02

1.2K 132 6
                                    


Lanzó el diario por el retrete y cargó agua en el vaso de metal desde la canilla del baño. Caminó hacia la habitación y se sentó en la silla que había colocado hace dos días. TaeHyung estaba durmiendo allí, sobre la mancha roja bajo su trasero. Sonrió acariciando su miembro al recordar lo bonito que se veía llorando bajo su cuerpo.

—Oye, despierta.—lo abofetea suavemente y TaeHyung abre sus preciosos ojos. Parece confundido por varios segundos, pero luego recuerda en que circunstancias está y comienza a sollozar.—Bebé—dice con ternura acariciando los cabellos húmedos de su víctima.—no llores, ya verás como todo terminará rápido.

—¡Vas a pudrirte en la cárcel!—grita soltándose del agarre violentamente—¡Van a buscarme y vas a pudrirte en la cárcel!.

A HoSeok parece no gustarle el comentario, así que sonríe con sarcasmo. Lo toma de los cabellos y larga un puñetazo en el ojo del muchacho.

—¡Es tú jodida culpa! ¡Tú me dejaste para andar abriendo tus piernas como el puto asqueroso que eres!—otro golpe cayó en la cara del menor.—¡Así que cierra tu maldita boca!

TaeHyung bajó su cabeza sin dejar de llorar, el secuestrador se levantó y lanzó el vaso de agua al suelo, pateó la espalda haciendo que el rubio cayera sobre el agua. Aplastó con su pie la cabeza.

El muchacho, totalmente deshidratado, lamió el suelo con necesidad y terror mientras oía la psicótica risa de Hoseok.

Todo aquello era enfermizo e irreal. Jamás creyó que ahora se encontraría de tal manera.

Esa noche HoSeok no apareció y él sintió a salvo por unas horas.

Rezó y pidió que por favor saliera de esa situación sano y salvo. Pidió por su familia, por JiMin y su prometida. Pidió por su amado NamJoon, por sí mismo. Pidió tanto que sintió que Dios realmente lo había escuchado.

Tuvo esperanzas, porque en esa situación era lo único que le quedaba.

Lloró hasta que sus ojos de hincharon tanto que ardieron por las heridas abiertas por el puño de su secuestrador.

Secuestrador.

Antes HoSeok era el hombre más dulce. Tan sensual e inteligente. Solía parecer un rey, ¿en qué momento se convirtió en esto?

Tenían una relación tan hermosa, como si fuese de un cuento de hadas. No entendía, no lo comprendía, ¿cómo es que el dulce y atento Jung HoSeok se había convertido en su secuestrador?

TaeHyung ahora extrañaba su vida, desde aquél punto de vista era perfecta tal cual era. Con su amado novio, la boda de su mejor amigo acercándose y con sus padres apoyándolo incondicionalmente.

Recostó su rostro sucio en el colchón y miró por la pequeña ventana, apreciando la poca luz solar que entraba.

¿Cuánto más iba a estar allí?

Mamá, Papá; no se culpen por mi ausencia, volveré pronto y ustedes me recibirán de la mejor manera.

Serás mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora