Capítulo VII

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Después de que saliera del baño, Brian trato de encubrir la manoseada de su vida limpiando, quedó muy cansado así que se recostó en su cama.

- Mierda... - Suspiró pensando en ese beso.

Fue sin exagerar el mejor beso de su vida, sintió esas chispas que se suponen se deben sentir. Llevó su mano derecha a sus labios y la acaricio, volvió su mirada y se encontró al conejo lamiendo sus partes, cosa que lo recobró un poco a la realidad.

Roger por otro lado, estaba con su tía la gorda y su querida madre bebiendo el té. Ya se estaba hartando y se fue con la excusa de que tenía un examen en poco tiempo. Hizo lo mismo que Brian, fue a su cama a pensar, sintió un cosquilleo y luego miedo, miedo a pensar que la amistad arruinaría. Esa noche Brian no pudo dormir, por otro lado Roger sí que pudo.

...

Esa escenita pasó por la tarde del sábado, por lo que el lunes por la mañana ya había sido un poco olvidada, pero seguía teniendo el mismo impacto. En la mañana Roger decidió ir a la biblioteca para estudiar ya que la mentira que le había dicho a su madre, eso de que había examen resultó ser cierto, ya con los libros en las manos se fue a sentar a una de las mesas que estaban cerca de la ventana. Al pasar por una estantería reconoció esa cabellera rizada.

- Dios no, ¿por qué está en todos lados? - Gimoteó para sí mismo.
-... Hola, Rog. - Saludó Brian con el mismo nerviosismo cuando se volteó.
- Hola, Bri. -

Se miraron un momento, estaban ansiosos de tenerse al frente después de lo que pasó.

- ¿Quieres... Ahm, quieres hablar de lo que pasó el sábado? - Por dentro Brian deseaba que no.
-

No, no, fue un algo de amigos. No hay que preocuparse. - Dijo tratando de dar su cara de seguridad, pero los labios le templaban. Brian parecía algo decepcionado y aliviado al mismo tiempo. Se sentaron juntos y ya cada uno se ocupó de sus preocupaciones.
Ya pasada una hora decidieron ir al alabado examen que tenían, cuando entraron al aula ya estaban ahí Fred y John.

- ¿Estudiaron? - Preguntó automáticamente Roger cuando se sentó.
- ¡Puta madre! El examen... - Exaltó John con una mano en su cabeza.

Todos se quedaron sorprendidos ya que John usualmente no usaba un vocabulario tan soez ni corriente como todos los demás.

- ¡Ja! Sólo yo estudie, bola de irresponsables. - Se quejaba Freddie con aires de superioridad.
- Eres una leyenda, Fred. - Le decía Roger mientras buscaba un lapicero.
- No, todos lo seremos. - Le respondió al mismo tiempo que se acercaba a sus amigos y planeaban la forma para que se copiaran y salvarán sus traseros.

...

Al salir del examen todos se fueron juntos a sus casas pero antes se sentaron en el mismo parque en el que Roger y Brian se besaron. Fred y Brian estaba sentados en el césped por otro lado John y Roger en unas rocas pequeñas.

- ¡Ya deja de lanzarme el humo de esa mierda! - Exclamaba Freddie golpeando el cigarrillo que estaba en la boca de Roger y cayó al suelo.
- ¡Hey! ¿Qué te pasa? - Roger frunció el ceño y lo junto volviéndoselo a poner en la boca.
- Hiciste lo correcto, Fred. - Dijo Brian riendo.

Se pasaron un par de horas allí, hablando de sus estupideces típicas hasta que decidieron que ya era hora de irse. John y Freddie se fueron por otro camino, lo que dejó a Brian y Roger a solas. Esta vez intentaron hablar de más cosas para evitar silencios, hablaron y rieron tanto que ya estaban olvidando el motivo de la tensión entre ellos.

- ¡Mira! ¡Mira ahí! - Brian tomó a Roger por el brazo y lo atrajo hacia él para no ser vistos. Al otro lado de la calle vieron a Fred y Deacy besándose.
- Mira nada más... - Rió Roger ocultándose con su amigo detrás de un autobús estacionado.

No pudieron evitarlo, Brian les dio un silbido y Roger les gritó: - ¡Sí, señor! -
La pareja se separó y Fred con esa gracia de una reina les mostró el dedo de en medio.
Corrieron a otra calle para reírse más a gusto, se reían tanto que se empezaron a dar golpes, que fueron tan fuertes que ambos cayeron en el suelo y siguieron riendo. Brian fue el primero en ponerse de pie y ayudar a Roger.

Ya de pie y en calma Brian le dio un beso rápido a Roger. - Es uno de amigos. - Dijo sonriendo.
Roger le dio otro un poco más largo con una sonrisa sin mostrar los dientes. - Sí, de amigos. - Se pasaron los brazos por los hombros y se fueron a sus casas con una felicidad inigualable.

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora