Capítulo 14

123 11 0
                                    



Siento como me jalan de los pies gruño y pataleo, ¡que dolor de cabeza!

- Levántate - La voz de Alejandro me taladra los oídos.

- Alex déjame dormir - gruño - Alex - grito cuando me levanta de la cama. nos dirigimos al baño y me mete en la enorme bañera, abro los ojos y me tiende una pastilla y un vaso que contiene zumo rojo y se ve horrendamente asqueroso.

- Tómatelo todo.- ordena.

Niego rápidamente con la cabeza, esa cosa asquerosa no me la voy a tomar, no..., no. Toma el vaso y me lo acerca a la boca.

- Te lo vas a tomar por las buenas o por las malas ¿Cuál elige? Rojo – las buenas sin ninguna duda, después de mis escasos recuerdos de ayer es mejor esa opción.

Me tomo la pastilla y luego sin respirar el zumo. Pongo mis peores muecas de asco y el muy imbécil se ríe. Me lleva a la bañera que ya está preparada y con cuidado me lava mi larga cabellera.

- ¿Qué hora es?- aún tengo los ojos cerrado y seguramente me quedare dormida aquí.

- Las cinco de la mañana- responde sonriente.

- ¡Me has despertado a las cinco de la mañana! ¡estás loco! – le grito y luego me arrepiento. El martilleo de mi cabeza es insoportable.

- Consecuencias por tu rebeldía de anoche.

Me quejo mentalmente, me saca de la bañera y me coloca en el mueble del centro, con cuidado me seca el cabello y el cuerpo... esta serio y concentrado en lo que hace.

Me mira fijamente y luego me toma por las mejillas.

- Necesito que confíes en mí, que me creas, necesito que por favor me creas y nunca dudes de mí, de lo que siento por ti, te quiero Marion... confía en mí por favor.

- Confió en ti- le digo.

- No quiero palabras princesa... quiero echo.

- Te quiero Alejandro. Y no se en que momento te metiste aquí- le coloco sus manos en mi pecho- tengo miedo, miedo a que esto se acabe, no sé exactamente lo que tenemos, no sé qué somos, pero lo que tenemos para mi es lo más cerca que me he sentido en familia, yo no quería quererte pero no lo pude evitar. Lo siento.

- Princesa- pero le pongo las manos en la boca para que no diga nada ni me llene de falsas promesas.

Le beso los labios y el me devuelve el beso con pasión.

- ¿Cómo vas en la universidad?- pregunta dejándome descolocada.

- Estoy empezando...

- ¿Y con el trabajo en el hospital?

- Adaptándome – le informo.

El me besa las mejillas y luego me da un beso rápido en los labios.

- Necesito unos días contigo princesa, te necesito. Vamos a viajar- me propone.- unos días a solas tu y yo.

- Solo tú y yo...- repito.

El rostro se le ilumina, y me muestra sus perfectos dientes, me da otro pico rápido y me empuja a la habitación envuelta en el albornoz. Distingo cinco maletas tres al parecer son mía y dos de él, lo miro confusa.

Príncipe oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora