ShikaJin - Perdón

6- Sentimiento mutuo

—¡Hyouton: Mangehyou!

Citó Ryogi, provocando que el hielo se extendiera creando una barrera entre ambos.

—No es verdad... —susurró tembloroso el pelirrojo con la mirada pérdida, apretando sus puños con fuerza, sintiendo su corazón estrujarse con gran dolor por las palabras del Nara— No...

—Ryogi, yo... —dijo con temor el azabache, tratando de divisar al nombrado por entre las estacas de hielo que había formado.

—Creí que... creí que... —murmuró entre dientes con odio y gran asco— ¡¿Porqué?! ¡¿Porqué lo hiciste Shikadai?!... Yo te... ¡agh! —gritó con rabia, alzando la cabeza de golpe, dejando ver sus bellos ojos plata, ahora desbordando lágrimas. Sus labios temblaban y su ceño estaba fruncido con enojo.

—Ryogi, por favor, dejame explicarte —le rogó alarmado ante el coraje del rostro ajeno.

—¡Callate! ¡No quiero escuchar más de tus mentiras! ¡Todo este tiempo jugaste conmigo! —gritó con fuerza, mirando con desdén al Nara—... debí imaginarlo, era imposible que así de la nada apareciera alguien que... —susurró bajando la vista con mil y un emociones mezcladas— ¿Qué más da?...

—Ryogi...

—Callate... —murmuró entre dientes cerrando los ojos con fuerza, mientras se colocaba la mascara de los Noche Blanca, alarmando a Shikadai por la revelación— no es tu culpa, es mía... por haberme ilusionado así con alguien que apenas conozco...  —susurró mientras retrocedía listo para marcharse— debí suponer que solo eran palabras.

—Espera ¡Ryogi! —rogó el Nara  alzando su mano hacia el pelirrojo tratando de alcanzarlo en vano.

—Shikadai... espero que ese chico sea feliz con alguien que lo merezca —murmuró monótono y acto seguido, las estacas de hielo estallaron en pequeños cristales, lo suficientemente pequeños para desaparecer en el viento y con ello, Ryogi.

—¡Ryogi! —le llamó Shikadai, casi desgarrándose la garganta con esto. Sintiendo como su mundo se le venía encima, calló de rodillas, apretando los párpados con fuerza aguantando el llanto y las ganas de golpearse a si mismo— perdón... lo lamento... —susurró entre dientes, mientras su voz se entrecortaba.

Había salido peor lo que esperaba, jamás imaginó que todo terminaría tan mal.

Ryogi era de los Noche Blanca y ahora lo odiaba, no sabía si volvería a verlo... pero en realidad... eso no importaba, lo que realmente opacaba su mente en ese momento... era Inojin ¡no quería perderlo! ¡No a él! Necesitaba arreglar todo, no importaba si se tenía que alejar completamente de Ryogi... él ya no era importante...

¿Cómo lo solucionaría? Ni siquiera se sentía capás de verlo a la cara, él ya sabía todo ¡Ryogi se lo contó todo! Ahora seguro lo odiaba o más qué eso.

Apretó la tela de su ropa con fuerza, quería gritar, el coraje de saber que el rumbo de su vida había cambiado lo desmoronaba pues, al perder a Inojin, seguramente este querría cambiar de equipo, sus amigos cambiarían la forma de verlo, si Boruto y Mitsuki ya lo sabían y lo habían visto muy mal ¿Qué podía esperar de los demás?, sus padres seguramente se enterarían, si llegaban a hacer una escena toda Konoha se enteraría.

¿Si se lo hubiera dicho antes?...  ¿Qué habría pasado?

Necesitaba levantarse, ver al cielo y rogar por una solución a sus problemas... y así lo hizo. Se puso de pie con dificultad, alzó la vista con pesadez y soltó un suspiro tembloroso tratando de relajar el cuerpo por la tensión que cargaba.

¿Y ahora que?

—¡Shikadai! —le llamó una voz femenina que bien reconocía, se dio media vuelta encontrándose con Chouchou y junto a ella, Inojin.