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Parte uno.

El gran día

Changbin.

Tal vez fue el peor momento para quedarnos en el río. Hyunjin y Chan se habían ido por la mañana, con manos entrelazadas y colas moviéndose de la emoción. Tal vez ellos también tenían su idea de luna llena, tenían su propia forma de alabar a la madre luna.

La pequeña tienda de campar donde nos encontrábamos estaba abierta de lado, así ambos admirabamos el bello atardecer que se creaba de hermosos colores naranjas y rojos, mismos colores que se reflejaban en los cabellos de mí amado.

- Te amo - Susurre besando su oreja y tocando su cola.

- Te amo - Susurró así sentándose entre mis piernas - Tengo miedo... -

- ¿De qué? Estoy aquí, para protegerte, para amarte, para mimarte. - Lo abracé besando sus mejillas de globito.

- De ti - Su voz temblorosa hizo que me separé de él ¿De mí?

- ¿Crees que te haré daño? -

- Bueno...No, tú lobo tal vez - Bajó la mirada estaba asustado y apenado, era obvio nunca he tratado con él complemente, solo palabras sueltas. Además, esa noche, donde dejaste salir a tú lobo, cuando se unieron y hicimos el amor, yo... tenía tanto miedo -

Comenzó a llorar, por mí culpa, por no saber controlarme. Le dije tantas cosas esa noche, estaba tan enojado de solo pensar que Hyunjin lo habría marcado, me hervia la sangre para luego convertirme en un animal. Le pegue claro fue solo en su trasero pero aún así, lo mordí por las costillas y hombros.
Yo, no dejaba que se moviera sin que yo lo dijiera, casi lo obligue desde el principio, luego todo se dió. 

- No te haré daño. -

- Sé que tú no... pero él - Su mano llegó hasta mí pecho donde latía como un desquiciado - La verdad no sé que tan suave puede ser un lobo que estuvo tanto tiempo reprimido. -

¿Qué tan bueno puede ser...?
Esa pregunta llegan a mí cabeza, estaba en mí pequeño dilema de terror.

''Nos teme."

Te teme, no hables en plural siendo que tú le causas esas dudas.

-¿Podría...Podría hablar con él solo un momento? - Me miró a los ojos. El omega tenía sus ojos azules en línea vertical tal cual gato.

- Seguro... - En un abrir y cerrar mis ojos estaba en lo más oscuro de mí cabeza, la voz de Félix y mí lobo hacían eco entre las paredes y como si estuviera en el cine podía ver la imagen de él mirando mis ojos.

Era todo tan extraño que no evite acercarme y tocar esa pantalla que me mostraba el presente.

-¿Deseabas hablar conmigo?-.~

-¿Qué tan valiente eres, que tan bondadoso eres que tan lejos llegarías por mí amor, por mí paz, por nuestra manada? - Era una voz aguda tanto que dudaba que saliera de los labios de mi mascota.

- Te amo tanto, te quiero tanto, te deseo tanto, que podría morir y cuidarte entre las penumbras para protegerte, para proteger a nuestra manada. Sé que no soy el mejor con las acciones, soy impulsivo, tengo pulgas cuando soy lobo y mis colmillos pican por enterarse en tu cuello. Pero, oye, estoy aquí, frente a ti sintiendo el humano dentro de mí llora por intentar hablar contigo. Estoy frente a ti sintiendo tus emociones por medio de la marca que tenemos, estoy aquí porque eres mí omega y yo soy tú alfa. No lo decidimos desde un principio, eramos desconocidos, pero nuestros ancestros y madre luna son sabios, ellos veían un hilo rojo entre nosotros, fino, realmente fino, pero estaba ahí, con pequeños nudos entre ella porque el amor no es fácil. Pequeño, el amor es tan único que por ti puedo amar con los ojos cerrados, amar con locura, con tranquilidad, con deseo y temor. Soy el alfa más bizarro que verás en toda tu larga vida, somos dos, somos uno, somos compañeros gracias a nuestros corazones.

Él tenía razón, por el latir de mí corazón sabía que Félix  moría por besarme, sabía que estaba conmovido y seguro.

-Entonces sí, seamos uno - Sonrió.

No podía sentir su tacto en mí, aún que podía ver como tocaba mí rostro, no podía sentir sus labios sobre los míos porque el lobo estaba tomando mí lugar.

Lo extrañaba, no sabía que me pasaba.

Lo veía tocarme, mirarme, sonreirme pero yo no sentía nada, el lobo sentía todo.

¡Quiero estar con él!

Tranquilo él ya decidió, y está con ambos. Deja que reconozca a su amor de años, luego podrás volver y ser siempre eterno.

¿Qué?

Pude ver como los ojos de Félix caminaban los de gato por los de humano pude ver su cola se volvía esponjosa y sus colmillos salían de sus labios hinchados.

- Sé mí alfa, porque yo seré tú omega -

Ya podemos ser uno cazador.

La luna comenzó a brillar en los más alto del cielo, las estrellas bailaban en júbilo, y suaves aullidos y maullidos de la aldea cercana hacía una canción bastante peculiar.

Abrí mis ojos, en el reflejo de los de Félix podía ver que tenían un color especial, no eran como los míos o los de mí lobo, eran color castaño en otoño, brillantes y oscuros a la vez. Podía sentir una cola en mí espalda baja de pelo grueso y pesado.

Ya eramos uno.

Somos uno.

                   

              (°o°)

¡Miau Fefi! || ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora