Capitulo 18

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-Mi chiquito- suspiraba Andrea, mientras cargaba entre sus piernas al pequeño José Ignacio- Mamá te ha esperado tanto, mi cielo. No sabes cuando mamá te ama. Lo había esperado, soñado, imaginado tantas veces, durante cada uno de esos días. Durante su estadía en el vientre, su hijo y ella comenzaron a conocerse. A amarse, a conectarse...fue maravilloso cuanto lo sintió, cuando lo vio por primera  vez... Esos ojitos, esa naricita, esa boquita que tantas veces se había imaginado. - Te pareces tanto a tu papi, mi amor- dijo, no pudiendo evitar que sus ojos se aguaran- aunque tambien te pareces a mamá, eres igualito a mi- se encogió de hombros, viéndolo con dulzura, y luego concluyo- no, mi amor. Sabes que, no me hagas caso, tu tienes de papi y de mi, pero tu te pareces más a ti. Solo a ti, mi vida. Eres único. Un ser irrepetible, maravilloso. Eres tan frágil, pequeñito, indefenso... y aun asi, eres el milagro más bello e inexplicable de todos. Te amo, Angelito- Mi cielo- Andrea le susurraba estas palabras a su hijo, mientras lo acurrucaba y lo llenaba con dulces besos. Su hijo ya estaba más que familiarizado con su voz. Porque no le había dejado de hablar durante todo el embarazo, porque se la pasaba horas, durante la noche, cuando regresaba de la oficina, echada en el sillón comentandole cosas. Hablándole sobre su día, sobre su nueva vida, sobre cuanto le estaba costando adaptarse a ese nuevo país, a ese mundo totalmente desconocido para ella pero, al mismo tiempo, mágico, increíble. Le hablaba hasta que comenzaba a bostezar y se quedaban ambos dormidos. Andrea sabia de sobra que su hijo la oia. Aun en el vientre materno se hacia notar. Lo sabia cada vez que lo sentía brincar dentro, como cuando daba pataditas. A pesar de que el medico le había dicho que aquello no tenia prueba cientifica. Ella juraba que daba dos pataditas cuando estaba de acuerdo con algo y, solo una, cuando no. Cuando en la oficina se desesperaban por adivinar si seria niño o niña, e incluso hacían apuestas, Andrea solo reía y se divertía junto a su hijo. No se hacia demasiado problema por aquello, sabia que de igual modo, iba a consentirlo o consentirla, mimarlo o mimarla mucho, y sabia también que comenzarán un viaje juntos para aprender a ser madre o padre. Irina también estaba muy feliz, desde el otro lado del charco, había conocido a su sobrino por Webcam... Sofi tambien lo habia visto un par de veces, cuando José Ignacio nació, Irina no pudo ocultarlo más y se lo soltó a Sofía, brincando de emoción y alegría. Sofia no podia creerlo y reto a sus hermanas por no saber de esto durante el embarazo. Pero, en cuanto conoció a su sobrino por la camara, todo enojo se disipo. Sin embargo, Andrea no quería que su madre viera a su hijo y tampoco tenia intenciones de que Samuel supiera donde estaba, ni que se enterara que había sido padre. A pesar de que sus hermanas habian intentado abrirle los ojos y hacerle entender que Samuel tenia derecho a ejercer su paternidad y, al menos, estar enterado de esta, Andrea no daba el brazo a torcer. Mientras que, Samuel  tuvo que viajar a París, en calidad de acompañante de Altair Alcázar, ella se había convertido en su novia y pensaba casarse con Samuel. Claro que, lo de Samuel era puro despecho, él no dejaba de pensar en Andrea, en soñar con ella y en rogar, que alguien se compadeciera de él y le dijera la verdad sobre su paradero. -La reunión de negocios se paso para Roma- informo Altair- habrá un cambio de planes y nos iremos para La bella Italia. Samuel le sonrío e intento animarse. La idea de conocer "La dolce vita" le atraía. 

Tierra de Reyes- SamdreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora