XVI

29 3 0
                                    

Mi papá nos trajo a comer a mi restaurante de comida china favorito, para celebrar que pronto seré un universitario. Así que todos estamos comiendo y mi hermano que durante todo el día ha estado de un humor que me da envidia, ha estado haciendo bromas.

-Mamá, desde ya te digo que cuando llegue a la universidad tomará mucho alcohol y tendrá muchas novias -casi me ahogo.

-Ni se te ocurra, Stephen Becker -mi mamá me señala y yo ya siento la comida en mi garganta queriendo salir del susto.

-Mamá, sabes que yo no soy así -entrecierra los ojos.

-Por tu bien es mejor que así sea -asiento.

-Ya dejenlo -mi papá pone una mano en mi hombro-, todos sabemos que Stephen no es así -le sonrío a mi papá.

-Por su puesto que yo no soy así -digo seguro.

Cuando terminamos de comer papá pide la cuenta, vamos al estacionamiento y subimos a su auto.

-Papá, ¿puedes dejarnos cerca de un bar? -le pregunta Steven.

-Claro -papá asiente con una sonrisa.

-Por supuesto que no -mamá nos ve-. Después de todo lo que pasó, ni crean que los voy a dejar solos en la noche.

-Te aseguro que vamos a estar bien, mamá, ya no somos unos niños.

-Ya amor, déjalos, ya demostraron que se saben defender.

-Todo estará bien -le sonrío y ella suspira.

-Está bien, pero cuidense mucho, por favor y tú no tomes -me señala a mí-, recuerda que estás tomando medicamentos.

-Lo sé mamá -asiento.

-Bien -papá nos deja cerca de un bar y nosotros entramos a éste donde ya estaban algunos amigos de mi hermano.

-Hola futuro universitario -todos empiezan a saludarme y la mayoría me desarreglan el cabello, también soy como un hermano menor para ellos.

-¿Qué vas a tomar? -mi hermano señala la mesa que está cubierta por botellas de licor.

-Sabes que no puedo tomar, en serio estoy tomando pastillas muy fuertes -tengo mucho dolor, en la cara y costillas.

-Está bien, iré a traerte un jugo -asiento. Él se va a la barra y yo me siento al lado de una chica novia de uno de los amigos de mi hermano.

-Oye, ¿es cierto que tú ayudaste a rescatar a la chica que estaba desaparecida? -me pregunta con una sonrisa.

-Am... -dudo si decirle la verdad.

-Sí, mi hermano lo hizo -dice Steven y da una palmada en mi espalda.

-Wow -ella eleva ambas cejas-. Estoy entre héroes -pasa uno de brazos por los hombros de mi hermano y otro por los míos-. Eres una belleza -me da un beso en la mejilla.

-Gracias -puedo sentir como me sonrojo. Tristemente nadie a parte de mi mama me dice esas cosas.

Las horas pasan, todos toman cada vez más y están cada vez más borrachos, yo ya estoy aburrido, así que me levanto de mi lugar y voy a donde está mi hermano hablando con un par de chicas.

-Stephen, ¿qué pasa hermano? -me pregunta arrastrando las palabras.

-Me voy a casa, estoy aburrido.

-¿En qué te vas a ir?

-En un taxi -me encojo de hombros.

-Está bien -asiente y le doy una palmada en el brazo.

-Vete con cuidado.

-Tú igual -me despido de todos y salgo del bar.

Camino unas cuantas calles y todo está oscuro y vacío, sigo caminando y encuentro un mini súper abierto, voy a éste, entro y con asentimiento de cabeza saludó al hombre que se encuentra ahí dentro. Voy a pasillo de las bebidas y agarro un jugo de naranja. No sé por qué estoy sediento, pasó por otro pasillo, veo papas fritas y las tomo.

Voy a la caja y pongo todo sobre el mostrador, mientras el encargado pasa todo por la máquina yo saco el dinero de mi cartera y cuando el me dice cuánto es le pago. Me da las cosas, me despido de él y me salgo del lugar. Ya a fuera abro le quito la tapa a ma botella de mi jugo y empiezo a tomarla.

Ya estoy bastante cerca de casa y pienso seguir caminando porque la verdad no me gusta andar en taxi, soy muy paranoico cuando de eso se trata, siempre he tenido miedo de que me lleven a otro lugar o me secuestren. Así que prefiero caminar.

Pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora