As high as you can go

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Recuerdo la primera vez que reparé en ella, en una excursión que habíamos hecho con la clase de historia del arte. Yo por aquel entonces era un chico lleno de energía, entusiasmado por haber entrado en una de las más prestigiosas universidades de bellas artes y lleno de arrogancia hacía la vida. En ese momento nada podía hacerme bajar de la nube en la que me encontraba.

Ella estaba delante de un cuadro de Jean Muvreau, rodeada de gente que hacía más caso a sus móviles que a las obras de arte que los rodeaban. Me puse a su lado, fijando la mirada en aquel cuadro donde se mezclaba la imagen de una mujer vestida con harapos y mirada perdida en un espejo con colores de tonalidad azul oscuro que inducían a la melancolía.

- Parece que la mujer este destrozada por dentro. Como si la vida hubiese sido cruel con ella y estuviese pasando por una época de su vida desastrosa. El espejo me hace pensar que la mujer busca la imagen de la persona que fue en un pasado, pero esa ya no es la imagen que el espejo refleja -aventuré a decir, simplificando mucho lo que esa obra maestra me transmitía.

- Puede ser. A mi no me hace ninguna pena. En el fondo todos decidimos en que infierno nos acabamos quemando.- Se giró, mostrándome una sonrisa de esas que te dejan sin aliento a la vez que se alejaba en dirección al otro lado del pasillo donde reposaba un cuadro muy barroco donde se veía una pareja tomando te encima de un mantel de picnic.

La seguí y me volví a colocar a su lado.

- No te he visto nunca. ¿Eres nueva? - Le dije, pasando completamente del cuadro y centrando mi atención en ella.

- No hice la inscripción a su debido tiempo pero la universidad me ha dejado matricularme igual, aún llevando un mes de clases. Ha dado la casualidad que a la primera clase que voy es una excursión. ¿Y este que te parece? - Me dijo sin dirigirme en ningún momento la mirada.

- No me gusta. Demasiado cargado para representar una escena de lo más cotidiana que además es inexpresiva. Vamos, una mierda de cuadro... - En ese momento se giró, me miro y empezó a reírse. - ¿Nadie te ha enseñado que no debes hablar así de las obras de arte? Podrías dañar lo sentimientos de las personas a las que les guste este tipo de mierda. ¿Como me has dicho que te llamabas?

Abstracción de un amor autodestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora