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MARATÓN 4/4

Un día antes de la luna llena

Mañana es el gran día, donde oficialmente Changbin y su lobo serán uno, donde Félix podrá estar en cinta, donde la hermosa pareja se volverá oficial.

El sol pegaba fuerte más ninguno tenía fuerzas como para pensar en algún entrenamiento. La anciana se había marchado por su dolor de cadera, ellos estaban en la nada pero con el mundo entero en sus cabezas.

- ¿Y...hacemos un cuarteto? - Bang Chan, un hombre que admira obras de artes, un hombre que sabe de ropa con buena calidad, diferencia todo desde el rojo más claro al más opaco. Un hombre que le gusta el dibujo y la música ambiental. Ese mismo Bang Chan acaba de soltar esas palabras.

- ¿ Y si te meto el puño de  Hyunjin por el culo? - Soltó Changbin adolorido. Hacer las transformaciones de lobo no eran fácil las primeras veces.

- No es mala idea -

- Chupamela - Habló cabreado Changbin.

- Tampoco es mala idea -

- Buenoo~...Estoy aquí - Un Félix celoso hacía presencia.

Estaba recostado sobre su pareja, moviendo la punta de la cola  y con sus orejas hacía los lados.

- Lo sé, y me encanta - Susurró él dándole un apretón al trasero de Félix.

- Amo~ - Jadeo Félix sobre el pecho de Changbin.

Ambos se miraron a los ojos después de eso, y no estaban seguro de si era por la madre luna,  el reciente celo de Changbin o si solo era la necesidad de sentir el calor de la piel del otro, pero con esa simple mirada supieron que quieran ser uno de nuevo.

Se levantaron con cuidado, tomados de las manos, rozando sus hombros hasta llegar al río lento. Las palabras no eran necesarias. El lobo de Changbin elegante miraba al gatito de Felix, querían verde...Amarse. Mañana era el gran día, ellos serían la leyenda vivida.

- Te amo - El unísono de sus voces eran el latir de sus corazones, sus aromas mezclándose, menta y chocolate. Ellos eran felices en secreto, en grito, en susurro, en público.

Quitaron sus ropas, cada uno la del contrario. Rozaron las llemas de sus dedos en sus hombros, brazos, abdomen, muslos. Suspiros salían, era normal, el aroma de ellos los adormecía.

-¿No quieres esperar hasta mañana? - Preguntó Changbin, quería darle la mejor noche, lo quería  con energía y alergia.

- Solo, solo quiero que nos bañemos -

Con cuidado entraron al agua, estaba fría haciendo que ambos cuerpos se junten. Mirándose a los ojos comenzaron a hundir sus cuerpos, labios color lila, piel pálida y cuerpos juntos. Así se encontraban en aquél tranquilo río.

Las manos de Félix pasaban por el pecho de Changbin, era fuerte, con músculos marcados, tetillas café el vello era casi nulo pero estaba presente.

- Eres hermoso - Susurró besando su mandíbula mientras subía sus piernas a la cintura de su pareja.

- Eso debería decir yo - Y era verdad. Sus gruesos labios, nariz de botón, sus hermosas pequitas, un cuello largo decorado con la marca de la unión. Clavículas marcadas, hombros delgados pero sin llegar a ser afeminados, brazos que con los años se volvieron delgados.
Pecho bronceado con delicadeza, casi como si el sol lo hubiera acariciado. Pezones con un color rosado oscuro y pecho sin vello, cintura definida en la espalda se podía apreciar una pequeña subida que daba a comenzar su trasero.

- Eres... Un ángel - suspiro juntando sus frentes. - Mí ángel hermoso -

- Changbin~ - Río besando su nariz.

Era un momento bastante íntimo. No había ropa, no había sexo, ni palabras subidas de tono. Eran ellos, amandose, sintiéndose, admirandose.

En esos momentos donde no importaban las piernas sin ganas de Changbin, el abdomen un poco abultado de Félix al no hacer ejercicios, el vello de ambos que iban por la pelvis, sus cabellos desordenados. Eran solo pequeñas cosas para ellos. Donde no importaban si estaban en su mejor momento o hecho una bolita. Se amaban, con defectos, vestidos, desvestidos, en el sexo, fuera de él.
Siendo únicos.

-¿Seremos buenos padres? - La cabeza de Félix bajó hasta el hombro de Changbin. Su piel estaba muy fría.

- Hasta buenos abuelos seremos...Si seguimos juntos -

- Te amo, estúpido humano. -

- Te amo, mí gatita. -

Y sellando sus separadas vidas con un beso lento, sin sonido, con sus lenguas abrazandose, acariciandose.

Dándole la bienvenida a sus nuevas vidas, Lee Félix y Seo Changbin fueron destinados para la siguiente luna.

¡Miau Fefi! || ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora