Bienvenida a la familia.

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~Pov Hoseok~

Aquel esperado, y en estos instantes, odiado momento había llegado. En unos cuantos minutos, mi pequeña niña se encontraría en nuestros brazos, para recibir todo el amor del mundo y para ser feliz. La pequeña Min Sun Hee, estaba a solo instantes de llegar a nuestra vida para cambiarla por completo.

Unas semanas antes de la graduación de Yoongi y los chicos, mi cuerpo había estado reaccionando de una manera bastante peculiar. En las noches me era casi imposible dormir, ya que unos horribles dolores abdominales me invadían, además de que nuestra pequeña niña no dejaba en ningún momento de moverse, lo que según el médico, se debía a que se sentía muy apretada en aquel pequeño lugar y su manera de expresarlo era a través de sus movimientos. Aún después de todo el sufrimiento por el cual estaba pasando, aquella alegría que me causaba saber que mi pequeña estaba bien, no se comparaba en nada al dolor momentáneo por el cual estaba atravesando. Como bien dije, aquellos dolores y malestares pronto acabarían, mientras que la dicha de tener a mi pequeña niña entre mis brazos, no se acabaría nunca en toda mi vida.

Si bien, yo me encontraba demasiado emocionado, además de jadeante por obvios motivos, él que estaba más que asustado y preocupado, era el padre primerizo que se encontraba a mi lado velando por mi bien estar, y por supuesto, el de nuestra hija. Yoongi había estado actuando muy bien las últimas semanas, en las que ya tenía más que asumido, todo el proceso que significaba una cesárea y las dificultades que podría traer consigo, todo lo anterior lo había procesado de muy buena manera, sin embargo, al enterarse de que la cesárea debía ser adelantada por algunas complicaciones que tenía en estas fechas del embarazo, se puso demasiado histérico a tal punto, de regañar al médico y a los presentes por no evitar esta situación. Calmarlo sin duda no fue fácil pero mencionar a nuestra niña y la dicha que sería tenerla aún más pronto con nosotros, lo logró.

En simples palabras, ese sería el motivo por el cual me encontraba en una gran sala, tomando de la mano de mi novio mientras se escuchaban algunos utensilios de metal chocar con aquella típica lata que se ven en todas las películas relacionadas con las cirugías. Si bien, podía escuchar como todos se movían alrededor de mi camilla, solo podía ver un gran foco sobre mí y el rostro afligido de Yoongi. La posición en que me encontraba no era muy cómoda y a la mitad de mi pecho, se encontraba alzada, un estilo de mini cortina de color azul, que limitaba mi visión para no desmayarme al ver la sangre, algo muy normal según lo había mencionado el médico. La desesperación de a poco llegaba a mi cuerpo, de por sí, el no sentir mis piernas me ponía de mal humor pero el hecho de que ya llevara bastante tiempo en el pabellón, me hacía pensar en las múltiples complicaciones que podían estar sucediendo conmigo y con nuestra niña, y que los presentes en la habitación no encontraban como informarnos esa mala noticia. En estos momentos había solo dos opciones, tenía razón o estaba siendo algo, solo un poco, exagerado.

Cuando creía que la desesperación me iba a sofocar por completo o hacerles gritar a todos los presentes en la habitación para que se apresuraran, un débil jadeo, seguido de un desconsolado llanto lleno por completo la habitación. Mi cuerpo se paralizó por completo, mientras sentía como las manos de Yoongi tomaban mis mejillas para obligarme a mirarlo, y de esa manera poder llenarme de besos mientras me agradecía. Es que acaso ¿Mi niña... Ya estaba con nosotros? Con la mirada, y de una manera desesperada, traté de observar donde se encontraba mi pequeño ángel, el que según lo poco y nada que le escuchaba a Yoongi, se encontraba con la enfermera para hacerle una pequeña revisión antes de presentarla con nosotros. Mi cuerpo temblaba, estaba demasiado ansioso, nervioso, temeroso. Un sin fin de dudas abarcaron mi mente ante la expectación, es que acaso realmente podría cuidar de ella, criarla, ser un buen padre, un ejemplo para ella y aún más importante, hacerla feliz; la desesperación nuevamente me abarcó pero por un motivo diferente, no deseaba errar como padre, ni traer consecuencias negativas a mi pequeña hija, en estos momentos, no me sentía suficiente para ella.

Toda perturbación que me invadía, desapareció de una instante al otro, mientras era reemplazado por un calor indescriptible en mi pecho, mejor dicho, en mi corazón. La enfermera con brazos suaves y arrulladores, se encontraba frente a nosotros presentándonos a nuestra pequeña niña. Las lágrimas que había contenido durante todo mi embarazo, fluyeron por mis ojos al verla y de a poco sentirla tan cerca. Cuando la recostaron sobre mi pecho, para calmar su llanto, no pude evitar sentirme completo, en perfecta armonía. Nada, ni nadie importaba en estos momentos más que aquella maravillosa criatura que había llegado para cambiarnos la vida. Min Sun Hee sería el inicio de una nueva etapa en mi vida, la que sin duda estaba dispuesto a vivir, dando todos mis esfuerzos para ser una mejor persona y con ello, convertirme en un gran padre.

Yoonie estoy... (Yoonseok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora