4. Reacciones y acciones.

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Genzo estaba en su cuarto, sentado en un rincón cerca de la cabecera de su cama, acariciando a su perro, John. En su mente aún revivía la escena en la que encontró a su hermano.

Él, tirado en el suelo, con Tsubasa encima, besándose, muy cariñoso, besándose y ¡besándose!

— ¡Por un demonio! - gritó Genzo levantándose de su cama. - De tantos chicos que habían en la escuela, de tantos pretendientes adecuados, y escoge a ese. ¡Me lleva el diablo!

Era obvio que Genzo supiera que su hermano era gay, lo aceptaba, respetaba y nada cambió para él al enterarse. Era su hermano y lo amaba por sobre todas las cosas. Pero, habiendo tantos chicos y se va con Tsubasa. Eso sí que lo molestaba.

- ¡Maldita sea! Debía haberlo visto venir. Oh que tonto eres Genzo, ¡Todas las evidencias estaban en tus narices!

Como una serie de flashes los recuerdos lo invadieron. Hasta hace apenas casi 3 años Taro volvió para quedarse, por mera casualidad le tocó en la misma escuela que a Tsubasa, y en el mismo salón y estaba en el equipo de fútbol.

¿Cómo se perdió esos cambios? En los 2 primeros años del regreso de su hermano se sintió muy frío, Taro ya no era el mismo y no se expresaba como antes. Pero después de su segundo torneo nacional de secundarias las cosas cambiaron.
Después de su viaje a Alemania, después de sus vacaciones, Todo fue diferente.

Su hermanito se notaba más alegre, más risueño, su dulzura volvió a surgir. Es más, se notaba más sano y lindo, todo en él era resplandeciente, su aura angelical había surgido otra vez. La casa volvió a ser feliz y Genzo se sintió tan completo al recuperar otra vez a su hermano.

- Todas esa veces en que llegaba tarde del entrenamiento, sus horas de desvelo jugando con su celular, y todos esos regalos que según le habían regalado sus admiradoras ¡Todo fue una mentira para ocultar su relación! - ¡Maldición Taro! Tú eres un Wakabayashi y te fuiste a juntar con ese.

Genzo quería desaparecer, su hermanito le estaba provocando el mayor dolor de su vida. Si él se hubiera enterado, si hubiera vigilado mejor a su hermano, si alguien le hubiera dicho algo...

- ¡Ese maldito! - Genzo reaccionó, no todo era su culpa. Se tiró de espaldas a su cama, su perro aprovecho a subirse en su pecho y enroscarse. - ¿Cómo me pudo engañar a mí? Yo que lo recibí en mi casa con toda la amabilidad del mundo, ¿Así me lo paga?

Genzo apretujó una almohada que tenía cerca creyendo que era la garganta de Hikaru, esto sobresalto a su perro que enseguida se bajó de él, ese imbécil le ocultó la relación de su hermano y Tsubasa. Creía que era alguien digno de confianza, pero no era así.

- Juro de que te arrepentirás de no habérmelo dicho. - en ese punto Genzo ya había roto la almohada. - Nadie escapa de la ira de Genzo Wakabayashi... Y ya sé cómo me las pagarás. – John solo aprovechó y le empezó a lamer la mejilla. – Ni con tus besos lograrás que mate a ese tonto ¿Comprendes John?

El perro lo ignoró y siguió con su tarea.

– Bueno, creo que tal vez no lo mataré. – el perro meneo la cola al oír eso.

Por otro lado, en la casa de los Ozora, Kojiro estaba encerrado en su cuarto golpeando un costal con una foto de la cara de Genzo.

- ¿¡Es que tú siempre serás la causa de que yo sea infeliz!?

El costal estaba tan golpeado que la cara de Genzo se miraba deforme. Y no sólo fueron puñetazos los que dio, también una patada estilo karate que le enseñó su amigo Ken.

- ¡Siempre eres tú el que arruina todo!
Kojiro pensaba que Genzo lo odiaba, y con todo. De sus pensamientos no se escapó la idea de que Taro sólo estaba con Tsubasa porque su hermano le dijo que lo hiciera, ¡Claro! Todo era parte de alguna venganza o sólo para hacer su vida más infeliz.

¡Sht! Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora