Supongo que nos vemos, entonces.
Youngjae sonrió y asintió.
¿Cuándo nos vemos? Que tontería, Im Jaebum.
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simple ; 2jae
FanfictionNo necesita ser complicado, a veces es un simple: 1. chico conoce chico 2. chico se enamora de chico. Jaebum nunca pensó que olvidar las llaves de la casa de su abuela sería lo mejor que le pudo pasar.