¿Qué pasaría si en vez de ser GOT7 paséis a ser ocho? ¿Cómo sería pasar con ellos cada minuto de tu vida? ¿Quién es el más divertido contigo?🌷
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✔ 100% escrito por mí.
✔ Busco diversión y entretenimiento.
✔ ¡Podéis dar opiniones!
✔ Co...
Si estuvieras en GOT7 todos sabían que no le caías muy bien a BamBam que digamos, no establecían conversaciones por cuenta propia ni mucho menos había algún contacto físico como ya era normal entre tu y Mark, quién se había dado cuenta que le gustaba agarrar tu mano y acariciar los nudillos de éstas, encontrandolos suaves y delicados, notando cada curvatura del hueso.
Un día estabais los ocho en el salón cenando, la conversación que mantenían algunos miembros se colaba por tus oídos y de vez en cuando prestabas algo más de atención, aportando una pequeña palabra o idea.
-¿Duermes bien con Jinyoung?- preguntó Jaebum como buen lider.
-Sí, es silencioso así que no hay problema, sino lo despertaria- reisteis casi todos.
-¿Y tu Jinyoung, duermes bien con ella?- cuestionó Bambam.
-Sí, algunas veces nos quedamos hablando y es divertido.
El anterior se levantó de la mesa anunciando que no tenía más hambre y que se iba a su habitación, a lo que todos se quedaron pensando si alguno había dicho algo inadecuado, pero nada ocurría. Cuando Jackson iba a levantarse lo paraste para ir tu a hablar con él, porque por algún simple hecho, temias que estuviese enfadado contigo, sería lo más normal.
Caminaste hasta la habitación que compartía con el maknae y diste dos toques para preguntar si podías pasar.
-Seas quien seas vete, quiero dormir.- y aunque te lo había dejado claro abriste la puerta pidiendo permiso y te quedaste ahí de pie. Bambam te miró e hizo una mueca de disgusto.- ¿Qué quieres?
-Tienes algún problema conmigo, ¿verdad?- mordiste tu labio inferior. Lo sabías, pero creías que ya era hora de hablar del tema.
-No, sólo que una desconocida se ha colado en nuestras vidas y nuestros futuros sin preguntar si estábamos de acuerdo, pero nada importante.
-Bambam yo-
-He dicho que no quiero hablar contigo. Vete de aquí.
Cogiste aire para decir algo, pero nada salía de tu boca. Sentías un nudo en la garganta que dolía al tragar saliva, así que suspirando y rezando para no llorar allí delante saliste del dormitorio. Viste a los chicos en la puerta, seguramente intentando espiar lo que habíais hablado. Fuiste al cuarto cerrando la puerta a tus espaldas y te tiraste en la cama, derramando alguna que otra lágrima silenciosa.
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