Esa misma noche, sus párpados fueron caprichosos ante sus deseos de dormir. Realmente quería dormir, ¿el impedimento?, su persistente tristeza, más pequeña que la distimia.
La hora fue mordaz, tan helada como su noche: avanzó. Ni siquiera tenía noción de los dígitos en que se encontraba su madrugada, lo poco que sabía era que tenía una migraña y que estaba semi-consciente. Consternada por sus intentos que lucha tras lucha fracasaba, relajó su cuerpo (quién sabe por cuánta vez) y repitió el proceso de respiración como principio de la relajación. Si antes su mente le martillaba, ahora le susurraba todo lo que hará mañana. Como siempre, queriendo ser multitarea. Su visión cedió a su desesperación somnolienta y en un tiempo pequeño, su respiración se reguló. Pronto pactó con el sueño y ya estaba descansando.
Aquella pelea interna que la atormentó por la noche, fue la que despertó su cuerpo. Cuando el reloj marcaba las 8:16 a.m., sus funciones extras reafirmaron su sentido de reanimación. Eso y que la enfermera de ayer entró también, con la misma bandeja pero con un café con leche, pan untado de dulce de leche/manteca/chocolate y posiblemente, algo de panqueque con frutitas encima. No creía que iba a comer todo eso debido a su poco apetito abatido pero, no iba negarle a la chica de blanco. Simplemente dio un suave 'gracias' y dejó su bandeja en sus piernas que descansaban.
Seguramente los chicos vendrían al mediodía, ya habiendo comido los tres. Para ese entonces debe de seguir con aquel humor.
Tal vez solo querían protegerla o tranquilizarla en su estado débil. Tal vez querían alejarla de cruda realidad por unos segundos.
Ni aún así, aunque sea unos minutos después, debían decirle la verdad. (Eso quiere decir que ignoraría su salud mental por querer saber todo...).
Con lentitud, empezó a comer. No tenía ganas. Y la cafeína de seguro dará un choque tan brusco en su cuerpo que podría empeorar su situación más tarde. Eso no sucedería si no supiera la realidad tan rápido, pero como siempre, toca aceptar.
Como lo ha hecho toda su vida. Este asunto antaño, vuelve con ímpetud.
Seguiría machacando su corazón, cuando observó la ventana trayendo algo en su mente: Tord.
Por más hijo de puta que fue, le decía las cosas como son en su cara. Como si prefería la cruda verdad antes (sin contar sus momentos que tenía sus planes tenaces). Odiaba admitirlo, pero su captor fue muy directo, aun si expresaba odio.
...
Momento...
¿Esta mal seguir pensando en él?
¿Es este un episodio, un trauma o una... Enfermedad pensar en eso?
Por qué...
Por qué.
Por qué.
Por qué.
¿Por qué sufría por esto?
¿Es difícil pedir una vida normal?
Y en ese entonces, recordó que Tord pedía cumplir sus sueños.
"Simplemente, quiero cumplir mi sueño... ¿Es mucho pedir?."
Le sucedía lo mismo, pero con trayectoria diferente.
Ese idiota llegó donde está por dejar su amistad con Edd de lado para perseverar en lo que ambicionaba. Ahora mismo, su vida no tiene indulto por sus actos.
Cada ser humano busca una fuente de felicidad, sin casi nunca darse cuenta, de lo que se pierde de su alrededor.
La hora avanzaba entre lento y rápido. Incluso cerca de las 10:30 a.m. la enfermera de hace rato confirmó que recibirá ayuda psicológica antes de que añochezca. Como ahora estaba consciente, no solo la iban atender en lo físico, también necesitan saber la gravedad del impacto que recibió mentalmente. Sospechaban que más allá de traumas, podría generar algo más pero no lo mencionaban para preocuparla, aún.
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×Gritos Del Silencio× (Eddsworld y Lectora){2da Temporada}.
Fanfiction(Possibly / Probably Not Safe For Work-+15) Tu vida con los chicos ha ido de maravilla. Así como la unidad restaurada. Nunca pensaste que luego de haber hecho todo esa travesía de dolor latente, te sentirías más serena. Donde la armonía zumba en los...