Cuando despierto veo que Luis sigue en la misma posición en la que anoche me dormí. Se ve tan tranquilo mientras duerme. Cuando muevo mis caderas me duele el roce de las sábanas contra mi trasero por lo que me levanto despacio sin despertarlo y me voy hasta el baño a ver como ha quedado mis glúteos azotados. Están sensibles y rosas. También tengo marcado los dedos de Luis en ambos lados de mi cadera. Bastante para decir por lo que tomo una crema y la paso cuidadosamente por mi trasero ya que por lo moretones no puedo hacer mucho. Aún con la puerta abierta del baño no me percate de que Luis esta de pie aquí hasta que me habla.
-Te quedo hermoso.
Lo miro anonadada y luego regreso a ver mi trasero.
-Por lo menos a vos te gusta mi trasero.- digo pasando la crema.
-Si, es exquisito.
Me ruborizo a tal extremo que no puedo ver ni el espejo.
-Ven yo te ayudo.
Toma un poco de crema y pasa por cada centímetro de mi trasero.
-Gracias.- murmuro.
Siempre su contacto, ya sea leve, provoca un desorden en mi que al tengo que escapar.
-Iré a preparar el desayuno.- mascullo.
Este, detrás de mi, sonríe mirándome a través del espejo y me besa el cuello. Dándose cuenta de cómo me siento se acerca cada vez más a mi boca mientras yo cierro los ojos por lo que me hace sentir. Es como estar elevada en lo más alto de la tranquilidad y a la vez reconfortante pero no sólo hace eso sino que me excita de nuevo. Este me gira y me besa. Es suave al principio hasta que comienza a invadirme con su lengua casi provocando una guerra entre la suya y la mía en un mismo espacio. Este momento no tiene signos de detenerse por lo que me empuja sobre la pared junto al espejo y siento las baldosas muy frías en mi trasero que aún esta rojo y caliente. Me toma el rostro intentando controlar de que no me retire. Me besa cada vez más intenso y yo jadeo en su boca. Este muerde cuidosamente mi labio y me mira con esos ojos de lujuria y deseo incontrolable.
-¿Quieres jugar un rato?
Me mira con una sonrisa sensual mientras que le muestro un gesto de dolor.
-Estoy dolorida y no lo digo por los azotes en los glúteos.
Este libera una risa.
-No te tocare ahí de nuevo hasta que te sientas mejor.- dice con seriedad aún aferrado a mi rostro.
-Bueno.
-¿Quieres jugar entonces?
-Si- murmuro.
Estoy entre la emoción y tranquilidad sabiendo de que no me tocara de nuevo ahí atrás hasta que me deje de doler. No sé cuanto me durara pero espero que pronto igual que los azotes.
Este me arrastra a la habitación para lanzarme a la cama provocando que de mi boca salga un "ay" al rozar mi trasero contra la sábana. Este se ríe y sale a buscar algo de su bolso mágico sado que tiene. Yo intento ponerme cómoda en la cama buscando el lado de que no duela mucho mientras estoy acostada como me ha dejado. Hasta que Remulus salta a la cama y se acerca para que lo acaricie. Se acosta junto a mi estomago ronroneando y yo le acaricio la cabeza. Mientras yo estoy con Remulus entra Luis dejando unas cosas en el suelo y se acuesta sobre mi sin aplastar a Remulus.
-Me lo llevare.
Me besa los labios y luego toma a Remulus.
-Dale de comer.- digo sonriendo.
Puedo escuchar el sacudir de un plato de plástico depositando los bocaditos y luego dejándolos en el suelo. Este regresa y cierra la puerta de la habitación.
ESTÁS LEYENDO
Descubriéndome
RomanceUna chica que quiere experimentar el mundo BDSM y a la vez obtener al dom perfecto para ella. No solo a la hora de jugar sino que también le traiga la paz que tanto desea de un amo. Publicada: 28/12/2018 Terminada: 26/01/2019 A corregir~