Parte 6

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Llegó a casa rápidamente y empiezo a gritar como loca.

—¡Demonio!, ¡DEMONIO!

Inmediamente aparece delante de mi con una sonrisa picara y luego muerde su labio inferior.

—Te ves sexy, ahora si pareces una gatita del infierno.

—Quítame esto

Señalo mi pelo y la estúpida ropa de prostituta que cargo. Él sólo sonríe y niega con la cabeza.

— Te aseguro bella dama que si te vistieras así —Dice mirándome de arriba hacia abajo— conseguirías al tipo de hombre que deseas.

—Yo no deseo a nadie, sólo quiero mi vida como era antes.

—Lástima que no va a poder ser posible. Que más quisiera que irme y no regresar, pero no me dejan, no hasta que haga lo que me mandaron a hacer.

Se sienta en mi sillón. Bueno al parecer "su sillón" ahora.

— No, NECESITO QUE TE VAYAS. No necesito un estúpido demonio arrogante, mal humorado y tarado como tu. Yo necesito ser la misma chica de antes, la que no le cambian la ropa en la calle para que la miren morbosamente o la traten como prostituta.

Le digo en tono fuerte, apuntando la puerta para que salga. Él sigue con su sonrisa en la cara.

— ¿Crees que yo quiero estar contigo?, ¿una chica amargada, aburrida y poco amistosa?. No linda, para nada. Pero te digo, que como me tengo que quedar, será a mi manera.

— Eres un Idiota, Maldito demonio, ignorante.

¿Estoy maldiciendo?, tapó mi boca con ambas manos, yo no maldigo, ¿que me está pasando?

—Soy Demon, linda. Y para ignorante estas tú.

Se levanta del asiento, se queda viendo mis fotos en donde estoy con mis padres, las cuales están colgadas en la pared.

—Tienes una familia hermosa, que lástima que la que más sobresale eres tu, pareces una Nerd, frenillos, granos, lo mejor que te pudo haber pasado es que apareciera yo para cambiarlo todo.

Tomo una pelota de tenis que justo está a mi lado y se la lanzo, él la evade, se gira y me mira fijamente, creo que estoy en problemas.

—Lo siento.

Él desaparece y luego aparece detrás de mi, toma mis manos y las enrolla en mi cuerpo haciendo mucha fuerza, tiemblo, ¿como se me ocurre tentar al diablo?

—Me lastimas.

Le digo temerosamente.

—Cuando intentes lastimarme trata de hacerlo bien, con elegancia, ¿No sabes que el diablo puede hacerte pasar tus peores pesadillas?, sino fuera porque estoy atrapado en este mundo de porquería te hubiese hecho que te cortarás la garganta suave y lentamente.

Miro su rostro en el espejo, no posee ninguna expresión, es como si no le importará lo que está haciendo, como si fuera algo normal en el.

—¿Me puedes soltar?.

—¿Me vas a lanzar otra cosa?.

Niego con la cabeza, el asiente y me suelta. Estoy a punto de morir de miedo, incluso tengo deseos de cagarme encima.

Abre la puerta desde donde está haciendo una leve movida de dedos y empieza a caminar.

— Si deseas algo, sólo di mi nombre, Demon, por si se te olvida.

Dice serio, sin ninguna expresión, más bien se escucha arrogante y egocéntrico.

—¿A dónde vas?

Pregunto curiosa, el gira y sonríe pícaramente.

—A divertirme en un table-dance.

Cierra la puerta. Jamás pensé que el demonio iba a ser así, tan morboso, es como un cerdo ambulatorio, asco. Pero se ve bien, sino fuera por sus poderes sobrenaturales y por su arrogancia, fuera un tipo guapísimo. Vamos, sácame esos pensamientos de mi cabeza, Damon. Suenan sus carcajadas desde fuera de la casa.

Demonio Protector © FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora