Prólogo

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Felix

Movía mi cola de la manera más lenta posible, mi trasero se meneaba de vez en cuando, y mis manos rozaban de forma leve el suelo. Créanme, no es nada fácil atrapar un pajarito en un árbol.

- ¡Hola Fefii! - grita eufórico mi pequeño amigo, Bangchan un pequeño ocelote. Lleva su cabello revuelto y con pequeñas ramitas, su ropa estaba sucia igual que la mía.

-¡Nooo, mi cena! - lloriqueaba al ver el pajarito escapando debido a los gritos de Chan - estúpido, era mi cena. -

- Lo siento, Yonbookie - tocó mi oreja con su áspera mano. - Eso da igual hay luna nueva y sabes que aquéllo nos levanta el celo. -

Cierto... el celo. Somos híbridos, por lo cual nuestro celo aperce cada luna nueva. Y es más un híbrido de gato, como yo, necesita de una buena follada si no tengo alfa.

Bangchan es alfa, pero eww.

- ¿Hoy iremos a la ciudad? - Sonreí coquetamente. Amaba ir a la ciudad por una buena follada. Hoy a mis 16 años de edad he tenido un par de encuentros sexuales pero sin llegar completamente con un alfa.

- No te pongas de puta - se quejo Chan haciendo un pequeño berrinche haciendo que muchos en el bosque nos miren.

Vivíamos en las profundidades del bosque junto  a un hermoso lago y la ciudad. Éramos limitados por el lago, los alfas nos tenían prohibido pasar aquél rio. Híbridos de todas las edades, razas y genes vivían juntó a nosotros.

Otra gran parte de los híbridos vivían en la ciudad juntó a sus Alfas, Omegas, Betas o humanos.

- Pero yo quiero mimos - ronroneos lastimeros salían de lo más profundo de mi garganta. - Fefi quiere Alfa. -

- Fefi debe esperar, sucio - me estiró de mi orejita como si de una madre regañandome se tratase.

Estuvimos toda la tarde buscando algo de cenar, corriendo por entre los árboles, jugando a la orilla del lago sin llegar a tocar completamente el agua, le tengo miedo al agua, y mirando al cielo recostados en una roca en nuestra forma animal.

Cuando llegó la noche corrimos hasta la ciudad, entre una gran mandada de híbridos en busca de su nueva conquista o su alma gemela. Por mi parte, en mi forma gatuna comencé a mover mi cola a ronronear  suave, y a caminar de manera insinuante en busca de un gato que quiera aparearse algún rato. Mi Omega anteriormente aullaba en busca de mi Alfa, pero nada, ningún olor llamaba mi atención hasta que él apareció.

Un chico de cabello color castaño, de ropa negra y audífonos se paro frente a mí. Una ventisca suave paso dejando el olor de aquél chico ser aspirado por mí. Una mezcla de café express, menta y algo de esencia de pompas de jabón. Mis ronroneos aumentaron mientras me paseaba por entre sus piernas.  Aquél contacto hacía de mi corazón una batería en pleno concierto de Rock.

- Hey, ¿Qué haces? - soltó una pequeña risa el castaño mientras que con cuidado, me tomaba entre sus brazos venosos y pálidos. Lo miré y lamí su mejilla derecha soltando un gemido que fácilmente pasaba como maullido. El chico me había calentado con solo hablarme su maldita voz era grave y rasposa. Quiero oírlo gemir mi nombre. 

- ¿Estaría mal llevarte a mi casa gatito? -

Unos suaves maullidos lastimeros soltaron mis labios comenzando a restregarme en su pecho gracias a que me tenía en sus brazos.

- Está bien, te llevaré a casa. -

¡Miau Fefi! || ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora