Descubriéndome

Decimoseptima parte

Con el paso del tiempo la relación que tengo con Luis es cada día más buena. Luego los conflictos entre Salvador y Rocío se estabilizó a través de la comprensión y la comunicación. Creo que la última persona que ha tendido algunas complicaciones a sido Cristóbal. No he podido contactarme con él para poder hablar a la perfección y que me cuente lo que paso con el chico. Cristóbal vuelve a ser la persona fría en la que se consumía en el trabajo. No me gusta para nada.

-¿Cuánto porno ha visto este sillón?- dice descarada y sarcásticamente Rocío.

-Lo suficiente. Ni imaginar la mesa de tu casa. De seguro que está peor que mi sillón.- me burlo.

-Tonta.- Esta se sonroja de la vergüenza.- ¿Has sabido algo de Cris?- bajo la mirada.

-No. La verdad apenas hablamos y él no ha querido tocar el tema de Perth.- hago una breve pausa.- Algo paso pero no me quiere decir.

-Mmm ¿Qué vamos a hacer?- dice pensativa.- Podemos ver de reunirnos en el bar los seis.

Lo pienso con detenimiento.

-No. Cristóbal se molestara mucho con nosotras sí no quiere ver a Perth es por algo y sí es así. Debo hablar con él para tener un panorama de cómo están las cosas.

-Tienes razón.

Esta se levanta del sillón y va hacia la nevera por agua.

-Noto que ha estado mal. Por lo que iré a verlo a su casa en estos días para saber que ocurre. No creo que me corra de su casa.

-Me parece bien. Además tu eres más cercana a él.- dice esta regresando con un vaso helado.

Decido ir hasta su casa después de la hora del almuerzo pero me encuentro a Cristóbal sentado en su auto pensativo. Este aún no ha entrado a su casa. Me acerco cuidadosamente para que este no se asuste. Se ve pensativo.

-¿Pasa algo Cris?- le pregunto cuidadosamente.

Después de unos segundos responde.

-No lo sé.

Me desconcertó su respuesta.

-¿Por qué dices eso?- le cuestiono
Me inclino a la ventanilla del auto.

-La verdad… no sé qué me esta pasando con Perth. Hace un tiempo que no hablamos y cuando lo intente no pude.

-¿No has tratado de llamarlo?

-Me da el buzón. Creo que me esta evitando.

Zamarreo la cabeza en negación.

-¿Sabes su dirección?- le pregunto sin más preámbulo.

-Si, ¿por qué me lo preguntas?

Giro alrededor del coche y subo al asiento del acompañante.

-Bueno. Vamos entonces.

Este me mira desconcertado. Yo levanto mis cejas.

-Vamos. Todo estará bien. Tienes que hablar con él y la mejor forma, ya que por teléfono no puedes, es ir a buscarlo.

Este se queda pensando en lo que he dicho. Pone la mano en la llave para arrancar pero no se mueve.

-Vamos Cris. No seas miedoso.

A penas digo esto lo enciende y me mira enojado por lo que me río. Cuando llegamos a un edificio más alto Cris apaga el auto sin decir una palabra.

-¿Estará bien si lo hago?

Me mira apoyando su cuerpo hacia el volante.

-Si. Puedes saber que trae, decirle la verdad y de paso notara que en verdad estas interesado.- le digo sin pelos en la lengua.

-Okay.- murmura.

Este trata de calmarse y baja e ingresa al hermoso edificio gris de muchos pisos. Estuve esperando en el auto por un gran rato por lo que enciendo la radio de mi móvil. Estoy entretenida con ambas cosas. Aprovecho para hablar con Luis un rato por teléfono y contestar algunos mensajes de Rocío y mi madre. Hace mucho que no la veo pero siempre hablábamos para saber de cada una porque en parte ella se preocupa por mi.

No sé qué pasa y por qué tarda tanto pero espero con paciencia. Ellos necesitan hablar y sí pasa algo más bienvenido sea. Espero que así sea para que Cristóbal este feliz. Hasta que me llega un mensaje:

CRISTOBAL dice: Tardaré una hora. Por ahí. ¿Aún me esperaras?

ANASTASIA dice: Te espero. Y también espero todos los detalles.

Cuando el envío el mensaje me río bajo. Creo tener el presentimiento de lo que ha pasado o iba a pasar por lo que no me preocupe y sigo haciendo nada. Estoy leyendo una novela erótica desde mi móvil mientras espero a que Cristóbal baje. Se está convirtiendo en mi libro favorito. He leído que en una de esas escenas, la protagonista, había fantaseado por ser atada en una picota y eso me llego hasta intrigarme. Estoy tan inmersa en el libro que ha pasado más de una hora y Cristóbal al entrar al auto por lo que me asusta.

-¡Ah!

-¿Qué te pasa?- me dice sorprendido.

-Nada.- le digo con la voz agitada.- Estaba leyendo algo.

-Tienes cara de que estabas leyendo algo pervertido.

Me mira mientras comienza a encender el auto.

-Una novela para ser sincera.- le digo sonriendo.

-Nunca cambiaras.- dice esto riendo.

-Cuéntame lo que paso. Cuéntame toda la novela de allá arriba.

-¿Quieres que te lo narre como una historia?

Me mira expectante mientras esperamos que el semáforo indique que podemos seguir.

-Si.- le digo emocionada.

Este gira para mirar la calle y finge una tos para preparar la garganta.

-Subí las escaleras hasta su puerta. Tenia mis dudas cuando iba a tocar el timbre. No estaba seguro sí lo que iba a hacer estaba bien. Pero cuando iba tocarlo la puerta se abre. Estaba Perth parado frente a mi algo desconcertado por mi presencia en su casa. Le dije que queria hablar con él por lo que me deja pasar y me siento en el sillón mientras este se va a otra habitación a buscar un vaso con agua para mi. No sé lo había pedido simplemente lo hizo. Cuando este se sienta a mi lado en el sillón blanco cuero blando que tiene yo comienzo a hablar sobre lo que me pasaba y el motivo por el cuál le deje de hablar.

-¿Qué?- largo el grito interrumpiéndolo.- ¿Qué hiciste qué? ¿Cuál fue el motivo?- le pregunto intrigada.

-Es que… me enamore de él a pesar de que nunca lo toque.

Yo me sorprendí y me alegre ante eso.

-¿Puedo seguir?- sonriendo asiento.

Aclara de nuevo la garganta por lo que me causa de nuevo gracia mientras estaciona el coche en su trabajo.

-Después de decirle todo y cómo me sentía al respecto, él solo dijo “esta bien. No te preocupes". La verdad es que fue una patada en las bolas porque parecia no importarle. Entonces tome un poco de agua y lo mire esperando algo más pero no pasó. Por lo que me pare para irme. Le dije “Me iré. No hace falta que me des una respuesta con palabras porque ya se cuál es”. Este solo me miro sin decir nada. Me molestaba que no expresara nada. Cuando me acerqué a la puerta para irme y no volver siento como unos brazos me abrazan por detrás. “No te vayas" me dice con esa voz dulce que tiene. Me sentía feliz. Yo giro a verlo y tomo su rostro para que él me mirara. “También me gustas Cris" dice él y casi me muero de la felicidad pero lo disimule un poco por lo que lo solté y lo abrace fuertemente.

Este me cuenta con tanta emoción en sus ojos que me lo contagia.

-Luego él desprendió el abrazo y me beso. Nunca nos habíamos besado y él me sorprendió con todas las letras. Yo no lo rechace porque tenia tantas ganas de besarlo desde hacia un tiempo. Estaba tan fascinado. Él se presiona a mi cuerpo y toma mi cabello para profundizar el beso. Era una delicia sus labios carnosos. Después de que él se separa un poco de mi me dice: “vamos a mi cuarto" ya me había gustado la idea. Estaba emocionado. El camina sonriendo coquetamente y yo a lo más rápido que puede te escribí. Cuando vi tu mensaje fue después de que estuve con él.- dice esto sonriendo como bobo.

-¡Ay que lindo!- le grito tapándome el rostro de lo emocionada que siento por él.- ¿No me contaras la escena de la habitación? – le pregunto con una sonrisa traviesa.

-Confórmate con saber que le di duro. Por que así le gusta y ya no podía con las ganas de tenerlo.- me dice seriamente pero sonriendo.

Yo me tapo el rostro de nuevo imaginándolo y me sonrojo.

-Tengo una amiga muy pervertida.- dice riendo.

-Por algo soy tu amiga. Tenemos la misma mente sucia.- le digo sonriendo y haciéndole ojitos.

-Ya. Listo. Déjame de molestar y baja de mi auto.

-Esta bien- le digo riéndome mientras él también bajaba.- Bueno. Me iré a las oficinas. Que tengas un buen día y no te distraigas pensando en las nalgas de Perth por favor.- le digo esto ultimo riendo.

-¡Anastasia!- dice riendo.