*Un poco de rebeldía.

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Próx. Actualización: 18-19-20. Enero. Sean pacientes.
Cuidado: Ligera mención lésbica.
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Tal vez debió escuchar la voz de su cabeza que negaba sus acciones. Pero ya era muy tarde para dar vuelta atrás.

Reunió coraje y habló con la otra línea. "¿Hola...?."

"¿No sabes que contestar llamadas ajenas esta mal?."  Los pelos de su nuca se erizaron por el tono barítono del otro lado. Era muy grave como para pensar que es una broma ya que ni se sentía como una voz artificial, mucho menos. De alguna forma, lo áspero penetró la coraza de Tom, quien amargó su ceño al oírlo. Decidiendo firmemente que no se dejará intimidar.

"¿Es esto algún tipo de broma?. Simplemente, contesté la llamada ya que mi... Amiga me lo dio." Refutó gutural, pues las palabras de aquel desconocido había logrado pinchar su ego sin esfuerzo aparente.

El contrario rió con gracia, escéptico. Provocando que Tom vacile. "¿De verdad ____ te dejó la custodia de su celular?."

Orgulloso de sonar convincente, Tom sonrió. "Así es."

"Hum... Que raro, lamento decirte que eres el peor mentiroso de la historia."  La sonrisa una vez victoriosa de Tom se destruyó en un pestañeo. Oyendo de nuevo otra risa más gutural que la otra.  "Ya que ____ jamás deja su celular a nadie."

El bajista se quedó en silencio... ¿Acaso su mejor amiga, su mano derecha, no le habló de esto?... ¿Es así de desconfiada...?. Ninguna palabra salió de su parte, demostrando su nefasta mentira descubierta.

"Escucha, Ridgewell. un buen adulto y di a ____ que un ‘Militar’ quiere hablar con ella. Por cierto, ten cuidado con Lafayette, esa gata esta a punto de comerse el bocadillo escondido de ____. Adiós."  El pitido de la llamada terminada se escuchó, suficiente como para provocar una reacción atónita al británico, quien luego de presenciar sus últimas palabras: se volteó en contra de sus talones. Captando de forma terrorífica que el hombre tenía razón: Lafayette literalmente ya hundió su cabeza hacia un recipiente lleno de bocadillos de ____.

Su corazón paró de bombear brutalmente. A lo cual su respiración se cortó.

Él tenía razón.

...¿Cómo?.

Su piel palideció y el aire retomó hostilmente en sus pulmones, sin perder tiempo, abrió las cortinas que impedían pasar la luz momentáneamente. Buscó frenéticamente en muchos ángulos para encontrar si se hallaba algún hombre vigilando, pero nada.

Nada.

Eso no tranquilizó para nada al europeo. En un intento paranoico, buscó bajo la cama, muebles y silla. Y su resultado fue peor, el hecho de que ese desconocido sabía de sus acciones y él no lo sepa cómo le llenaba pudor en su cuerpo. No. Había. Nada.

×Gritos Del Silencio× (Eddsworld y Lectora){2da Temporada}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora