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Félix.

- La verdad tenía miedo después de eso, ¿Pero saben? De verdad agradezco por todo lo que pasamos, por todo lo que tuvimos que vivir - Miré hacía el frente y pares de ojos pequeñitos me observaban.

-¿Y su bebé? - habló una pequeña vocecita.

-¿Mi bebé? ¿No querrás hablar en plural? -

(;-;)

15 años atrás.

- ¿Qué crees que es? - Hablé recostado en la camilla de la clínica. Tenía un total de 5 meses y una linda pacinta. Chanbin tenía mi mano sostenida, y podría jurar que estaba más nervioso que yo.

- ¿Es? Son unos lindos cachorros - Habló pausado el doctor frente a nosotros. Su rostro inexpresivo, orejas redondas que mostraba su raza de oso me hicieron sentir frío por un segundo.

- ¿Disculpa? - Y ahí fue cuando mi gran, corpulento y hermoso alfa se desmayaba, callendo contra el asiento detrás de él. Pero que alfa me a tocado.

-¿Cuanto son? -pregunté ignorando por completo la exageración de Chanbin.

-Son... Tres, Dos niños y una niña, por lo que veo... Un lobo y dos gatos-.

Solo logré asentir y mire mi panza. Tan lindos, tan únicos, tan nuestros.

- Hola, bebés - Hablé suave tocando mi panza, la verdad siempre creí que era muy grande para tener pocos meses. - ¿Estan bién? -

- Muy sanos, aúnque ahora que sabemos que son tres, debemos resetearte nuevas vitaminas, le recomiendo... - Dejé de escuchar como aquella vez que me dijeron que no había quedado embarazado, me fuí de la realidad por un segundo e imaginé nuestro futuro juntos, o lo que hubiese pasado si en ese entonces sí quedaba embarazado.

Me sentía triste, melancólico, al pensar a ese bebé que sentía en ese momento en mí que nunca fue real. Me sentía felíz de saber que pronto tendría tres en mis brazos, que tendrían esa exquisita mezcla olor entre mi novio y yo.

Cuando llegamos a casa, después de que Chanbin despertará, nos sentamos en el sofá del departamento, hombro contra hombo, rodilla con rodilla. Pensando en lo que tendremos que pasar, ahora como padres.

- ¿Y ahora dónde viviremos? -

- ¿Cómo haré más dinero? - Replicó él.

- ¿Cómo cuidaremos de tres cachorros revoltoso? -

- ¿Qué comeremos? - Juntamos nuestras frentes, y soltamos al unisimo un suspiro.

- Talvez deberíamos comprar una casa nueva, una propia - Sentí la mano de MinHo en mi abdomen abultado, estába algo fría por el duro invierno, levantó mi polo y bajó hasta este.

- Pequeños revoltosos - Besó mi abdomen - Más le vale ser los mejores del mundo, o juro que les haré comer croquetas y agua del inodoro. Los amo tanto, mis cachorros.- Río para luego besar mi abdomen para luego subir a mis labios y besarlos, de manera lenta, sin apuros ni otras necesidades, me miró a los ojos con un brillo único, uno de esperanza. Sentía su nerviosismo y emoción.

-Sabes... Estaba pensando - Comenzó a hablar. Vi que sacaba algo de sus bolsillos más no mostró que era realmente. Volvió a mirarme mientras mordía su labio inferior.

- ¿Si~...? - Él tomó mí mano tocando dedo por dedo hasta que en uno de ellos puso un hermoso anillo dorado con incrustaciones de diamantes blancos.

- No lo sé, pero creo que este anillo de compromiso te queda bastante bien ¿No lo creés? -

- ¿Es una broma? - Mis ojos se llenaron de lágrimas. Hoy era nuestro aniversario de novios, es por eso que habíamos decidido ir al doctor para conocer - al parecer- a nuestros cachorritos. Hoy cumplimos un año de novios y me ha pedido matrimonio.

Me lancé para abrazarlo, con su rico olor a café llegando a mi nariz, enterrado en su cuello, con mi enorme panza entre nosotros, con el hermoso anillo en mi dedo, con nuestros corazones siendo uno - Sí... -susurré en su oido.

- Siempre diré que sí, si se trata de tí - Susurré contra sus labios. Lo amo, porque el es mío y yo soy suyo. Lo amo porque peleó por nuestro amor.

-Te amo, gatito-.

-Te amo, mi cazador-.

¡Miau Fefi! || ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora