11.- El pasado habla

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Terminando de resumir y no haciendo más larga la fiesta todo prosiguió bien, para casi todos. Comieron, bebieron, hubo dulces y postres... En fin. Todos tuvieron un final feliz; excepto claro,  Tsubasa, aún rondaba por su cabeza aquella conversación que se desarrolló a sus ojos entre Genzo y Jun.

Realmente ignoraba que su novio se llevaba con aquel chico, también ignoraba que el mejor amigo de su chico era igual su amigo y mucho más ignoraba el hecho de que Genzo, el titán de hielo Genzo; lo trataba como un hermano.

Podía escoger una de dos cosas; ignorar el hecho de que Jun podría ser un rival exponencial en la contienda por el amor de Taro (aunque no sabia por qué lo pensaba, si su relación era buena y prácticamente son novios) o dejarlo pasar todo, ignorarlo y seguir como si nada pasará... Al diablo, haría lo segundo, aunque sus celos internos quieran seguir lo primero.

En fin, todo salió bien, lo único malo es que no se pudo despedir de su novio adecuadamente (con un lindo beso) porque este se encontraba despidiendo a los demás invitados y porque sentía la mirada de los mil demonios de Genzo. Volteó y efectivamente él lo veía con esa cara de «Ya largate de mi casa o suelto a John» (John era sostenido de su correa por él).

Sus padres fueron a despedirse y el fue con ellos, los padres de Taro ofrecieron que un chófer los llevaría pero los Ozora declinaron. Pudo despedirse de su novio, talvez no fue como el hubiera querido, pero lo logró.

Y ya con eso se hubiera ido tranquilo si no hubiera escuchado la conversación que tenían a gritos Jun y Genzo. En donde básicamente se dijeron que Jun no regresaría hoy a Musashino, que hasta mañana y que se iría hasta después de que termine la escuela para poder despedirse adecuadamente de Taro y Hikaru. Cosa que conllevó a que los señores Wakabayashi se ofrecieran a llevarlo personalmente para pasar la tarde con los señores Misugi, y luego se unieron los Matasuyama y ahora todos irían a Musashino... Especialmente Taro estaría en el territorio Misugi. Si, esto fue el broche de oro del día.

Ya devuelta en su casa y después de escuchar otra plática de sus padres de lo agradable que fue conocer mejor a los padres de Hikaru y de lo grandioso que fue unirse otra vez con los Wakabayashi, Tsubasa se sorprendió al ver varias luces de esta prendidas.

– ¿Le habrá pasado algo a Kojiro?

– No te alarmes querida, no veo policías o vecinos por ahí. Talvez y olvidó apagar las luces y se durmió.

– Apenas son las 7, él no duerme a esa hora. – reprochó la señora.

– Pues ya veremos.

Apenas el taxi aparcó en la entrada de la casa los Ozora bajaron algo apurados por entrar. Pagaron y lo hicieron. La verdad es que se dieron cuenta que todo estaba tranquilo, la puerta estaba cerrada, el jardín se veía impecable. Nada malo. Un poco más calmados abrieron la puerta.

– ¿Kojiro? Ya llegamos, ¿Estás ahí? – Gritó el padre de Tsubasa. Recibiendo un "en la cocina" de parte de su hijo mayor. Los Ozora se tranquilizaron al oír la voz.

– ¿Por qué tienes todas las luces prendidas jovencito? – refutó la madre dirigiéndose hacia Kojiro, tras ella iban los otros dos.

– Bueno, es porque les tengo una sorpresa. – Mencionó viendo como su familia quedó estática al ver a la persona a un lado de el.

– ¡Roberto! Gritó Tsubasa de sorpresa y corrió a darle un abrazo muy fuerte.

– ¡Hola chico! Kodai, Natsuko ¡Que alegría verlos! – hacia un buen tiempo que no los había visto.

– Te extrañé Roberto. He aprendido nuevas cosas, te las enseñaré. Iré por mi balón...

– Oye, tranquilo hijo, Roberto ha de estar muy cansado, un viaje de Brasil a Japón es algo duro. Mañana podrán hacerlo.

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⏰ Última actualización: May 12, 2022 ⏰

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