Me es difícil mantener mi respiración controlada en este lugar. Hay muchas imágenes que me dejan anonadada sin poder describir el efecto que me hace. El dueño del bar, abre la puerta de una de las habitaciones para mostrarme el interior y una pareja que esta en plena escena. Creo que por un momento que me va a dar un ataque de asma sin padecerlo, al apreciar una imagen tan comprometedora entre un Dom y un sumiso en la que este esta suspendido de un gancho del techo que atraviesa los grilletes que encierran sus muñecas. Mientras el Dom pone toda su atención en las acaricias que le da sobre los hombro y luego baja en línea recta por su columna hasta su espalda baja por encima de los glúteos del sumiso con una fusta de cuero negro y grueso. No solo lo que veo sino que también puedo escuchar al Dom ordenarle cierto comportamiento al sumiso que obedece sobre sus ahogados jadeos que provoca que mi sangre hierve.
-Este es uno de los cuartos. Podrá ver el tapiz bordo, los sillones y la cama que hacen juego con él. Podrá notar que las sillas no son iguales ya que algunas están hechas para una posición determinada. La mayoría de los muebles podrá observar que tiene para poder atar al sumiso ya sea en la posición que desea.
Nos acercamos a la cama rodeando a la pareja mientras este le palmea la espalda con la fusta logrando que el otro gimiera. Intento ignorarlos pero es demasiado atractivo para mis ojos. Luego de mostrarme los muebles, los juguetes y cada parte y funcionamiento de ellos, me muestra el baño que es similar a la sala solo a diferencia de lo que me espere hay una regadera en vez de una tina. Al salir del baño caminamos hacia la salida mientras los gemidos del sumiso traspasan la puerta tras que el Dom lo llena de él sin duda alguna. Creo que mi aliento entrecortado se puede notar cuando este, al terminar de cerrar la puerta, me pregunta:
-¿Estas bien?
No salió nada de mi boca pues solo me dedico a asentir con una sonrisa. Terminamos de caminar por el pasillo y llegamos al salón principal en la cual ya he cruzado. Luego caminamos hacia una puerta que separa el bar de otra habitación. El salón al que entramos es grande, mucho más grande de lo que se puede decir mirando sólo desde la puerta ya que tenia diez sillas cómodas aterciopelada del mismo color de las habitaciones y un escenario medianamente grande.
-Hoy no vera nada aquí ya que no es día de subasta pero sí se le apetece presenciar una, puede venir mañana o cuando ya tenga los análisis. Pero para esto tiene que ser un viernes y debe avisarme primero. Ya tiene mi numero así que solo debe llamar o escribir.
-Eso hare. Le avisare el día que venga y espero poder presenciar una subasta así sé cómo son.- Después de un breve silencio. -Mmm… ¿puedo hacerle una pregunta?-Si, claro.- responde con tranquilidad.
-Para poder tener un Dom que me entrene ¿es necesario estar en la subasta?- Le pregunto esperando atentamente su respuesta.
-No necesariamente. Usted puede toma un tiempo para conocer a dominantes y a sumisos que tal vez pueda encontrar a un amigo que le enseñe. Pero sí quiere comenzar ya, necesitara estar en la subasta pero no se preocupes porque se respetara los términos pedidos.
-Esta bien. Creo que por hoy solo comenzare tomando una copa.
-Bueno. – ríe. -Sígame a la oficina que hay que terminar el papeleo para que este oficialmente dentro del club.- Asiento y lo sigo.
Cuando salgo de la oficia del dueño, camino por ese abrumante pasillo y me siento en una silla junto a la barra. No tengo ni idea de cómo compórtame. Hay parejas y personas solas que son aquellos que buscan a alguien sin necesidad de un contrato temporal sino para una sola noche. Mientras más avanza la hora más personas llegan. Aunque sus estilos son muy similar entre ellos. Yo disimulo un poco que soy nueva ya que llevo un jean apretado, un top y unos tacones medianos negros.
Por una extraña razón siento que un dedo que marca mi espalda llamando mi atención y al girar me encuentro con un buen amigo pero que este es menor que yo.
-¡Hey! Cristóbal, ¿Cómo estás?- Le digo levantándome de mi asiento dándole un abrazo.
-¡Anastasia! Bien y ¿vos? Me alegra mucho verte. Hace años que no nos veíamos.
-Me alegro mucho que estés bien. He estado bien.- Le digo sonriendo.- Si, ya hace tiempo. Pero… ¿Qué haces acá? No te imagine entrar a un bar como este.- Con esto ultimo él se ríe.
-Lo mismo debo decir. Eso pasa por no vernos. Soy socio de acá y bueno… lo obvio, busco un chico o una chica para poder jugar. Y ¿tu? Es una sorpresa encontrarte aquí también.
-Siendo sincera… esta es mi primera noche acá.
-¿Por qué viniste a un bar como este?
-Pues muy sencillo querido amigo- tomando un sorbo de mi cerveza- quiero que un Dom me entrene.
Este se queda callado. No sabe que decirme así que para romper el silencio que había quedado, le pregunto:
-¿Quieres una cerveza?
-Si, claro y de pasada me contas todo.- Me dice sonriendo coquetamente.Mientras pido la cerveza yo le cuento todo lo que deseo y planeo hacer por lo que él me escucha atentamente cada parte de mi relato.
-Eres un caso especial entonces.- dice tocando su mentón pensativo. -Tu idea alrededor de este mundo es muy inocente aunque en los contratos siempre se respetan esas peticiones. No es lo mismo fuera de ellas. Para entrenar te recomiendo un amigo porque en mi opinión, como socio por casi tres años del bar, es mejor que entrenes con un amigo. Sera más sencillo y menos peligroso.
-Tomare tu consejo aunque aquí no tengo amigos. Salvo que pueda empezar a entrenar más adelante cuando encuentre alguno que me ayude como me dijo el dueño del bar.
-Para poder construir una amistad aquí te lleva mucho tiempo. Más de lo normal ya que acá las base de una relación son otras y debes confiar en el Dom, que sin contrato, te ayude. De lo contrario, será un riesgo para ti.- Este bajo la mirada a sus manos, libero un leve suspiro y vuelve a mis ojos. Parecia decido a algo. -Sí quieres, para no ponerte en riesgo, yo te entreno.
La verdad es que no sé que decir. Es una gran oferta. Es solo entrenamiento por lo que no tiene conexión emocional. ¿debería pensarlo? ¿O estará bien si digo que si? Total es mi amigo. No he prestado atención de que él es un dominante. Entrenar con él significa que no tendré que tomarme el tiempo de conocer sumisos y dominantes por mi cuenta. En parte me alivia porque no quiero intimidar a los sumisos o sumisas con mi presencia en busca de un Dom que quiera entrenarme.
-Tranquila. Solo es entrenamiento. No pasara nada que vos no quieras.
Creo que nota mi duda sobre esto pero aún no estoy segura. Es mi amigo pero me siento extraña de que él me entrene. Me recuesto en el respaldar de la silla pensando un rato mirándolo a los ojos y luego regreso.
-Te tomare la palabra. Quiero aprender y la forma más segura es con un buen amigo. Así que lo haré.- Le digo tímidamente.
Creo que en sus manos estaré bien además lo conozco desde hace años.
-Bien. ¿Cuándo quieres comenzar?- No sé que responder.
-Mmm no sé. ¿Mañana? O cuando tengas tiempo.- él ríe.
-Para mi esta bien. Yo estaré mañana acá y si quieres podemos usar unas de las habitaciones privadas o ir a mi casa para que te sientas más cómoda.
-¿En tu casa también estas equipado?- digo inocente. Veo una mueca de diversión y se inclina hacia mi.-Si, claro. Mañana cuando vengas me decís lo que quieres. Ahora me retiro. Voy a buscar de una o un lindo sumiso.- Asiento a lo que me dice y él se levanta de la silla para irse.
Mañana…. Mañana…
Mi mente me taladra con esa palabra. No me deja dormir. Me siento nerviosa. Va a ser la primera vez en una escena y eso me emociona y también me asusta. No por lo que me hará él sino por no lograr controlar mi cuerpo. Sé que él me respetara y eso me hace sentir como dentro de la relación de Dom y sub en entrenamiento. Después de una hora procesando todo lo sucedido al fin Morfeo me encontró.
Con el paso del tiempo, con Cristóbal enseñándome, me convertí en una buena sumisa o al menos eso me dice él en cada sesión. Ahora puedo controlar mi cuerpo a la hora de jugar y puedo ser obediente cuando Cristóbal me da una orden. Es un buen maestro y por lo que veo un buen amo. El me trata bien cuando desempeñamos nuestros papeles y me cuenta mucho acerca de lo que sabe del BDSM. Forjamos una linda amistad aunque no sea de las convencionales. Pero a pesar de lo bien que estoy llevando esto, mi duda es ¿seré así de obediente con otro dominante? No lo sé pero aún así no quiero probar ya que mi entrenamiento, a pesar de que ha pasado más de seis meses, sigue en proceso.-Ro…
-¿hum?
-¿Quieres probar?- Ella teclea el “pausa” en la computadora a la serie que estamos mirando.
-¿Hablas… de aprender a ser sumisa?- Mirándome.
-Si- le digo mirándola a los ojos y esta sorprendida.
-No sé. Me gustaría pero no soy como vos. No me metería sola en ese mundo en busca de un buen Dom para que me entrene.- dice bajando la mirada.
-No hace falta que hagas eso. Puedes probar con Cristóbal. Es un buen entrenador.
-No sé. Él te entrena a vos y seria raro que me entrene a mi también.
-En seis meses termino mi entrenamiento. Después de eso le pediré si no lo puede hacer con vos. Claro que puedes decirle lo que puede y no puede hacer con tu cuerpo. Porque es uno de los términos que podes darle sin necesidad de un contrato.
-Mmm no sé. Tendría que pensarlo y me quedan seis meses para eso.
Gira y vuelve a reproducir la serie pero al instante vuelve a pausarla.
-Ah, por cierto, acordate que pasado mañana es el cumpleaños de Victor. Me dijo que llevara a Salvador así que hay que ir si o si.- me río por lo ultimo que dijo.
-Si amiga. Iremos pero hay que vestirnos bien guapas.
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Descubriéndome
RomanceUna chica que quiere experimentar el mundo BDSM y a la vez obtener al dom perfecto para ella. No solo a la hora de jugar sino que también le traiga la paz que tanto desea de un amo. Publicada: 28/12/2018 Terminada: 26/01/2019 A corregir~