Capítulo 12

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Scott abre la puerta del auto, no puedo creer que estoy de vuelta, desde que conozco a Alejandro no sé qué esperarme, Scott me mira y sonríe. Al bajar del auto le toca el hombro a Alex.

- Disculpe por no haber acatado las órdenes de hace un par de horas. Mi cargo queda a su disposición – dice muy serio.

Alex le estrecha la mano.

Scott se la toma sin hablarse sabe perfectamente que esta perdonado y no pasara nada, Alex me tiende la mano y yo complacida se la agarro.

Me coloca las manos en la cintura y me alza, sin hablar sin decirnos nada le enrosco las piernas a la cintura, me besa el cuello mientras entramos a la casa. No sé qué va a pasar o de quien me protege, lo cierto es que lo quiero, es un sentimiento que no conocía y me gusta esta sensación le doy pequeños besos en la mejilla derecha y el suspira bajito.

Carlota nos ve y sonríe llevándose su pañuelo a los ojos "digamos que no soy la única llorona en esta casa". Yo le devuelvo la sonrisa.

Alex no me baja y con un movimiento me cambia de posición y me carga es más cómodo para él, va concentrado en lo que sea que va pensando, me acurruco en su duro pecho, y aspiro su olor, me hace saber que estoy en casa, que estoy segura, este es mi hogar ahora.

Creí morir, creí haber perdido esto, a él, ¿lo quiero? Si, lo quiero, lo quiero, es dominante; pero no me importa, es fuerte y con un carácter jodido pero así lo quiero.

Pasamos por su habitación, pero no se detiene sigue por el pasillo. Yo lo miro un poco confundida, pero él solo me observa. Su mirada me intimidad cuando esta así de serio.

Nos paramos frente a un inmenso cuadro llenos de colores, en la parte final de la pintura está firmado como Alejandra Ferrara, lo miro y él me sonríe. Este cuadro no lo había visto.

- Mira Marion – me baja y yo lo observo.

- Rojo – pulsa en una parte de cuadro del lado derecho arriba - Amarillo – pulsa ahora en el centro – verde – en la parte baja del lado izquierdo – verde - repite en la parte derecha del cuadro pero en la mitad siguiendo la misma línea recta del amarillo.

Este se abre y deja ver unas escaleras oscura que desciende y se pierden en la inmensa oscuridad, nos adentramos y esta vuelve a cerrarse haciendo un ruido tenebroso provocándome escalofrió y con todo el vello de la nuca erizada, con cada paso que daba mis miedos aumentaba, Alejandro me coloco sus manos en mi espalda para guiarme, el calor de sus manos en mi espalda me hizo estremecer.

- ¿A dónde vamos? – interrogue, no se veía nada al principio sentía cada escalón bajo mis pies ahora solo siento como una especie de alfombra. La misma oscuridad y cada vez descendemos más y más.

Alejandro coloco sus manos en mi nuca y luego bajo lentamente rozando con sus dedos cada uno de los discos de mi columna vertebral, era suave y pausadamente, haciendo que mi cuerpo se erizara más.

Cuando husmee la casa como una ladrona no vi nada.

Intento de ser ladrona fracasado.

Llegamos al final de las escaleras y pude ver por fin una leve luz allí, hay una puerta negra se puede visualizar un panel de seguridad

- 485-A2SF – coloca esa clave en el panel, luego una pantalla se ilumina y coloca su mano izquierda – son para el reconocimiento de la huellas dactilares - explica – ¿y este que tiene aquí?, para tener tanta seguridad – luego dice - Alejandro Ferrara - y las puertas se abre – esta es mi fortaleza – dice mientras me da un reguero de sonoros besos en el cuello – yo me rio porque me causa cosquilla.

Príncipe oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora