Descubriéndome

Novena parte

-¿Qué paso?- inquiere seriamente detrás del tubo.

-Sólo ven a buscarme. Luego te cuento.- A penas puedo decir.

-Esta bien. Salgo para allá.

Al parecer Cristóbal sabe la dirección de Luis. No sé como pero lo único que me importa es que llegue en cuanto antes para no cruzarme con Luis cuando termine de jugar con esa chica. ¿Se suponía que ese era el castigo? Quebrarme toda. Bueno… él no sabe que yo en realidad tengo sentimientos por él, probablemente nunca se de cuenta y nunca le diga. Es un Dom. No una persona normal a la que le podes decir lo que sentís. Creo que en él solo existe el deseo y nada más. Me despido por ultima vez de la señora y salgo por la gran puerta principal pero cerrándola despacio para que no note que me fui. Es mejor así. Capaz que algún día en mi vida me lo cruce de nuevo pero procurare fingir no conocerlo para no tener que luchar contra mis sentimientos. Dios. Me lastimo y aún así no puedo dejar de quererlo. Creí que me iba a regresar con Roberto por ser desobediente. Creí que eso de ser a veces desobediente le gusta pero al parecer no. Antes no queria que se enterar que bajaba las escaleras para que no me regañara pero ahora ya no vale la pena pensar en ello cuando mi corazón esta hecho trisas. Se siente peor que antes. Me duele a tal punto de no pensar en otra cosa mientras estoy de pie afuera espera a Cristóbal. Se nota que a Luis ni le importo que yo me vaya. Es como dije. El estaba esperando o a decir verdad no espero a terminar nuestro contrato para estar con alguien más y poder hacer lo que conmigo no pudo. Veo de lejos que un auto color azul oscuro se acerca y esta a punto de llegar a la puerta. Creo que es Cristóbal. Yo de pie sin moverme, estaciona el auto en la entrada y baja del auto.

-¿Qué paso?-dice irritado y preocupado.

Rodea su coche y se para frente a mi. Mira mis ojos húmedos y ve mi expresión facial al levantar la mirada al verlo. Este se acerca y me abraza.

-Ay corazón. Tranquila. Ya nos vamos.

Desprende el abrazo y me dirige al auto. Me subo, él gira por el auto y sube. Mientras viajamos a casa, lo que ha pasado gira una y otra vez en mi cabeza. No me deja tranquila y cada vez que regresa una lagrima cae sin remedio alguno.

-Te llevare a tu casa. Tengo las copia que me dejaste la otra vez de emergencia.- lo decía mientras maneja mirando el camino.

-Esta bien Cris. Gracias.

Cuando llegamos, bajo del auto y él me acompaña hasta adentro. Quiero sólo dormir y no hablar con nadie.

Estoy tan sumergidos en mis pensamiento que al abrir la puerta, Cristóbal me toca el hombro.

-¿Hay alguien en tu casa?

-Si, ¿por?- le cuestiono confundida.

Este se palma la cara y me gira cuando entramos por completo a la casa.

-Escucha.- Masculla.

No tengo ganas de nada pero al poner atención escucho una series de jadeos de una chica. No entiendo que pasa así que me decido caminar hasta mi cuarto mientras Cristóbal me agarra del brazo para que no vaya. Cuando llego a está, me encuentro a una chica atada al respaldar boca a bajo mientras que un chico desnudo usa una pala para azotarla. Un golpe y ella gimió pero cuando va a dar el segundo el chico me mira sorprendido. Suelta la pala y tomando la sabana que esta en el suelo para cubrirse. Cuando se quita el antifaz que lleva puesto, me doy cuenta que es Salvador. El se acerca a ella para desatarla y la tapa con el acolchado de la cama.

-Disculpen. No queria interrumpir- digo suavemente.

La chica gira de golpe tapándose. Es Rocío. No me espere ver esto al llegar y menos ver a mi amiga en una escena mientras que dudaba tanto cuando yo le preguntaba. Tomo el pomo de la puerta que esta abierta par en par y la cierro mientas estos me mira con desconcierto y avergonzados. Camino hacia Cristóbal mirándolo sorprendido.

-No te preocupes. Es mi amiga en una escena con Salvador.- Este me mira con la misma expresión.

-¿En serio?- pregunta desconcertado y me acompaña hasta la cocina.

-Si- mascullo regresando al estado de antes.-¿Quieres un té o un café?

Pongo la tetera sobre la rejilla de la estufa para calentar agua. La enciendo y giro para acercarme a la isla y apoye mis manos con la cabeza gacha.