Self-destruction

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A partir de ese día hice un esfuerzo para que todo lo que sentía por ella no fuese a más. Hice un esfuerzo en vano para autoconvencerme que todo lo que sentía no era nada más que un simple encaprichamiento, que no era amor sino afecto. Siempre tuve la esperanza de que con el tiempo me acabaría creyendo mi propia mentira, pero no fue así.

Intentaba aparentar normalidad, fingía que era feliz y seguíamos saliendo. Cada vez que estábamos en una discoteca y un chico se acercaba a ella, empezaban a bailar, le robaba besos que ya no me pertenecían totalmente, el vacío que se había instalado en mi pecho sin permiso alguno se transformaba en una ira asesina contra la que tenía que batallar.

Únicamente fingía no estar de mal humor cuando pasaba tiempo con ella. Ella seguía como al inicio, cariñosa, atenta, amable, independiente... En fin, perfecta. Mis otros amigos comenzaron a darse cuenta de lo que me pasaba. Ellos me aconsejaron que lo mejor que podía hacer era alejarme de ella y pasar página, que esta droga a la que me había vuelto adicto me iba a pasar factura tarde o temprano. Yo respondía con un simple "estoy bien" muy poco creíble y cambiaba de tema.

Yo era el único culpable de estar aguantando todo lo que estaba pasando. En un inicio, nunca me tendría que haberme pillado de ella tan rápidamente, después no tendría que haber aceptado seguir con nuestra "relación" cuando la gran conversación. ¿Pero que podía hacer? Ella me hacía sentir tan bien que en un principio pensé que sería peor perderla para siempre que compartirla. ¿Soy un idiota? Es lo más probable y ahora lo estoy pagando. Desde que acepté fingir el vacío se había ido expandiendo. Ahora ya solo había sentimientos de odio, rencor y mal estar. Para mí ya no existía la felicidad.

Miento.

Existía cuando estaba a solas con ella.

Pero luego volvíamos a la vida real. La vida en que ella no siente nada por mí. La vida en que soy un idiota. La vida en que me he convertido en la clase de persona que siempre había detestado. La vida en que dependía de un amor inexistente.

Ella, con el tiempo, creo que también empezó a sospechar que me pasaba algo. Me interrogaba con preguntas más propias de un experto psicoanalista que de una chica de 20 años, parecía que quería hacerme un informe psíquico para acabar de extraer unas conclusiones que, estoy totalmente convencido, hubieran destapado toda la mentira que había creado en torno a mis sentimientos. Lo que hasta ahora habían sido tardes donde cada mínima actividad era una inmensa alegría ahora se habían transformado en continuas discusiones debido a ataques continuos que yo le hacía. "Qué, te lo pasaste bien ayer con aquel chico?" o " Ayer al final te estuve esperando media hora y no viniste". Ella siempre rehusaba contestarme y evitaba, a pesar de que no lo conseguía, que empiezas una nueva pelea.

Todo acabó explotando un día que estábamos de fiesta en Marina. Esa noche había prometido a mí mismo antes de salir de casa que me lo pasaría bien y que no habría ningún mal rollo. Que iluso yo.

Ya llevábamos una considerable cantidad de alcohol en sangre, mayoritariamente absenta y cervezas cuando llegamos a la discoteca donde íbamos siempre. Yo estaba sentado en una butaca hablando con Jon, uno de mis mejores amigos. Cuando la vi a ella en la pista bailando sola.Como la primera vez que salimos de fiesta juntos. En un momento ella miró hacía mi dirección, nuestras miradas se juntaron y ella, acto seguido bajo la mirada.

- Tío, ¿me estas escuchando o que, joder? -Me dijo Jon zarandeándome- ¿Has ido al Nirvana o algo?

- Si, emmm, ¿qué decías? -Dije girándome hacía él-Perdona, creo que he bebido mucho.

Y no le mentía. Llevaba tal cantidad de alcohol encima que la cabeza me rodaba y sentía un leve mareo.

- Si, ya. Bueno, total, que Leo me ha dicho que el nos puede pasar el trabajo de Historia del Arte, que ya lo ha...

Abstracción de un amor autodestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora